El payaso macabro

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Iba a vestirme esta noche de asesino para Halloween... Pero ya fui eso el año pasado en Navidad.

En Londres vivía una pareja conformada por Berta y Saúl.
Berta, por una cuestión extraña, estaba obsesionada con los payasos. Saúl tomaba la obsesión de su novia como algo normal, luego, al pasar los días, Berta comenzó a comprar artículos de payasos: lámparas, almohadas, camisas...etc. Un día, Berta compró un muñeco gigante de un payaso muy realista: su altura era peculiar; sólo le faltaban algunos centímetros para poder tocar el techo.
Ella le rogó a Saúl que pusieran el muñeco en una esquina de su habitación, y después de tanto rogarle, él aceptó.
La primera semana todo les fue bien, hasta que una noche, ambos estaban dormidos y entonces Saúl se despertó por un extraño y fuerte ruido que procedía de la habitación, al parecer Berta no había oído nada ya que ella ni siquiera se movió.
Saúl extendió su mano para encender la lámpara que había al lado de la cama, pero, cuando le pulsaba al botón para que la lámpara se enciendese, ésta no se encendía, así que Saúl cogió la linterna que había en el cajón de la mesita, ubicó la luz hacia el payaso, y gritó al ver que el payaso tenía una gran y malvada sonrisa en su rostro. Y además, eso no era todo: el payaso le estaba mirando fijamente... De repente, la luz de la lámpara de la mesita de Berta se encendió, era su novia, que se había despertado tras notar que Saúl se estaba moviendo mucho.
Saúl miró a Berta, asustado.
-¿Qué pasa?-Le preguntó ella, cansada.
Saúl miró al payaso de nuevo, ahora estaba en su estado natural, tal y como lo habían comprado.
-Nada, sólo ha sido una pesadilla...-Le respondió él, para no asustarla.
Los extraños fenómenos se volvieron cada vez más frecuentes, y lo peor era que sólo le pasaban a Saúl, y, sin embargo, Berta no cambiaba su actitud que tenía hacia los payasos.
Saúl, que ya estaba cansado de todo eso, le pidió a Berta que quemaran al payaso, pero ella no aceptó, además pensaba que Saúl tenía problemas psicológicos por las actividades que tenía éste todas las noches, y discutían constantemente.
Una de esas noches, Saúl comenzó a sangrar por la boca, por lo que Berta le llevó rápidamente al hospital, preocupada, pero él sabía que no se trataba de ningún problema de salud; era el payaso.
Al día siguiente, después de que Berta se fuese al trabajo, Saúl acudió a un experto paranormal. El experto aseguró haber escuchado casos sobre payasos y le dijo:
-El que es perturbado por el payaso, probablemente es el que vaya a morir.
Saúl estaba muy asustado, sabía que la muerte estaba muy cerca de él.
Tras 3 meses, surgió una noticia que impactó a sus conocidos: Alguien había muerto en Londres, su nombre era Berta.
La noticia era la siguiente:

EL PAYASO MACABRO
Una joven de 22 años se halló muerta en su casa por extrañas razones. Su pareja, quién ahora se encuentra en tratamiento psiquiátrico, dijo que su muerte fue a causa de un extraño payaso que tenía en su habitación, y añadió:
"Él todavía me persigue."

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