03| Contra la mesa + pegging.

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Lamento cualquier falta ortográfica que tenga el capítulo, lo revisen muy a la rápida y puede que se me haya saltado algún detallito por ahí.

Shannon.

Abrí mis ojos con pesadez, una molestia azotó mi cabeza con fuerza en cuanto quise levantarme de la cama, pero me fue imposible y caí de nuevo en la almohada blanca.

Jadeé por todo el dolor que tenía mi cuerpo en este instante, estaba deshidratada, con las piernas dormidas, mi cabeza me pesaba más que todo el cuerpo y cada 3 segundos gemía por el dolor, mis ojos escocían en cuanto quería abrirlos demasiado tiempo.

Dios, por favor mantenme viva este día, prometo no volver a pecar, desde hoy no volveré a tomar alcohol... Ni a chupar la polla de mi novio en el cubículo de un baño... Bien, esto no estaba funcionando.

Giré mi rostro con lentitud, tratando de no marearme en el proceso, viendo que Tom no tenía mucho mejor aspecto que yo, incluso seguía durmiendo plácidamente mientras babeaba contra su almohada. Recuerdo la primera vez que dormirnos juntos y terminó babeando todo mi hombro descubierto, en la mañana Tom tenía su rostro tan rojo que pensé que iba a explotar, pero solo estaba avergonzado, solté una risa al recordarlo.

Su cabello trenzado no traía ningún accesorio, aún así no podía admirarlo demasiado ya que su brazo tapaba parte de su rostro, su espalda estaba descubierta y con los rayos del sol se marcaba más de lo normal, se veía exquisito.

Quería trazar mis dedos por su piel, como si pintara cada una de sus facciones e imperfecciones, aunque para mí Tom no tenía ninguno.

¡Quería pasar mi lengua...!

Adoraba la anatomía humana y lo encontraba demasiado entretenido, dibujar era un pasatiempo que me daba en algunos descansos de mi trabajo, casi siempre terminaba más estresada pero con distintas extremidades dibujadas en una croquera, solía revisarlas con admiración por lo mucho que he progresado.

Por lo fuerte que pegaba el sol debían ser por lo menos las dos de la tarde, ayer junto a los gemelos tomamos más de 4 rondas de tragos, después de mi encuentro en el cubículo del baño junto a Tom, regresamos un poco desaliñados a la mesa y Bill nos observó con una ceja alzada, era obvio que se había dado cuenta pero preferí quedarme callada para no incomodar tanto el ambiente.

Aún con la molestia picoteando mi cerebro me levanté sin muchas ganas para ir a lavarme apropiadamente y sacarme los restos de maquillaje, había llegado completamente ida y no hice ni una mierda de rutina, mi rostro estaba asqueroso.

Incluso creo que le pedí hacerlo a Tom, ya saben a lo que me refiero... Quién estaba un poco más sobrio, él se había negado innumerables veces ya que no estaba del todo consciente, aunque no me hubiera molestado que lo hiciéramos, fué sumamente tierno y respetuoso.

Amaba el hecho de que podía emborracharme y recordar todo a la mañana siguiente.

Volví a la cama a pasos pesados y descontrolados, fijándome en que la posición de dormir de Tom había cambiado y eso sólo significaba que estaba completamente ido en su quinto sueño.

Solté una risa que sonó como un suspiro y me recosté a su lado, abrazándolo por detrás y acariciando parte de su espalda y cuello, escuche un gruñido por su parte y una mano guío la mía debajo de su brazo izquierdo, haciendo que acariciase su abdomen.

Aquel movimiento me recordó a el momento que tuvimos ayer, como empezó a empujar sus caderas contra mi rostro y su polla empujando contra mi garganta, recuerdos que mi cabeza estaba hecho un lío, movía mi mano desesperadamente contra mi intimidad mientras Tom me miraba con sus cejas elevadas, mirándome casi con expresión de pena, pero era todo lo contrario.

Promiscuous Boy. | Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora