Prólogo

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El teléfono empezó a sonar cuando Felix, después de dejar a los mellizos acostados, bajaba las escaleras

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El teléfono empezó a sonar cuando Felix, después de dejar a los mellizos acostados, bajaba las escaleras. Maldijo entre dientes, se colocó sobre la cadera al pequeño Jeongin y bajo apresuradamente los últimos escalones para descolgar el teléfono del recibidor. Se detuvo paralizado al verse reflejado en el espejo que había sobre la mesita del teléfono.

"¡Dios mío, estas hecho un desastre!", se dijo con desconsuelo. El pelo de un castaño desteñido y despeinado, estaba húmedo y le caía sobre la frente. Tenía las mejillas coloradas y la camisa azul mojada en varios sitios, allí en donde sus tres hijos, a los que acababa de bañar, le habían salpicado. Jeongin empeoraba el aspecto de su papi todavía tirando más de los botones de su camisa, esforzándose por descubrir uno de sus pezones. Si ya normalmente era un niño inquieto, en aquellos momentos estaba, además, de cansado e impaciente.

-No. -le dijo Felix con dulzura pero con firmeza, quitándose la mano de la camisa

-Espera. -beso su cabecita y descolgó el teléfono, sin dejar de fruncir el ceño ante lo que veía en el espejo.

-¿Diga? -dijo distraídamente , sin darse cuenta de la pequeña pausa que hizo la otra persona antes de responder.

-¿Lix? Soy Seungmin.

-¡Hola, Minni!

Felix hizo un gesto de sorpresa y se relajó al escuchar a su amigo y al hacerlo, se dio cuenta de que, hasta ese momento había estado muy tensó que hizo que volviera a ponerse tenso de nuevo. Estaba perplejo últimamente , se había sorprendido muy tenso dos veces.

-¡Jeongin, por favor! ¡Espera!

El niño gruñó y él en broma, le devolvió otro gruñido. En sus ojos cafés se reflejaba todo el amor y la alegría que sentía por su hijo. Era el más exigente de sus hijos y el de peor carácter, pero lo quería tanto como a sus gemelos.

¿Cómo no iba a quererlo si tenía los mismos ojos de su padre?

- ¿Todavía no has acostado a esos mocosos? -dijo Seungmin con un suspiro.

No se molestaba en ocultar que para él los niños eran desagradables. Aunque era el modelo de hombre triunfador, no tenía tiempo para los niños. Era alto y peli castaño rojizo, y su vida transcurría a un nivel muy diferente que el de Felix. Seungmin era el sofisticado chico de un mundo, mientras que Felix era el abnegado "ama de casa" y "madre" de familia.

Pero era el mejor amigo de Felix. En realidad, era el único amigo que Felix había conservado desde los tiempos del instituto. El único que vivía en Seúl, como Minho y él. Los demás, por lo que él sabía, seguían viviendo en Busán.

-Dos ya están en la cama y uno está a punto. -dijo Felix -Jeongin tiene ha impacientarse.

-¿Y Minho? ¿Todavía no ha llegado?

Felix detectó el tono de desaprobación de su amigo y sonrió. A Seungmin no le gustaba Minho. Saltaban chispas entre ellos cada vez que se veían.

-No, -respondió Felix, y añadió con cierta tristeza -así que puedes meterte con él cuanto quieras, que no te va a oír. -en realidad, era una vieja broma entre los dos amigos.

Felix nunca se había molestado porque Seungmin le manifestara su opinión acerca de Minho. Siempre había permitido que le dijera a él lo que no se atrevía a decirle a Minho a la cara. Pero aquella vez, un extraño silencio siguió su comentario.

-¿Ocurrió algo? -le pregunto a Seungmin.

-Maldita sea. -dijo Seungmin entre dientes -Si, la verdad es que si. Escúchame, Felix. Me siento muy mal por hacer esto, pero tienes derecho a...

Justo en aquel momento un diablillo en pijama apareció en lo alto de la escalera y bajo a toda velocidad, convertido en piloto de caza y disparando la ametralladora de su avión.

-Necesitamos agua -informo a su papi, desapareciendo por el pasillo en dirección a la cocina.

-Mira... -dijo Seungmin con impaciencia - ya veo que estas ocupado. Te llamo después... o mañana. Yo...

- ¡No! -intervino Felix de repente -¡No cuelgues! -estaba distraído, pero no tanto como para no darse cuenta de que Seungmin quería decirle algo importante.

- Espera un momento que voy a ocuparme de estos mocositos -dejo el auricular sobre la mesa y fue a buscar a su hijo mayor.

Felix no era alto, pero era esbelto y tenía una bonita figura. Sorprendentemente bonita, teniendo en cuenta que había dado a luz a tres niños. Sin embargo, no era del todo extraño porque, siempre que encontraba tiempo acudía al gimnasio local, donde nadaba, hacia aerobic y jugaba al badmington.

- ¡Te encontré con las manos en la masa! -dijo sorprendiendo a su hijo con las manos en la caja de galletas. Lo miro con severidad y el niño se puso colorado -Está bien, pero llévale unas a Chae. Y no quiero ver ni una migaja en la cama -dijo viéndolo salir corriendo, con una sonrisa triunfal por si su papi cambiaba de opinión.

Con Jeongin aun en brazos Felix regreso y tomo el teléfono de nuevo.

- ¡A que estas casado con un sin vergüenza! -exclamo Seungmin - ¡Maldita sea, Felix, te está tomando el pelo! ¡No está trabajando, está saliendo con otro doncel! - aquellas palabras golpearon como látigo a Felix.

- ¡A que estas casado con un sin vergüenza! -exclamo Seungmin - ¡Maldita sea, Felix, te está tomando el pelo! ¡No está trabajando, está saliendo con otro doncel! - aquellas palabras golpearon como látigo a Felix

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𝚄𝚗 𝙼𝚊𝚛𝚒𝚍💔 𝙸𝚗𝚏𝚒𝚎𝚕 -𝙼𝚒𝚗𝚕𝚒𝚡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora