Capítulo 2

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Pasaron algunos minutos antes de que Minho se reuniera con Felix en el cuarto de estar

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Pasaron algunos minutos antes de que Minho se reuniera con Felix en el cuarto de estar. Necesitaba algún tiempo para prepararse para lo que iba a ocurrir. Felix lo esperaba sentado, pacientemente. Curiosamente, el doncel estaba muy tranquilo. Su corazón latía a un ritmo normal y tenía las manos apoyadas relajadamente sobre el regazo.

Minho entró. Se había quitado el abrigo y la chaqueta. y se había desanudado la corbata y desabrochado el cuello de la camisa. No miro a Felix y se dirigió al mueble bar para servirse un whisky.

-¿Quieres uno? -le preguntó a Minho.

Él negó con la cabeza. Minho no repitió la pregunta, tampoco lo miró. Se sirvió una generosa cantidad de whisky y se sentó en el sofá. frente a Felix. Dio un largo trago.

-Tienes un amigo muy fiel -dijo "Y un marido infiel'' , pensó Felix.

Minho cerró los ojos. No lo había mirado desde que entró en la habitación. Estiró las piernas y tomó el vaso con ambas manos. Felix se fijó en sus dedos: largos, fuertes y con las uñas perfectamente cortadas.

Era un hombre fuerte y alto, y siempre aseado. Buenos zapatos, trajes elegantes, camisas a medida y corbatas de seda. Estaba más pálido que de costumbre, pero su semblante seguía siendo atractivo. Sus rasgos bien formados y suaves, tenía la nariz recta y la boca delgada, en un gesto de determinación. Iba a cumplir treinta y dos años y siempre había sido masculino, aunque, con el paso de los años, habían ido aflorando otras facetas de su carácter.

Había adquirido fuerza interior, que, tal vez, suele aparecer con la madurez, y una nueva confianza y conciencia de la propia valla. Su fuerte personalidad, es decir, la de un hombre acostumbrado a ejercer poder y con la capacidad de superar eficazmente las dificultades. En su compañía, se tenía la sensación de estar ante un hombre especial.

Otro rasgo eminente de su personalidad, pensaba Felix, era su dominio de sí mismo. Minho siempre había poseído una gran capacidad para controlar sus emociones, raramente perdía los nervios. raramente se irritaba cuando las cosas no marchaban como él quería. Ante los problemas, tenía la rara habilidad de olvidar los aspectos negativos y extraer lo más positivo de una situación.

Aquel era el rasgo más sobresaliente de Lee Minho, presidente de Bangkok Holdings. una organización que, en pocos años. había crecido de un modo extraordinario. Compraba pequeñas empresas que no marchaban bien y las convertía en filiales de la suya, logrando que obtuvieron grandes beneficios.

Y los había hecho todo con sus propios medios. Manteniendo un delicado equilibrio entre el éxito y el desastre, aunque sin llegar a poner en peligro el bienestar de su familia, había construido un pequeño imperio. Por el contrario, lo había rodeado de lujo, tanto como podía desear.

-Y ahora. ¿qué? -preguntó de repente, levantando los párpados y revelando la belleza de sus ojos mieles y profundos.

Así que no iba a tratar de negar nada - se dijo Felix. Deseaba encontrar algo que decir, pero no sabía qué.

𝚄𝚗 𝙼𝚊𝚛𝚒𝚍💔 𝙸𝚗𝚏𝚒𝚎𝚕 -𝙼𝚒𝚗𝚕𝚒𝚡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora