Habit • {Meanie}

☂️ 12 ☂️

Hoy Soonyoung iba a quedarse a cenar en casa de Mingyu y Wonwoo.

El único inconveniente es que a Wonwoo le habían vuelto a cambiar la medicación hace un par de días y eso hacía que estuviese más sensible de lo que normalmente estaba.

Ahora Mingyu y Soonyoung se encontraban en la cocina, intentando descubrir por qué Wonwoo lloraba de forma tan desconsolada.

—¿Qué pasa, Wonnie?— Mingyu se encargó de sujetarle las muñecas para evitar que el menor se las mordiera. Un mal hábito que tenía cada vez que se estresaba, se enfada, lloraba o algo le molestaba. —¿Es por la comida? ¿No quieres comer fideos?

Wonwoo siguió llorando sin responder a ninguna de las preguntas.

—¿Qué te ocurre, Wonnie?— Mingyu hizo un pequeño puchero con los labios. Se sentía fatal cuando no entendía qué le ocurría al menor. —¿No tienes hambre? ¿Qué te parece si hacemos una pizza para cenar? De jamón y queso, como a ti te gustan.— Sonrió.

—¡N-no!— Wonwoo consiguió soltarse unos segundos del agarre de Mingyu, aprovechando para darse unos golpes sobre su propia cabeza con sus puños.

—No, no, no.— Mingyu volvió a sujetarle los brazos, esta vez con un poco más de fuerza. —Sabes que no te tienes que pegar, Wonwoo. Mingyu te ha dicho muchas veces que te puedes hacer daño.

Wonwoo se tiró al suelo, sin dejar de llorar.

Al final Mingyu tuvo que recurrir a su última carta: llevarle en brazos. Era una técnica que siempre evitaba usar, puesto que Wonwoo estaba acostumbrado a ello desde pequeño y, ahora que ya era casi todo un adulto, no era tan sencillo cargarle en brazos como antes.

Tuvo que sentarse sobre el suelo de la cocina y sentar a Wonwoo sobre su regazo mientras se balanceaba de delante a atrás.

A su vez, agarró ambas manos de Wonwoo y fue dando ligeros apretones alternativos en cada una de éstas, algo que le calmaba mucho.

—Mingyu... ¿yo qué puedo hacer?— Soonyoung estaba de pie en medio de la cocina, sin saber cómo podía ayudar.

—¿Podrías ir haciendo la cena?

—Claro. ¿Fideos?

—También hay algo de carne y arroz en la nevera.

Mientras Soonyoung preparaba la cena y colocaba todo en la mesa, Mingyu siguió calmando a Wonwoo de la misma manera durante quince minutos.

—¿Ya estás mejor, Wonnie?

Ahora Wonwoo ya no lloraba. Aún seguía teniendo la respiración algo agitada por el llanto, pero ya estaba mucho más tranquilo.

—Vamos a cenar, Wonnie. ¿Vale?

—No.

—¿No tienes hambre? Mira.— Mingyu hizo que Wonwoo despegará su mejilla de su hombro y señaló a la mesa. —Está tu carne favorita, Wonnie.

—Carne.

—¿Vamos a cenar?— Preguntó Mingyu con una sonrisa en la cara.

—Sí.

Mingyu tuvo que sentarse en el sofá con Wonwoo sentado sobre sus piernas puesto que el menor comenzó a alterarse de nuevo. Estuvieron cenando en esa posición.

Soonyoung y Mingyu dejaron toda la carne para Wonwoo, ya que era lo único que quería comer. No quería ni fideos ni arroz.

—Me siento mal por no poder ayudarte. Gyu...— Dijo Soonyoung con un puchero mientras tenía la boca llena de arroz.

—No te preocupes, hyung.— Mingyu sonrió. —Al final Wonwoo solo se calma conmigo. Sería inútil que lo intentaras tú.

—Eso es porque te quiere un montón.— Sonrió.

—Wonnie, ¿tú me quieres?— Mingyu seguía meciéndose levemente mientras acariciaba la espalda del nombrado.

Wonwoo levantó la cabeza del hombro del más mayor.

—Mingu.— Dijo mientras tocaba el pecho ajeno con su dedo índice.

—Muy bien, Won.— Sonrió. —Mingyu.— Dijo apuntándose a él mismo. —Y Wonwoo.— Apuntó al nombrado. —¿Wonwoo quiere a Mingyu?

—Sí.— Asintió con la cabeza un par de veces.

Mingyu abrió los ojos de sorpresa mientras que sus labios formaron una "o". Era la primera vez que Wonwoo le decía que le quería.

—Mingyu también te quiere mucho, mucho, mucho, Wonnie.

—Wonu quere Mingu.

Mingyu pudo notar que sus ojos amenazaban con desbordar lágrimas y no pudo evitar que alguna lágrima traicionera se escapara.

—Mingu tiste.— Dijo Wonwoo. —Mingu tiste. Mingu no quere Wonu. Mingu tiste.

—No, Wonwoo. No estoy triste.— Corrigió el mayor. —Son lágrimas de amor, ¿sabes? Lloro porque te quiero mucho y tú me quieres mucho a mí.

—Mingu feliz. Mingu quere Wonu.

—Eso es.— Mingyu sonrió antes de acariciar las mejillas del menor. —Mingyu está muy feliz. ¿Me dejas darte un besito en la mejilla?

—No.

—Vaya, ya estaba pidiendo demasiado por hoy.