Capítulo 14: La Esencia de la Tierra

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La búsqueda de los Elegidos de la Luz los llevó ahora a una región de majestuosas montañas y vastos valles, conocida como el Reino de las Tierras Elevadas. Este lugar era famoso por sus imponentes cordilleras y su rica esencia de la tierra que fluía a través de cada roca y piedra.

Allí, los Elegidos de la Luz encontraron a un grupo de mineros y artesanos, cuyas vidas estaban profundamente entrelazadas con la esencia de la tierra. Entre ellos se destacaba un joven llamado Aric, cuyas manos tenían la habilidad única de transformar la piedra en esculturas magníficas.

Aric trabajaba en una pequeña cantera, tallando con destreza figuras de animales y seres mitológicos. Su conexión con la tierra era innegable, y los Elegidos de la Luz supieron de inmediato que podría ser un posible portador del elemento tierra.

Decididos a ayudar a Aric a despertar su poder, los Elegidos de la Luz se acercaron a él con calidez y respeto. Aric, al principio, se mostró reacio y sorprendido por la visita de los legendarios Elegidos, pero pronto sintió una conexión especial con ellos y les reveló su don oculto.

Jörg sonrió al ver las impresionantes esculturas de piedra que Aric había creado. "Tu talento es asombroso, Aric", dijo con admiración. "Tu don con la tierra es innegable".

Lyra asintió, encantada por las esculturas de piedra. "Eres un verdadero artista, capaz de dar vida a la piedra con tu toque", comentó.

Astrid, Elara y Grom compartieron palabras de elogio y apoyo, alentando a Aric a abrazar su conexión con la esencia de la tierra y a despertar completamente su poder.

Intrigado por la posibilidad de descubrir su verdadero potencial, Aric aceptó la ayuda de los Elegidos de la Luz. Juntos, se adentraron en una profunda cueva de piedra, donde la esencia de la tierra fluía en cada rincón.

Jörg guió a Aric a través de ejercicios de meditación y concentración, ayudándole a sintonizar su espíritu con la esencia de la tierra. Lyra cantó una suave melodía que resonaba con la vibración de la piedra, mientras Astrid y Elara creaban un vórtice de viento que llevaba la esencia de la tierra hacia Aric.

Grom, con su fortaleza y sabiduría, protegió la cueva de cualquier perturbación externa, permitiendo a Aric sumergirse completamente en su conexión con la tierra.

En el punto culminante del proceso, Aric cerró los ojos y se concentró en el latido de la tierra bajo sus pies. Sintió cómo la esencia de la tierra fluía a través de él, llenando cada fibra de su ser. De repente, una ráfaga de energía lo envolvió, y una oleada de poder recorrió su cuerpo.

Los ojos de Aric se iluminaron con asombro y gratitud. Había despertado su don elemental y podía sentir la fuerza de la tierra a su disposición.

"Lo has logrado, Aric", exclamó Jörg con una sonrisa. "Eres el portador del elemento tierra. Tu conexión con la esencia de la tierra es poderosa y te permitirá moldear y manipular la piedra a tu voluntad".

Aric se levantó con confianza y asombro, sintiéndose conectado con la esencia misma del Reino de las Tierras Elevadas. "No puedo agradecerles lo suficiente", expresó con emoción. "Gracias por ayudarme a descubrir mi verdadero poder".

Lyra le entregó un colgante con el símbolo de la tierra, un recordatorio de su valía y del deber que asumía como portador del elemento tierra.

"Ahora que has despertado tu don, es tu responsabilidad proteger y preservar el equilibrio en el Reino de las Tierras Elevadas", le dijo Lyra. "Estamos seguros de que serás un guardián valiente y sabio".

El Alma Errante: Crónicas de ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora