III

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Raven



El aroma a desinfectante era cada vez mas notorio, un poco mas fuerte que la primera vez que toque esta casa, la luz que había en la habitación era muy luminosa para mis ojos que comenzaban abrirse. Me dolían las muñecas y sentía los dedos adormecidos, intente rascarme los ojos, pero mis manos no se movieron, pues estaban atadas encima de mi cabeza.

—Al fin despiertas —una voz masculina, que se escuchaba un poco baja me recibió —tan dulce, tan bonita.

Intentaba enfocar aquella figura, pero me seguía sintiendo aturdida, escuche un ligero gimoteo que me alerto de inmediato.

—¡Silencio! —un golpe seco pero fuerte se escucho —¡INTENTO CONVENSAR CON RAVEN!

Un nuevo golpe, pero ahora no escuche un gemido, ni un grito, no escuche nada.

—Ay no, creo que la mate, ahora no podre divertirme.

Mi cabeza estaba inclinada hacia abajo, por ello cuando mi vista comenzó a enfocar, lo primero que note es que el suelo empezaba a verse totalmente rojo, un par de botines negros piso aquel charco que comenzaba a formarse, con la poca fuerza que comenzaba a tener levante la vista para toparme con un pantalón tipo cargo tan negro como los botines, lo que le seguía era un torso, no tenía playera puesta su cuerpo estaba tonificado, mi vista cada vez se adaptaba mas a la luz, la persona delante de mi se acerco y ayudo a levantar mi rostro.

—¿Ya me ves? —se acercó a mi oído —porque yo te vi desde el primer día que llegaste a la casa.

—¿Don..dónde estoy?

—En casa —en su rostro tenia una máscara cubriendo la mitad de su rostro, fue entonces que el terror empezó a invadirme —¡Si! ¡Es precioso! ¿Puedes sentir como tu corazón se acelera? Tus pupilas se dilatan, tu respiración aumenta de velocidad —coloco su cabeza en mi pecho —el miedo empieza a brotar.

Volví a mover mis manos, esta vez pude notar que estaban atadas sobre mi cabeza, la desesperación me invadió haciéndome moverlas nuevamente de manera mas intensa, pero solo recibía corrientes de dolor. Mire a mi alrededor, parecía que estábamos como una especie de quirófano, pero con unos grandes espejos, mire mi reflejo aterrorizado antes de notar a la otra persona colgada frente de mí.

—¿Mamá? —ERA ELLA —¡MAMI! ¡MAMÁ!

Me cubrió la boca, se colocó detrás de mi sosteniendo mi cintura, beso mis hombros y siguió siseando, tratando de mecerme en esa posición, mis lagrimas salían una tras otra y mis gritos de desesperación aumentaron, aunque no salían por la enorme mano que me cubría.

—Shh, Shh —sus uñas rasgaban mi estomago —ella se lo busco, le dije que se mantuviera callada en lo que despertabas, pero no obedeció, tu madre es una puta mentirosa —su voz cambio a algo mas grave —ella te ofreció a nosotros, dijo que tenia graves problemas de dinero, nos pidió una suma y se la dimos, pero se arrepintió de ultimo e intento recobrarte, eso no se hace, no se rompen los acuerdos.

Me soltó y tomo un bat que estaba al fondo de la habitación, acercándose a mi madre, cuando dio el primer golpe escuche con claridad como el cráneo se rompió, la sangre broto aún más salpicándome, al segundo golpe el rostro de mi madre se deformo, los gritos no salían de mi boca, se quedaban atorados en mi garganta, el shock, la conmoción, trataba de pensar que esto era un sueño, hasta que los golpes fueron uno tras otro, los brazos de mi madre se dislocaron por la fuerza de empuje hacia abajo.

El chico estaba cubierto de sangre, se acaricio el abdomen hasta que sus manos se llenaron de ese carmesí que resaltaba en la habitación.

—Es tan bonito, todo es tan bonito —froto sus pectorales con la sangre y luego lamio sus dedos, una arcada llego rápidamente —no, no, no lo arruines.

Tomo un trozo de cinta gris y tapo mi boca, la sangre de mi madre ahora estaba en mi rostro, me dio un beso con la cinta puesta y regreso hasta su anterior posición.

—Esto es por ti, ella no te quería ya, esta puta es lo menos que se merecía, aunque me hubiera gustado que la vieras viva un poco mas —arranco la ropa de la masa de carne que era la mujer que me dio la vida, saco su miembro de entre los pantalones y la penetro desde atrás —aún se siente caliente.

El vómito salió de mi garganta, pero se vio obstruido por la cinta, salió por mi nariz y trague una parte, pero empezaba ahogarme ya que no dejaba de vomitar, iba a morir de esta manera, ahogada mientras miraba como ultrajaban el cuerpo deforme e inerte de mi madre.

Un gruñido llamo mi atención, el cuerpo del sujeto delante de mi se arqueo tensando todos los músculos de su torso, haciendo que su manzana de adán subiera y bajara, se movió un poco mas y se mordió los labios dando a entender que había llegado a su orgasmo. Yo me rompí en ese instante pues había mojado mi braga sin entender la razón.

Al terminar se acerco a mi para quitar la cinta antes de que me terminara de ahogar, pude expulsar cierta parte de los restos de mi garganta.

—Raven, NO DEBES ENSUCIARTE.

Me abofeteo tan fuerte que sentí un mareo, mi boca se combino con el sabor de mi sangre, los oídos me zumbaban, no tenia fuerzas para llorar de nuevo. Con pasos fuertes se acerco a una esquina de la habitación tomando una manguera de presión, como la que usa el cuerpo de bomberos solo que un poco mas delgada. La abrió y el agua golpeo en mi pecho, sacándome el aire por lo fuerte de la presión además estaba helada.

No paro de "lavarme" hasta que mi piel enrojeció, estaba temblando por el frio, me hormigueaba cada parte de mi cuerpo. Mi garganta ardía, seguía sabiendo al metal de mi sangre con un poco del vomito. No quise suplicar, estaba aterrada de lo que podría hacerme.

—No seas una niña desobediente, si te ensucias tendré que lavarte de nuevo, es mejor que te mantengas limpia, solo un color debe adornarte y lo pondré yo.

Camino hasta la puerta saliendo sin mirar nuevamente hacia atrás, llore nuevamente, tratando de pensar que todo era una pesadilla.




Queria dejarlo solo con tres partes, pero siento que necesito un capitulo mas para lo ultimo, para la culminacion, quiero leer sus opiniones...

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