[Día 3]
Después de dar una gran cantidad de vueltas sobre la cama me sigo negando a levantarme. Es demasiado cómoda y tengo sueño… Pero debo levantarme… Con mucha dificultad abro levemente mis ojos. El sol entra por las ventanas e incluso puedo escuchar como las calles se vuelven más y más ruidosas gracias a la gran cantidad de personas que la transitan y negocios que comienzan a abrir. El único negocio que no logro abrir se llama “desperezarme” y me está costando demasiado. Con mucha más flojera de la que creí tener, ruedo hasta caer al suelo y me fuerzo a prepararme para el día de hoy. Cierto, hoy es el último día… No quiero irme a casa todavía. ¿No puedo volver a dormir y aplazar la estadía hasta mañana? Qué más quisiera, obviamente no puedo simplemente ir y decir que cambiare los planes por mi capricho de seguir durmiendo. Luego de dejar la habitación, somnoliento y ya totalmente vestido, me encuentro con Gonta en el comedor del hotel, quien me saluda alegremente. ¿De dónde saca las energías?
-¡Buenos días! _exclama él, agitando su mano infantilmente_
-Buenos días… _le respondo tras bostezar, después de todo, sigo cansado. No solo porque apenas logré dormir, sino por el hecho de que sigo siendo un vago sin remedio. Al mirar a la izquierda veo que Rantaro también está allí, así que le saludo también_ Buenos días, Rantaro.
-Buenos días… ¿Estás bien? _pregunta al notar que me tambaleo con solo dar unos pasos debido a mi pereza_
-No te preocupes, siempre es igual. _le dice Gonta, riendo un poco al conocer muy bien mi comportamiento en las mañanas_ Tiene tanta pereza que siempre que se levanta parece una gelatina.
-Gonta, no me desprestigies así. ¿Cómo que parezco una gelatina? Solamente tengo sueño. Además, anoche apenas dormí pensando en que hoy es nuestro último día aquí en Hiroshima.
-¡Ah, es cierto! _exclama él, pasando olímpicamente de mis palabras previas_
-Ah, era eso. Ya pensaba que algo andaba mal por el rostro cansado que traes. _dijo Rantaro algo más tranquilo. Siendo sincero, después de ver su expresión de antes, puedo adivinar que creyó que era su culpa que no hubiese podido dormir, por eso se relajó cuando le di la explicación. Realmente, en parte no pude dormir por la preocupación después de lo que ocurrió anoche, pero no quiere decir que sea su culpa_
-¡Yo me sentí igual el día antes de que viniésemos acá! Ah, pero ayer dormí como un lirón porque estaba cansado.
-No se puede esperar menos de ti… _musité, mirando su expresión de felicidad, como quien le dice un cumplido del cual alegrarse_
-No te preocupes, Kokichi, si te sientes mal hoy puedes decirlo en cualquier momento. _dice Gonta para animarme mientras palmea mi cabeza repetidas veces, e increíblemente, con suma delicadeza. No soy de cristal, pero aprecio que se preocupe_
Después de intercambiar unas palabras más la dueña apareció para avisarnos de que pronto traería el desayuno. Un desayuno tradicional, hacía mucho que no veía uno como este. Creo que empiezo a extrañar mi casa, mi madre siempre prepara un desayuno parecido porque le encanta respetar la tradición. Cierto, hoy debo tomar más fotos para mostrarle o de lo contrario no me dejará tranquilo. Escuchar a Gonta exclamar de felicidad al estar ante un desayuno tradicional me sacó de mi trance. No es como si en casa no los comiera a diario, pero este es diferente en algún que otro detalle. En casa no solemos comer fideos soba y postres de fruta seca en el desayuno, supongo que esa es la parte que le emociona más. Luego de probar su primer bocado, hace una comparación con el desayuno que tuvimos ayer. El hotel en el que estuvimos antes era uno empresarial, así que no el servicio no era ni remotamente igual. Era un desayuno estilo buffet, donde tomas lo que sea que te apetezca y te lo pones en el plato. Además, había más alimentos occidentales que japoneses: Medialunas, rollos de manteca, huevos revueltos, salchichas y cosas así. Aunque también había algún que otro alimento tradicional de Japón. Echo de menos el desayuno que me prepara mi madre, en serio…
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Dearest [An Oumami Fluff fanfic]
FanfictionCansado de mudarse constantemente debido al trabajo de sus padres, Kokichi, el protagonista de nuestra historia, se ha rendido con su vida social debido a la reiterada ruptura de sus cortas amistades. Sorprendentemente, las constantes mudanzas sufre...