8. No me gusta el sexo

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Daimon

Tenía claro que los bebés estaban con Nahiel, en un principio pensé en ir a buscarlos, pero recordé que papá estaba en el jardín y me preocupé por él. Los bebés están con su hermano, él puede cuidarlos si algo sucede.

— Papá, tenemos intrusos— primero agarré su hombro para que me mirara y luego le hablé en lenguaje de señas.

Darius no entreno para este tipo momento, él sabía que con solo mencionar la palabra intrusos teníamos que actuar.

— Las cámaras y sensores no detectan nada, tendremos que revisar el perímetro a la antigua— papá había sacado su celular para revisar la seguridad que él había colocado— Yo revisaré en la parte trasera y tú en la delantera de la casa— me dio la orden.

Antes de seguir todo al pie de la letra, le escribí a Samael, para que viniera por los bebés y Nahiel. Ese fue mi plan de respaldo porque no tenía idea que nos enfrentaríamos.

Camine cuidadosamente por la casa, para revisar por la parte del frente de esta, por un momento llegué a pensar que no había nada hasta que escuché murmullos.

Deben de estar usando poderes para ocultarse, tome aire por un momento y trate de concentrarme como Theo me ha enseñado, aunque lo juzgue mucho, al principio en verdad ese vampiro sabe cómo entrenar a las personas.

Mis poderes estaban centrados en la pelea, mi fuerza, mi rapidez y audición se potencializan tanto por mi sangre de lobo como por el hecho de que me dieron poderes mágicos. Todo eso sin olvidar de que soy Omega, mis feromonas también pueden usarse para someter a los demás.

Si no puedo ver a esas personas, usaré mis otros sentidos para detectarlas y pelear. Sin armas, confiando en mis instintos, me atreví a dar los primeros golpes al aire y acerté de inmediato las personas que eran invisibles se volvieron visibles.

Pero estas no estaban desarmadas como yo, tenían armas y no era una ni dos, era más de 10 personas, uno por uno fue mostrando su rostro. En sus caras veía confianza, con esas expresiones podría jurar que creen que seré fácil de derrotar.

— Mira que tenemos aquí— uno de ellos comenzó hablar— Un omega, hace tiempo que no juego con los de esa clase... Chicos encárguese de él, pero no le hagan mucho daño al cadáver, que quiero disfrutar de él— ordenó antes de darle la señal a su gente de proseguir conmigo.

Me acomodé mis guantes, no quiero ensuciarme las manos de mierda.

Con facilidad logré cambiar la movida de la pelea, quitándole sus armas y dándole de probar el tan preciado sentimiento de dolor. Por cómo peleaban tenían claro que eran viajeros de "Time" sus armas incluso los delataban.

Uno por uno fue cayendo al suelo, no tuve piedad y me encargué de ensuciar el lugar de sangre, nadie que se atreviera a tocarme podría seguir respirando. Ello no lo permitiría.

— Uno a uno...— susurré emocionado al ver que solo había quedado el idiota que daba órdenes.

— Mucha confianza aparentas, pero yo no soy como ellos— de repente las feromonas del tipo me comenzaron a rodear.

Me dieron asco de inmediato ¿Este imbécil cree que voy a rendirme ante esa peste que desprende? Massimo me enseñó cómo tolerar y repeler a tipos como él.

Use mis feromonas como escudo antes las de él, con mis poderes podría potencializar mis feromonas y volver estás no solo un olor para provocar deseo sino que también para evitar que alguien me quiera atacar con sus feromonas.

— No, no eres como ellos. Eres un alfa que tiene que usar a los demás para que peleen sus batallas ¿Cómo se llama eso? ¡Ya lo recuerdo! Un cobarde— amplifiqué más mis feromonas para tener el control sobre él— Arrodíllate, Candy te va a dar de comer— este obedeció ante mí.

EL INVOCADOR DE LA OSCURIDAD  (TERCER LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora