XV

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Pasaron varios días. Isabela estaba muy pendiente de Hürrem. Quería estar todo el tiempo con ella. No quería aceptarlo, pero empezó a sentir cosas por la pelirroja. Era algo nuevo para ella ya que nunca había sentido algo así por alguien, y menos por una mujer. Cada vez que estaba con Hürrem sentía algo en el estómago y se ponía nerviosa. Todas las noches antes de dormir pensaba en ella, pensaba en sus ojos, en su pelo, en sus labios. Ahora entendía por qué Suleimán se había enamorado de aquella mujer, Hürrem era irresistible.

Una tarde estaban en el jardín, ella estaba junto a Mahidevran y la sultana Hatice esperando a la madre sultana. La pelinegra le había agarrado confianza a Mahidevran, siempre que hablaban se contaban cosas de su pasado y muchas cosas más. Mahidevran le contó que era amiga cercana de Hürrem, y ella tenía pensado en contarle a la castaña lo que sentía por Hürrem para ver si ella la podía "ayudar" ya que no veía la posibilidad de poder estar con la pelirroja. Pensaba en qué le harían si descubrieran que estaba intentando tener algo con la favorita de Suleimán, eso sería imperdonable y terminaría sin cabeza.

La madre sultana llegó y se levantaron para hacer reverencia, ella se sentó e indicó que se sentaran las demás. Isabela miró a Mahidevran.

-Sultana- dijo.

-Dime- dijo y la miró.

-Necesito hablar de algo con usted- dijo.

-¿Algo importante?- preguntó la castaña.

-Sí... es un tema delicado- dijo.

-Está bien, mañana en la tarde ve a mis aposentos y hablaremos allí- dijo y sonrió.

Isabela asintió, la madre sultana miró a la pelinegra.

-Isabela, ¿cómo estás?- preguntó.

-Bien, sultana, ¿y usted?- preguntó.

-Bien, ¿no estuviste con mi hijo?-.

-No, sultana, no me ha llamado- dijo.

-Seguro ya lo hará- dijo.

Pasaron algunas horas en el jardín y luego volvieron al palacio. Mahidevran iba de regreso a sus aposentos cuando se encontró con Gül ağa en el pasillo, él hizo reverencia al verla.

-Qué bueno que te encuentro Gül ağa- dijo.

-¿Necesita algo, sultana?- preguntó.

-Sí, te quería decir que ya no sigas a Isabela. Parece ser buena persona, así que estás libre de ese trabajo- dijo.

-¿Qué la hizo cambiar de opinión?- preguntó.

-Me he dado cuenta de que no tiene otra intención, y que solo quiere llevarse bien con todos- dijo.

-Está bien, entonces ya no la seguiré- dijo.

-Sí. Eso era todo, debo irme- dijo la castaña y se fue a sus aposentos.

☃︎

En la noche, Mahidevran fue a los baños. Gülsah la acompañó. La estaba ayudando a bañar mientras que se imaginaba a Mahidevran sin esa toalla que la cubría, pero sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir que alguien entraba a los baños. La que entró fue Hürrem, ella hizo reverencia. Hürrem le hizo una seña para que saliera y se fue.

La pelirroja se acercó a Mahidevran y tocó su hombro, Mahidevran sonrió al sentir su mano.

-Hürrem...- dijo y la miró.

La pelirroja se sentó a su lado -Mi sultana...- dijo y le dio un beso.

-No te vi en todo el día...- dijo la castaña -te extrañé- agregó.

-Yo también... es que Mehmed se puso un poco mal, y lo estaba cuidando- dijo.

-¿Qué tenía...? ¿Ya está mejor?- preguntó.

-Tenía un poco de fiebre, pero ahora ya está mejor- dijo.

-Qué bueno... ¿me ayudas?- dijo y sonrió.

Hürrem asintió y la ayudó a bañarse. Cuando terminaron, salieron  de los baños y Gülsah estaba afuera, hizo reverencia.

-Gülsah... ¿por qué no fuiste a los aposentos?- preguntó Mahidevran.

-Quería esperarla...- dijo y bajó la mirada.

-No tenías que hacerlo... vamos- dijo y caminó junto con la pelirroja hasta sus aposentos.

Gülsah iba detrás de ellas con la mirada triste, le dolía un poco que Mahidevran la tratara así.

☃︎

Llegaron a los aposentos de la castaña, Mahidevran le dijo a la pelinegra que ya no la necesitaba, que se podía ir. Gülsah asintió y se fue de allí.

Mahidevran se quitó la toalla, agarró su camisón y se lo puso. Hürrem se acercó a ella y la abrazó por atrás.

Mahidevran se dio la vuelta para tenerla de frente.

Hürrem la besó cariñosamente. Luego de unos segundos, el beso se tornó más apasionante; Hürrem quiso desatar las tiras del camisón.

-Espera, Hürrem- dijo separándose del beso.

-¿Qué pasa?- preguntó.

-Nos pueden descubrir...- dijo.

-Tienes razón... pero...-.

-Mañana vamos a nuestra casa, y ya allí podremos hacer todo lo que queramos- dijo y le dio un beso.

-¿Puedo dormir contigo?- preguntó haciendo cara de súplica.

Mahidevran la miró seria -Por favor...- dijo Hürrem.

La castaña sonrió -Está bien- dijo.

La pelirroja sonrió y le dio un beso. Se acostaron, se abrazaron y se durmieron...


Re corto, pero bueno. Perdón por no actualizar, no tuve tiempo en las vacaciones. Tuve algunos problemas.

PD: Mañana empiezo las clases de nuevo, me quiero pegar un tiro, literal.

My Love (Mahür) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora