Capítulo 6: El Páramo

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Llegué a la preparatoria cuando aún era de madrugada, los pies me dolían por la caminata y mis párpados parecían cerrarse por el cansancio.

Diaval se aseguro de que estuviera sobre la cama y partió vuelo hacia el Páramo. Mire el cielo estrellado recordando mi travesía en el Páramo. Era un lugar fantástico y lleno de magia. Recordé las palabras que una vez Jane me dijo: La magia estaba oculta en los tiempos actuales. Tal vez por esa razón el Páramo estaba escondido, no obstante, no era una razón suficiente para mí.

Había un secreto oculto en las entrañas del lugar, las palabras se escondían en las bocas de las criaturas y eso me inquietaba. No sabia que poder estaba enfrentando.

Llegaron personas desconocidas y ellos se pusieron en guardia, había algo más.

Sentía miedo al pensar.

¿Volvería otra vez al lugar?

— ¡A despertar! — grito Evie fuertemente abriendo las cortinas y cegándome nuevamente con la luz solar.

— ¡Evie! — grite tapándome los ojos con las manos.

— ¿Dormiste bien? — pregunto Evie con alegría.

La cuestión era que no había cerrado el ojo en toda la noche y aún sentía el cansancio recorrer mis pies.

— De maravilla — contesté con una sonrisa abriendo lentamente los ojos.

Hoy sería un día largo.

(...)

Todo el día estuve cabeceando por el sueño, y en algunas ocasiones, mis ojos se cerraban por inercia, casi consiguiendo un par de detenciones extra.

Estaba caminando junto a mis amigos en la zona de casilleros. Me acerqué al mío y comencé a guardar unos libros cuando mis amigos comenzaron a cuestionarme.

— Mal, ¿todo en orden? — pregunto Evie preocupada por mí.

— Sí, ¿por? — conteste con una sonrisa, intentando disimular el cansancio que sentía.

— Todo el día has intentado quedarte dormida, y tú... no eres precisamente alguien que disfrute de dormir fuera de su horario — comentó Jay — ¿Qué hiciste durante la noche?

Fui a un páramo en medio de la noche con un cuervo.

— Nada — respondí, ocultando mis nervios  — .Simplemente, las clases estuvieron un poco aburridas.

— Te ibas a dormir en la clase de arte — comento Carlos, cruzándose de brazos. 

Me encantaba aquella clase, pensé que sería relajante para olvidar la realeza y el Páramo por unos instantes, pero creo que me estaba relajando demasiado.

— Hoy el maestro estaba poco entusiasmado — comenté, intentando evadir sus preguntas. 

— Pero — Jay intentó hablar, pero lo interrumpí rápidamente.

Tenía suficiente caos en mi mente.

— Chicos, gracias por preocuparse, pero tener sueño no es un delito. Me siento hostigada — comenté sintiendo su constante presión sobre mí.

— Lo sentimos, pero de verdad, si algo está pasando, sabes que puedes contar con nosotros — dijo Evie tomándome de la manos en señal de apoyo y asentí en agradecimiento.

La Magia Oculta De Auradon | DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora