4. EL PROFESOR

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Era jueves y como cada día desde hace 6 años Leo Paredes, llegaba al liceo Cavani en Palermo, Italia, uno de los más reconocidos en aquel país, para dar sus clases de algebra al grupo J, el amaba su materia, era algo que le apasionaba, pero contrariamente ese grupo no le agradaba, lo cansaba y no por que le exigieran de sus conocimientos sino por lo desordenado y groseros que eran, aunque aquel animo desaparecida tras entrar en aquella aula cuando frente a el estaba aquel chico, de pelo castaño y ojos verdes, el típico chico problemático con faldas, era parte del equipo de porristas y por su trato con las chicas ya se había ganado uno que otro enojo, ya que era el centro de atención de las chicas por su belleza,

Para Leo no era asi, el tenía una relación con Camila, pero aquel chico ponía su mundo de cabeza, causaba excitación, lujuria y deseo inapropiado, pero algo que tenía claro, que esa situación no era posible, que no lo podía tener como quería ya que eran alumno y profesor, para muchos podría ser extraño que gustándole las chicas pensara en el chico, pero lo interesante era que no le interesaban los chicos solo era Gio, quizás por ser una aventura prohibida...

Gio aquel día llegaba a toda prisa al liceo para dirigirse sin demora a su aula de estudio, en donde tomaría algebra, aquella materia que siempre le costaba trabajo a excepción de cuando la estudiaba con el profesor sexy Paredes, que sin duda se había convertido en su secreto caliente mejor guardado, ya que desde la primera vez que cruzaron miradas se habían sembrado las ganas de comérselo como lo hacían las porristas, ¿quizás lo podrían compartir?...

Sin demora, se adentro en aquel espacio que a pesar de ser grande le parecía tan pequeño y caluroso, tomo asiento al final como siempre, poniendo atención en aquellos ejercicios que explicaba pero que en realidad no comprendía, ¿quizás debería solicitar una tutoría?, a mitad de clase comenzó a pasar aleatoriamente a los alumnos para resolver algunos en la pizarra, luego del quinto estudiante llamo a Gio, quien sin duda se irguió en su lugar para soltar un resoplido, a pesar de sus pensamientos lujuriosos debía mantener su imagen de coqueto y chico malo, camino por el pasillo hasta llegar frente a Leo quien le tendió el pintarrón que casualmente se caía al piso, por lo que torpemente se agacho a recogerlo, provocando que la vista de Leo callera sobre aquel culo redondo inclinado para el de manera disimulada, iniciando una sensación de electricidad recorriera por su cuerpo principalmente en su polla, Gio sabía lo que había hecho, por lo que cuando se levantó lo hizo de manera sensual y provocativa permitiéndose rozar con la polla de su profesor que comenzaba a despertarse, todo bajo la atenta mirada de su fiel amigo y cómplice Rodrigo que reía por las travesuras de su amigo planeaba para obtener lo que deseaba y el caos del salón quien no percibía la situación que acontecía entre su compañero y el profesor, un chisme jugoso sin duda.

Ante aquella situación Leo no pudo controlarse, por lo que simplemente se disculpó para salir de aquel lugar argumentando que se sentía mal, provocando solo que los chicos festejaran el tiempo libre que tendrían, una carcajada de Rodrigo que sabía bien que sin duda su malestar no se debía a un mal estomacal sino al culo de su amigo, regalándole un guiño a su amigo salió Gio de aquel lugar a pasos rápidos, imaginaba lo que sucedía y lo que haría por lo que los problemas podrían ser bastantes pero no importaba mientras lograra lo que deseaba desde hace tiempo.

Leo rápidamente llego a los baños más cercanos a su aula, para meterse en uno de los cubículos del fondo donde descaradamente saco su polla como si fuera a orinar pero comenzaba a tocarse, necesitaba liberar aquella tensión que tenía a causa de su deseo y las acciones que había provocado Gio por el roce, entre gemidos que trataba de silenciar lo maldecía, aquella necesidad solo acrecentaba y sabía que debía terminar rápido por lo que trataba con una mano liberarse mientras que la otra tapaba su boca para evitar salir con más fuerza sus gemidos con nombre y apellido Gio Lo Celso, pero aquella acción no pudo evitar que Gio lo escuchara justamente cuando ingresaba silenciosamente provocando una sonrisa enorme en su cara, a pasos rápidos se colocó atrás para tocarle el hombro, provocando que Leo girara exaltadamente dejando ver aquella polla en su esplendor por unos segundos para tratar de ser cubierta por sus manos, la vista que tuvo Gio por unos segundos sin duda despejo sus posibles dudas, sabía lo que quería y lo que haría y sin duda lo haría con el mayor de los placeres.

¡DELICIOSAS PERVERSIDADES! - MIX SHIPPEOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora