7. EL REPARTIDOR

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Leo a simple vista para muchos era un chico lindo y tímido, viajo de Argentina a España para cumplir con su sueño de ser abogado, pero la vida no era fácil ni barata por lo que en su tiempo libre era repartidor en un barrio privado de Madrid, por otro lado se encontraba Rodrigo, un chico de posición acomodada y muy mimado por su madre.

Leo durante todas las mañana, en punto de las 5 am se alistaba para salir puntual a las 5:30 am a su trabajo en el barrio de Salamanca, debía ser puntual ya que sus entregas las hacia en bicicleta y de empezar fuera del horario no llegarían las entregas en tiempo y forma.

Como cada día comenzaba con su recorrido por el barrio, uno de los más selectos en Madrid, dando un par de pedaleadas depositaba en cada mansión los sobres o paquetes que correspondían, pero siempre le llamaba la atención la casa marcada con el número 7, la mansión de la familia De Paul, en especial no la construcción sino el chico que vivía ahí, el chico que podía ver por unos instantes cuando dejaba los encargos en la puerta, consideraba que aquel chico por su complexión y postura era sin duda heterosexual, pero consideraba que el verlo o soñar con el no infringía ninguna ley.

Por lo que aquella mañana, su corazón se alegró, por fin después de 4 días, haría una entrega en la casa del chico que le robaba el sueño, por lo que decidió que entregaría todos los paquetes y ese sería el ultimo, ya que asi podría quedarse mas tiempo mirando sin tener que salir disparado a entregar los pendientes.

Sin demora a las 9 am Leo tocaba el timbre de aquella mansión, sabiendo que aparecía el mayordomo, pero dejaría que su vista se perdiera en el lugar en búsqueda de alguien especial, din don, se escuchó e inmediatamente se abrió la puerta, pero para sorpresa de Leo, quien abría la puerta era el chico alto, con cuerpo musculoso y manos grandes, con una sonrisa que podría hacer caer bragas por donde pasara y unos ojos color miel en los que se perdió.

Las mejillas de Leo se tornaron rojizas, algo que desde un par de entregas antes Rodrigo ya había detectado, causando en el curiosidad por saber que era lo que lo provocaba, ya que siempre que lo veía a lo lejos eso pareciera que ocurría, además desde la primera vez que lo vio entregando mensajería en casa había nacido un interés por conocerlo, no sabia si era heterosexual u homosexual o quizás bisexual, pero eso era lo que menos le interesaba solo sabía que debía probar esa boca y algo más.

¡quizás este es el día!

- ¡hola, buen día! -, saludo tímido Leo quedando cautivado por el chico que había visto

- ¿este es mi paquete? -, cuestiono Rodrigo con una voz ronca que a Leo cautivo y excito

- ¡oh, si! ... -, respondió Leo saliendo de su asombro

- ¡bien! -, respondió Rodrigo mientras tomaba aquel envoltorio

- ¡debe firmar aquí! -, exclamo Leo tendiéndole la tablilla electrónica para que firmara intentando controlar su pulso nervioso

Mientras que Rodrigo firmaba la tablilla Leo lo admiraba sin creer tener tan cerca al chico que lo enloquecía,

- ¡listo! -, exclamo Rodrigo devolviendo la tablilla

- ¡gracias, Rodrigo! -, replico Leo con un poco de titubeo cuando leyó el texto escrito sabiendo por fin el nombre de su chico y sin ganas de retirarse, mientras que Rodrigo daba un asentamiento con su cabeza a forma de contestación

Justo cuando Leo giro sobre sus talones para retirarse, sintió como una mano lo cogía del brazo haciéndolo girar nuevamente para quedar frente a frente a Rodrigo sus miradas se fijaron mutuamente, sin demora Rodrigo se lanzo a comerle las boca deteniéndose cuando Leo no respondió algo que intuyo era por que no era de su interés

¡DELICIOSAS PERVERSIDADES! - MIX SHIPPEOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora