Habit • {Meanie}

☂️ 13 ☂️

El caluroso verano llegó.

A Wonwoo no le gustaba nada el calor. Le irritaba y le ponía de mal humor.

Por eso mismo, Soonyoung invitó a Mingyu y a Wonwoo a pasar el día en la piscina de su casa.

El menor estaba muy emocionado. Tanto que se despertó a las siete de la mañana para preparar todo lo que tenía que llevar en su mochila de piscina, obligando a Mingyu a tener que madrugar también.

Lo primero que guardó fue su toalla. Una toalla súper suave con un estampado de un unicornio que usaba siempre que iba a la piscina. Siguió con la crema de sol, las gafas de sol, una gorra azul pastel y el bañador de ese mismo color.

Dejó para el final lo más importante: unos vasitos de juguete que siempre usaba para jugar en la bañera.

Después de preparar la mochila, Mingyu le ayudó a escoger la ropa. Siendo, al final, unos simples pantalones cortos negros con una camiseta blanca.

—Wonu está listo.— Dijo el menor mientras esperaba de pie frente a la puerta de casa, preparado para salir.

Mingyu sonrió al verle tan emocionado.

—Entonces ya podemos irnos, Wonnie.— El más alto agarró la mano ajena y ambos salieron de casa.

Hoy Wonwoo sí que tenía ganas de ir en bus, así que esperaron unos minutos en la parada. Mientras esperaban, el menor abrió su mochila para sacar su gorra azul y ponérsela.

—Wonu guapo.

—Tú siempre estás guapo, Wonnie.— Mingyu dejó un pequeño beso en su mejilla.

Cuando el bus llegó, Wonwoo se sentó al lado de la ventana. Le gustaba observar la calle.

Al llegar a casa de Soonyoung, el nombrado les recibió igual de entusiasmado que siempre.

—¡Won, te estaba esperando!— Exclamó con emoción. —Mi piscina y yo te estábamos esperando.

Los tres chicos salieron al jardín después de ponerse sus respectivos bañadores y de haberse echado la crema solar.

Todo iba bien, hasta que uno de los pies de Wonwoo tocó el agua.

El menor se soltó de la mano de Mingyu y se alejó a esconderse en un rincón mientras daba pequeños manotazos al aire.

—¿Qué ocurre?— Preguntó Soonyoung, claramente confundido.

—Creo que el agua está demasiado fría para él...— Dijo Mingyu mientras caminaba hasta Wonwoo para intentar hacerle volver.

Estuvieron varios minutos intentando convencer a Wonwoo para que volviese al agua, pero tuvieron que darse por vencidos cuando vieron que solo estaban consiguiendo ponerle más nervioso.

—Déjalo, Soonnie. No va a volver a tocar el agua.— Sentenció Mingyu.

Ambos chicos se quedaron en silencio hasta que Wonwoo se calmó un poco.

—¡Tengo una idea!— Soonyoung se levantó abruptamente de la toalla en la que estaba sentado, haciendo que Wonwoo y Mingyu diesen un pequeño brinco.

—¿Dónde vas?— Preguntó Mingyu cuando vio a su amigo vestido con ropa de calle.

—A llevar a cabo mi magnífico plan.— Sonrió mientras se ponía sus gafas de sol. —Vuelvo en media hora. En la cocina tenéis de todo, serviros lo que queráis.

Mingyu y Wonwoo esperaron sentados en el sofá mientras veían el documental de dinosaurios favorito del menor.

—¡Ya estoy aquí!— Exclamó Soonyoung mientras entraba en el salón con una caja de cartón entre sus brazos.

—¿Qué es eso?— Cuestionó Mingyu.

—Vamos al jardín y lo veréis.

Mingyu apagó la televisión y agarró la mano de Wonwoo para seguir al contrario.

Lo que Soonyoung había comprado era una piscina inflable lo suficientemente grande para que Wonwoo pudiese sentarse a jugar con el agua.

—¡Tacháááán!— Exclamó con emoción mientras sacaba el plástico arrugado de la caja.

—¿Es una piscina inflable?

—¡Exacto, mi gran amigo! La he comprado para Wonwoo. Pensé que podríamos llenarla con agua templada para que no tenga tanto frío. ¿Qué te parece?

—¡Wow, muy bien pensado, Soonnie! A veces me gusta tu forma de pensar.

—Ya solo nos falta inflarla.— Sonrió.

—¿Y dónde está el inflador?

—El... ¿inflador?— La sonrisa de Soonyoung se fue borrando gradualmente de su rostro.

Mingyu se frotó el entrecejo con su dedo índice y pulgar.

—¿No has traído el inflador?

—Pues... te vas a reír, pero... no.

—Genial. ¿Y ahora qué?

—Habrá que hacerlo a la antigua usanza.

Ambos chicos estuvieron media hora turnándose entre ellos para inflar la piscina con el aire de sus propios pulmones.

—Te voy a matar, Kwon Soonyoung.

—Vamos, no ha sido para tanto. S-Solo necesitamos... unos pulmones nuevos.— Sonrió. —Y listo.

—Agua, agua.— Interrumpió Wonwoo.

—Eso, eso. No te haremos esperar más.

Y, acto seguido, llenaron la piscina con agua un poco más calentita.

Gracias a la idea de Soonyoung, Wonwoo pasó el resto del día jugando felizmente en la pequeña piscina.

Lo que más le gustaba era hundir los vasos bajo el agua para ver cómo salían burbujitas cuando éstos se llenaban de dicho líquido.

—Muchas gracias, Soonnie.— Dijo Mingyu.

—¿Gracias por qué?

—Por pensar siempre en Wonwoo. Lo aprecio mucho.

—Oh, vamos, Min. ¿A casi te crees que tú eres el único que le quiere? Seguro que a este paso le quiero yo más que tú.

—Ni lo sueñes. Nadie puede quererle más que yo.

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HE VUELTOOOOOOOOOOO

RESURGÍ DE MIS CENIZAS COMO EL AVE FÉNIX.