Cap. 2

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Créditos de la imagen a Spoon.

<< ¿Quién eres?>>

—Príncipe Lucas —.

—No lo soy —.

—Todos casi no sabemos quiénes somos —.

—Su majestad, me temo que yo si se quién soy, hasta ahora jamás he tenido ningún encuentro con aristócratas o la nobleza —.

Un cambio de música intensifico el ritmo, aunque no era impedimento para la danza bien ejecutada mientras sus intereses se ampliaban.

—¿Sabe que significa su apellido? —.

—Poder —.

—Usted es el Príncipe de los magos y duque de los demonios —.

Lucas, tu serias un mago y parte demonio.

—¿De qué está hablando? Soy humano —.

Una presencia apareció a lado de ellos deteniendo su baile.

—¿Lea? —.

—Maestra, debe retirarse, el reino de los magos —.

—Voy de inmediato —.

El hada dio una última reverencia y desapareció.

—¿El de los magos? —.

—Su reino —tomo la mano del contrario —Es cuestión de tiempo, Lucas —desapareció —.

'No me dijo la verdad'

Salió confundido al patio del lugar encontrándose a un hombre con características finas, sus ojos claros y su cabello pelirrojo.

—Buenas noches —.

—Buenas noches —se sentó a lado del adulto.

—¿Le sucede algo Príncipe? —.

—¿Cómo todos saben quién soy menos yo? —.

El hombre siguió tranquilo con su vista al cielo.

—La emperatriz no me explico, lo juró y aun así no lo hiso —.

—Joven Príncipe, la Emperatriz es una dama muy inteligente, ella nunca se equivoca, estoy seguro de que hallará una respuesta a sus dudas, pero a ninguno le compete esa historia —.

—¿Usted me conoce? —cuestiono —¿Sabe quiénes con mis padres? —.

—Todo mundo conoce esa historia, le contare para ayudarle un poco —le sonrió con cansancio al joven a lado suyo —.

—Cuando los demonios y ángeles disputaban por el escape de sus regentes, ellos se encontraban entre la humanidad viviendo su romance con una pequeña niña, pero cuando los altos mandos se entraron de aquello desataron su furia en la humanidad, desastres naturales, desapariciones, muertes, plagas, enfermedades, incumpliendo el trato que se había, toda la pesadilla se extendió como muestra del enojo ante la traición de sus máximos protectores, los padres de la Emperatriz —.

—¡Claude! ¡¿Qué haremos?! ¡Quieren sangre! —.

—No nos rendiremos —.

—Mataran a todos los humanos por nuestra culpa y el acuerdo se romperá, tú sabes que ocurrirá si pasa eso... —.

—Buscaremos otro lugar —.

—Un hombre pelinegro con ojos rubies apareció detrás de la pareja, se inclinó y hablo —.

&quot;El día que te encontré&quot; LUCATHYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora