En mi mente aún permanece ese encuentro secreto que tuve con Chris cuando tuvo que ir a una reunión familiar y estaba realmente aburrido, acudió a mí a las 2:23 de la madrugada porque ya no toleraba las canciones viejas y anticuadas de sus padres.
Yo no tuve ninguna restricción en ir a verlo, conocía bien el camino, así que en pocos minutos me presenté en casa de los abuelos de Christopher, ya entendía porque necesitaba ayuda.
Realmente la música era tan antigua que podía jurar que ningún programa de escaneo lograría encontrar la canción.
Chris me presento a sus abuelos ebrios, sus padres aún más ebrios y a sus hermanos; en realidad ya los conocía, llegamos a estudiar todos juntos en la secundaria, claro que en años distintos.
Christopher me llevo al patio trasero de la casa de sus abuelos que era grande y acogedor, tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos hasta llegar a los columpios de madera refinada que estaban guindando de una rama en el árbol central.
-Espero que no tengas problema por esto-
-Nada que ver, ya oía la música de tus viejos, tiene más tiempo en la tierra que tú y yo de amigos
Comente y el rio por lo bajo, en su mano tenía un vaso con vino y agua gasificada, no soy de los que toman mucho, pero no me negué a que Chris me diera un vaso de igual forma.
Empezamos hablando regularmente, de cómo pudo Chris aceptar reunirse si sabía que la iba a pasar mal, realmente mal, pero su desgracia era tan divertida para mis gustos en humor.
Era divertido ver sus expresiones de redención, pero más cuando tuvo esa maravillosa idea que adorno su rostro con una sonrisa pequeña y obligo su mano a tocar la mía, la tomo y me guio de nuevo, lejos, esta vez, me dirigió hacia la entrada principal, y nos sentamos en la vereda.
- ¿Recuerdas cuando solíamos sentarnos en la vereda del Kínder a esperar al heladero? -
Asentí
Fue la etapa más bonita de ser niño, tener un amigo que compartía tus mismos pensamientos y locuras colectivas, por todo un mes entero, Chris se sentó conmigo en la vereda del instituto de educación inicial.
Habían sido los mejores momentos de mi niñes junto a Chris.
-Solíamos sentarnos cada tarde a esperarlo
- ¿Por qué siempre llegabas primero que yo, Lee?
- ¿De verdad me preguntas esto ahora?
-Siempre quise saberlo.
- ¿Qué te hace pensar que te lo diré?
- ¡Porque me amas, Minhonnie!
Solté una risa y negué tomando un sorbo del vino fermentado del vaso que el me entrego y luego lo mire detenidamente.
-Yo no tenía educación física cuando tu tenías -
- ¡Mierda!
Chris exclamo riendo mientras escupía un poco de su bebida, yo no pude evitar reír también, no solo porque la risa de Chris siempre será una maravilla contagiosa, él también estaba ebrio, al menos un poquito.
Sonreí un poco al verlo tan animado por los restos de vino en su organismo, no pude evitar pensar que así se veía muy lindo.
En cuestión de segundos muy cortos, su brazo izquierdo se encontraba sobre mis hombros y espalda, su mentón estaba posando sobre mi hombro derecho y ahí estaba el mostrando su dulce sonrisa.
Sus labios fueron precisos con los míos, de nuevo estaba cayendo por lo único que me había más débil, no podía ni siquiera negarme, no podía moverme o parpadear porque tenía miedo de que la mínima reacción que yo hiciera pudiese alejarlo de mí.
Yo deje que me besara, el me llevo a casa después de una hora, el trayecto fue silenciosos, en realidad en la radio se escuchaba una canción de Coldplay que yo desconocía, pero Chris parecía saberla.
Yo debería aprender un poco más de inglés, seria lindo que Christopher lo hablara conmigo si le parecía oportuno. Podía sentir su mirada sobre mí de vez en cuando, en ocasiones cuando nuestras manos se rozaban.
Porque su tacto era suave y tan maravilloso sobre mi piel, no existía otra sensación tan sublime que las cosquillas que transmitían las yemas de sus dedos, chocando ocasionalmente sobre mis nudillos o incluso entre mis dedos.
No era hora de hablar sobre lo que acaba de ocurrir, quizá jamás sería el tiempo oportuno de hacerlo.
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I'm Not Gay
FanfictionHay formas distintas de arruinar una amistad entre hombres. Lee Minho jamás pensaría en robarle la novia a ninguno de sus amigos y mucho menos besar a la chica que alguno de estos pudiese estarle coqueteando. En su mente y corazón sólo existe espac...