Dahlia Sallow era probablemente la chica más seria de todo Hogwarts,
y eso que estaba Regulus Black, que por cierto, era su mejor amigo. Estos
dos Slyherin junto a sus amigos, creían ciegamente las creencias de la
sangre y todo lo que conllevaba. Do...
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"Little joke"
Arrogante, idiota, inútil, estúpido, narcisista y egocéntrico.
Eso era lo que Dahlia pensaba de James Potter, y se quedaba corta. Solo eran algunas palabras de las mil que pensaba cada vez que lo veía. Insoportable, era muy poco.
Si fuera por ella, le habría tirado al lago negro hacía mucho, mucho tiempo. Pero ahora no era momento de pensar en él, era momento de pensar en el examen que tenía entre manos.
Era una excelente alumna, pero le costaba prestar atención y no era muy fan de estudiar, pero se esforzaba. Cuando la pequeña linterna de su cabeza se iluminó, empezó a escribir con rapidez y seguridad todas las respuestas. Siempre le pasaba lo mismo, cuando faltaban cinco minutos, hacía todo el examen sin pausa. Los otros cincuenta y cinco minutos, fueron para leer y entender todo. O mirar las musarañas.
Una vez le dió el examen a la profesora McGonagall igual que el resto, recogió sus cosas levantándose de su sitio.
Por fortuna o desgracia no tenía amigos de su año, aunque no se llevaba mal con ellos. Habló con un par de compañeros y salió de la clase deseando poder tener su tiempo para dibujar. Pero el destino no quería eso.
—Hola, rubita. —habló James Potter con su usual sonrisa arrogante apoyado en el marco de la puerta—
Ella rodó los ojos.
—¿Qué? —dijo con seriedad—
—Que borde estás. —bromeó el chico intentando sacarla de sus casillas. Amaba hacer eso— ¿Tu sonríes alguna vez?
Dahlia estaba apartada de la puerta para que todos los alumnos pudieran salir, por lo que estaba con los merodeadores. Mediante salían, miraban la escena con diversión.
—Sonreiré cuando te entierre vivo, o mejor, cuando el calamar gigante te coma.
—Que amable eres, Sallow.
—Para ti siempre. —habló con sarcasmo—
El chico le dió una sonrisa falsa mientras ella le mataba con la mirada.
—¿Has terminado de molestar? —pregunta ella con los brazos cruzadas—
—Eres libre. —extendió un brazo hacia el pasillo dándole a entender que se podía ir—
—Gracias. Pobre Lily, si fuera ella hacía tiempo que me habría autohechizado. —la rubia con el pelo ondulado, se fue de ahí mientras decía eso—
Remus negó con la cabeza con una suave sonrisa. Esa chica le caía muy bien. Al contrario que el resto de sus amigos, aunque a Peter, en secreto también le caía bien, la encontraba incluso admirable. Pero, por otro lado, James tenía el ceño fruncido igual que los labios mirándola mal y Sirius intentaba tranquilizar a su amigo.
