Sarai Luthor, heredera de una influyente familia, y Kara Danvers, una periodista con un secreto, se encuentran en la vibrante Ciudad Nacional. A pesar de un comienzo poco amistoso, una conexión inesperada surge entre ellas. Pero cuando los secretos...
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En la sala de estar de la mansión Luthor, en ciudad Gótica, de paredes beige con decoraciones de madera y estanterías llenas de libros, Lena y Sarai se encontraban sentadas en el suelo.
–¿Recuerdas, Sarai, cuando nuestra madre preparaba ese espantoso brócoli para cenar? —preguntó Lena con una risa.
Sarai hizo una mueca recordando aquellos días— ¡Oh, sí! ¡Era tan malo! No soportaba el olor ni el sabor.
Ambas hermanas se rieron, mientras Lena continuaba— Y cada vez que Lillian lo servía, tú hacías un desastre debajo de la mesa. Tirabas pedacitos de brócoli disimuladamente, tratando de que nadie se diera cuenta.
Sarai se sonrojó un poco, pero no pudo evitar reírse también— ¡Ay, sí! Creo que era mi manera desesperada de protestar contra esa verdura malvada.
–Pero ya enserio... No hagas ningún desastre nuevo ¿okey? —dijo Lena mirando a su hermana menor fijamente con la ceja alzada que la caracterizaba— Ya no sabes como me cansa de sacarte de aprietos —se rió.
–No voy a hacer nada malo, soy un angelito, un pan de Dios. —respondió mientras se acomodaba en el hombro de su hermana.
–El mismo inocente y travieso angelito que casi alcanza a Jack Sphere con una flecha, justo después de que él decidiera dejar a Lena argumentando que su trabajo era más importante —mencionó la madre de ambas al entrar al mismo lugar.
–Como dijiste mamá, casi... —dijo Sarai— Lamentablemente no le di como esperaba —continuó cruzándose de brazos.
Lillian, la madre de ambas hermanas, tiene un 'amor' profundo por Lena y Sarai, aunque no siempre lo demuestra abiertamente. Aún así, hay momentos donde las tres pasan buenos momentos, pero son casi inexistentes pues Lilian aún tiene la esperanza de que Lex, su hijo mayor, vuelva a casa y sean una familia feliz como ella dice, pero las dos hermanas saben que eso no es verdad.
No es sorpresa de que ella ama más a Lex que a las otras Luthor de la familia, después de todo, ambas son adoptadas.
–Solo te pediré algo —comentó Lillian mirando de manera seria a su hija menor— No seas difícil ¿Está bien?
–¿Por qué me dices eso, mamá? —pregunta con el entrecejo fruncido.
Lillian miró a Sarai con seriedad, sus ojos reflejando una mezcla de determinación y frialdad como acostumbraba.
–Necesito que te encargues de la empresa, de Lex-Corp en National City —dijo sin titubear.
Sarai se sorprendió ante la solicitud de su madre— ¿Por qué yo? Lena es más responsable y tiene más experiencia en esos asuntos. Ella sería la opción más lógica para liderar la empresa —respondió, buscando entender la decisión de Lillian.
La madre de las hermanas Luthor permaneció imperturbable, sin mostrar emoción alguna— Lena ha tomado decisiones que me han decepcionado en el pasado. No creo que pueda confiar en ella para dirigir la empresa en este momento —explicó sin entrar en detalles.
