Capítulo 2

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Caminamos por la ciudad de Onomichi, aunque no prestaba demasiada atención en el paisaje, en mi mente estaba anclado en el recuerdo sobre la salud de mi acompañante. No paraba de mirarle de reojo de vez en cuando, buscando por algún indicio de que se sintiese mal, pero parecía estar en perfecto estado, sonriendo, tan sereno como siempre... Por mucho que le decía que no se esforzase de más, él siempre reía y me respondía que estaba bien y que no debía preocuparme. La verdad es que tiene muy buen aspecto, independientemente de su atractivo natural, pero será mejor que no le haga esforzarse demasiado. Claro que sé perfectamente que tiene muchas expectativas en este recorrido de 3 días que haremos, y no quiero tirar sus ánimos por el suelo, pero tampoco me gustaría ser una carga para él y acabar empeorando su estado. Me quedo sumido en mis pensamientos,  el silencio entre ambos no es incómodo y es cortado por los sonidos de la naturaleza y las escasas personas del entorno.

-A veces pienso que, si volvía a hablarte, Kokichi… Tenía que decirte algo… _musita, su voz me saca de mis pensamientos, ladeo mi cabeza para verle, él sigue sonriendo_

-¿Ah sí? _cuestioné, sintiendo curiosidad. Por la forma en que lo dice pareciera que se pensamiento no ha desaparecido aún con el paso de estos 5 años, se le nota algo nostálgico, probablemente piensa lo mismo_ ¿Qué sería eso?

-Gracias por el omamori… _dijo, su sonrisa era tan brillante como el mismo sol, no creo haber visto esa expresión en él antes. Pero, independientemente de eso, me sorprendí. ¿Realmente había recibido aquel omamori? Él deja de caminar, saca de su bolsillo aquella pequeña bolsa de tela. Inmediatamente, me pongo a recordar aquella vez en que no pude darle dicho objeto. Aquella enfermera con la que me encontré dijo que se lo haría llegar. Sinceramente, solo era un niño, creería cualquier cosa que un adulto dijese, pero no pensé que ella fuese a cumplir a pie de letra su promesa. A diferencia de lo que esperaba por el paso del tiempo, el omamori estaba prácticamente intacto, lo ha cuidado todo este tiempo_ Me sentí feliz cuando lo recibí, se nota que pusiste bastante empeño en él.

-Así que la enfermera cumplió con su promesa… _musité, sintiéndome feliz tanto interna como externamente. Observé como acariciaba la tela de la pequeña bolsa con cariño, no evité sonrojarme con ello, lo trata como si se pudiera romper _

-Sí, me lo entregó el mismo día que te mudaste. A pesar de que había una enorme distancia entre un hospital y otro.

-Justo el día siguiente… _dije con sorpresa, él rió. Agradezco internamente a la enfermera, mostrándome a mí mismo una imagen mental de su amable sonrisa. Inmediatamente vienen a mí aquellos sentimientos que tenía en aquel entonces, cuando no pude entregar el omamori directamente_ Oye, Rantaro… _le llamo, él me mira confundido_

-¿Sí?

-Gracias por haberlo guardado durante tantos años.

-Por supuesto, lo he cuidado durante todo este tiempo. Porque con solo tocarlo puedo percibir ese sentimiento… Aquel que demuestra que te preocupas por mí. _él sonríe de nuevo, no me veo capaz de decirle nada en estos momentos_ ¿Puedo preguntarte algo? _cuestiona, asiento al no salir de mi leve estupefacción aún_  ¿Por qué hiciste este omamori?

-Eh… _musito ante su inesperada pregunta, tiene una enorme facilidad para hacerme preguntas que me tomen por sorpresa. Pienso bien mis palabras antes de responder_  Cuando mis padres decidieron que debíamos mudarnos de nuevo, me preguntaba si podía hacer algo por ti, ya que pensaba que no volvería a verte, lo que alguien a esa edad normalmente piensa…  Así que hice un omamori con el deseo de que estuvieras bien y sonriendo siempre. Como no estaba acostumbrado a coser, tardé mucho tiempo, más aún con las heridas que me hacía al equivocarme, pero logré terminarlo después de mucho esfuerzo. Eso me mantuvo ocupado todo el tiempo antes de que la fecha llegase y no iba a verte al hospital. Me arrepentí siempre por no poder despedirme adecuadamente, pero más aún por faltar a mi promesa de ir a verte siempre que pudiera…

Dearest [An Oumami Fluff fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora