Capítulo 17: El Regreso a la Ciudad Perdida

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Los Elegidos de la Luz emprendieron un viaje de regreso a la mística Ciudad Perdida, el lugar donde habían comenzado su extraordinaria odisea. Llevaban consigo la noticia que tanto ansiaban compartir con el Maestro del Fuego, quien había sido su guía en el inicio de su búsqueda.

Al llegar a la Ciudad Perdida, se encontraron con el Maestro del Fuego, un anciano sabio cuyos ojos reflejaban la intensidad del fuego que controlaba.

"¡Maestro del Fuego!", exclamó Jörg emocionado. "Hemos vuelto con noticias importantes".

El Maestro del Fuego los miró con curiosidad. "Hablad, Elegidos de la Luz", dijo con una voz profunda.

Lyra tomó la palabra. "Hemos encontrado a la portadora del elemento fuego", dijo con una sonrisa. "Su nombre es Aria, y viene del legendario Reino del Fuego Eterno".

El Maestro del Fuego parecía intrigado. "El Reino del Fuego Eterno es un lugar lleno de misterio y poder", comentó. "¿Cómo descubristeis a esta joven?"

Astrid tomó la palabra y relató la historia del encuentro con Aria en el Reino del Fuego Eterno, su conexión con el elemento del fuego y su talento innato para controlarlo.

"Es una joven valiente y decidida", añadió Grom. "Hemos visto en ella el equilibrio y la compasión necesarios para ser una digna portadora del fuego".

Elara asintió en acuerdo. "Ella está dispuesta a aprender y a proteger el equilibrio elemental en el mundo", dijo. "Es el momento de que el Reino del Fuego Eterno tenga un nuevo Guardián del fuego".

El Maestro del Fuego escuchó atentamente sus palabras y luego sonrió con satisfacción. "Es una noticia que alegra mi corazón", dijo. "Sé que habéis pasado por muchas pruebas y desafíos para encontrarla. Vuestra misión ha sido noble y valiosa".

Jörg se adelantó y entregó una insignia con el símbolo del fuego al Maestro. "Es para Aria", dijo. "Como su mentor en el Reino del Fuego Eterno, queremos que la protejas y la guíes en su camino como Guardiana del fuego".

El Maestro del Fuego tomó la insignia con gratitud y miró a los Elegidos de la Luz con aprecio. "Lo haré con honor y cuidado", respondió. "Aria estará en buenas manos".

Aria, quien había estado observando con respeto y admiración, se acercó tímidamente. "Gracias, Maestro del Fuego, por aceptarme como tu discípula", dijo con gratitud.

El anciano sonrió y puso una mano en el hombro de Aria. "Eres una portadora excepcional del fuego", expresó con orgullo. "Ahora que te has unido a nosotros, sé que juntos podemos preservar el equilibrio y proteger el mundo de cualquier desequilibrio".

Con la presencia del Maestro del Fuego y la bienvenida de Aria al grupo de los Elegidos de la Luz, la Ciudad Perdida cobró vida nuevamente con la esperanza y la promesa de un futuro en el que los poderes elementales serían restaurados y el equilibrio prevalecería.

Los Elegidos de la Luz sabían que su misión aún no había concluido. Aún había retos por enfrentar y nuevos portadores de elementos que encontrar. Pero ahora, con Aria como la Guardiana del fuego y el Maestro del Fuego a su lado, estaban más preparados que nunca para enfrentar cualquier desafío que el destino les tuviera reservado. Unidos como un equipo, continuaron su travesía hacia un mundo donde la armonía y la luz brillaban con fuerza, llevando esperanza a cada rincón del mundo.

El Alma Errante: Crónicas de ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora