3. EL GATITO

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Rodrigo llegaba a casa tras un día largo de trabajo, entraba a casa cansado y con pocas ganas de hacer algo a excepción de un delicioso baño para relajarse.

Enseguida que cruzo la puerta principal, su mente dibujo a un Gio viendo la tele, pero su realidad era la contraria, Rodrigo estaba un poco contrariado, ya que al no ver a su novio pensó que estaría solo ya que aún no llegaba, por lo que a paso lento se dirigió por el pasillo donde dejo su maletín sobre una mesa, a aquella habitación que compartían,

Tras abrir la puerta para encaminarse a cambiarse y esperar a su novio, simplemente quedo en estado de shock, aquella imagen que tenía frente a él era indescriptible, ahí estaba Gio tendido sobre aquella gran cama con apenas una pequeña lencería de gato, de color gris, con orejas y cola, Rodrigo seguía parado sobre la puerta de la habitación sin moverse y con la boca abierta aquella imagen era una linda incitación a la lujuria para él.

Con toda delicadeza y gateando tan sensualmente sobre la cama Gio se dirigió al inicio de la cama, para luego con total delicadeza se incorporó y camino sexymente hacia su chico.

Rodrigo seguía incrédulo, mantenía un nudo en la garganta, desde hace un par de semanas no habían podido tener sexo debido a sus múltiples compromisos que los ahogaban en cansancio, por lo que solo pensar en ellos, se había evaporado aquel cansancio que traía y lo único que podía era pensar en cómo coger a Gio en sus brazos y follarlo hasta que no tuviera fuerzas,

Gio tan sensualmente llego a sus pies, con una enorme sonrisa y aquellos ojos color verde que irradiaban lujuria, cruzo los brazos por el cuello de su amado mientras dejaba un leve roce en sus labios a forma de besos

- ¡hola, amor! -, saludo Gio con un tono seductor

- ¡hola, ¿Qué esto Gio? -, respondió Rodrigo dejando sus manos de forma posesiva sobra la cintura de su amor mientras se lo comía con la mirada

- ¡hum!, ¿te gusta? -, recibió un asentamiento lujurioso, - es una nueva adquisición de la tienda "imperio" -, concluyo

- ¡te queda bien! -, replico sin dejar de verlo e imaginar la forma de follarlo.

Rodrigo ante aquella vista y sensaciones que le recorrían, comprendía muy bien lo que Gio era lo que deseaba, y sin duda era lo mismo que el deseaba desde hace días, por lo que lo complacería sin queja alguna, pero no antes de obtener el ruego de su chico, era algo que no podía evitar ya que lo excitaba, además que era más obvio que él también estaba tan excitado y que lo necesitaba ya los pantalones eran muy incomodos.

- ¡Hmm!, creo que tienes un pequeño problema por aquí papi -, dijo Gio sensualmente sin dejar de mirar aquella protuberancia que le hacía agua la boca y lo trazaba sutilmente con la yema de su dedo

- ¿tú lo crees? -, contesto roncamente Rodrigo ante aquella situación sin desviar la mirada de aquel momento

- ¡hujum!, ¿te puedo ayudar con ello papi? -, respondió Gio pícaramente aumentando aun el calor en aquella habitación de ser posible.

- ¡eso deseo! -, respondió Rodrigo con su mirada más oscura de lo posible

Sin más preámbulo Gio comenzó un beso que estaba cargado de lujuria y pasión, por lo que Rodrigo comenzó a seguirle el beso en medio de una lucha de lenguas, para que por la culpa del aire comenzara a separarse e iniciara un camino de besos y mordidas desde aquella boca que lo enloquecía hasta su cuello, en donde sin duda a la mañana siguiente aparecerían unas marcas moradas, Gio cogió la cabeza de Rodrigo y comenzó nuevamente el beso cargado de deseo, para luego repetir la acción de su chico dejando un camino de besos y pequeñas succiones por todo su cuello para terminar chupando el lóbulo de su oreja derecha y dejar una pequeña mordida provocando la salida de un gemido por parte de Rodrigo, en un movimiento rápido y brusco Rodrigo cogió a Gio por los muslos, incitándolo a que saltara y a su cintura, por lo que enseguida enrollo sus piernas alrededor de esta haciendo que se profundizará con mayor intensidad aquel beso.

¡DELICIOSAS PERVERSIDADES! - MIX SHIPPEOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora