Capitulo 6

1 0 0
                                    

Desperté con Jonathan demasiado cerca de mi. Había pasado su brazo por mi espalda, mas o menos, y mi rostro ardía. Pero... ¿En que momento quedamos tan cerca? Si el se llegaba a mover...quizá podríamos darnos un beso por accidente. Quería moverme, pero el me agarraba fuerte.

Había tenido otra pesadilla en la media noche y había despertado casi gritando. Jonathan me había abrazado y me había dicho muchas cosas hasta que pude dormir. Después, el resto de la noche la pase bien. Me había despertado por la alarma, ya que tenía que ir a trabajar, pero Jonathan no me lo permitía. Puse mi mano en su hombro y lo moví un poco, pero nada.

--Jonathan...--Susurre. Nada--. Jonathan--Nada--. ¡Jonathan!--El se movió un poco, pero no saco su brazo.

--¿Qué pasa?--Pregunto.

--Necesito ir a trabajar. De lunes a viernes trabajo de las 8 a las 1, espero que no te moleste esperar a esa hora para que te prepare el almuerzo, al menos hasta que sepas cocinar.

--¿Lo lograste? Felicidades. Y no, no veo por que debería de molestarme.

--¿Podrías...--Señale su brazo.

--Oh, claro, perdona--Se bajo de la cama y fue al baño. Un rato después, ya estaba terminando de desayunar con Jonathan, aunque el termino antes, y el se acerco a la puerta--. Te acompaño al trabajo por las dudas.

--No, Jonathan, es peligroso. ¿Y si te ve uno de ellos?

--Estaré atento. Tengo poderes, algo podré hacer. No voy a dejar que vayas sola. Es hasta a la 1 de la tarde, ¿Verdad?

--Jonathan, no. Es demasiado peligroso.

--¡También es peligroso que vayas sola! No voy a dejar que vayas sola, no voy a dejar que te pase algo. Y yo no cambio de opinión tan fácil, así que vas a tener que resignarte--Antes de que pudiera decir algo mas, se fue al baño. Suspire. No lo conocía del todo aún pero no iba a dejar que me acompañara, no quería que se arriesgara.

Y cuando ya me encontraba en la puerta, Jonathan ya estaba detrás mío. Me queje y le dije que se quedara por precaución en la casa, pero no funciono. En el camino hablamos de todo: sobre el trabajo, sobre algún que otro peligro, etc., hasta que llegamos al hospital. Una vez allí, Jonathan me deseo suerte, se despidió de mi y se fue. Entre, nerviosa, y entonces se acerco un hombre a mi.

El hombre tenía el cabello oscuro, aunque no sabía si negro o marrón, tez morena, ojos verdes, tenía un poco de barba, era alto y ni muy delgado ni con sobrepeso. Me sonrió mientras se acercaba a mi. Abrí la boca para decir algo, pero el se adelanto:

--Bueno, Gabriela, yo te diré que cosas tienes que hacer y algunas instrucciones durante un tiempo, hasta que ya puedas hacerlo todo tu sola.

--¿Le he dicho mi nombre? Pensaba presentarme ahora...

--Oh, eso...es porque... eh...--Se quedo callado unos segundos hasta que hablo--. Lo vi en tu curriculum, ósea...cuando te anotaste--Era creíble pero, ¿Por que había tardado tanto en decir algo tan simple? Tendría que estar atenta con el. Es que si, era obvio que lo podría haber visto, pero ¿Por que tardar tanto en decirlo? Sin decir nada, yo solo asentí--. Sígueme--Volví a asentir.

Mientras caminábamos, me dijo su nombre (Jeff) y empezó a hablar de cosas sobre el hospital y sobre el trabajo. También me hizo algunas preguntas para ver mi conocimiento, aunque ya, en un momento, me habían echo unas preguntas parecidas. Según el, yo parecía la indicada para trabajar y me dijo que si cometía un error lo perdonaría los primeros días, pero que después ya no.

°°°

Primer día de trabajo y ya estaba cansada. Solo faltaban unos pocos minutos para que Jeff me dijera que podía irme a mi casa. En ese momento, ya había terminado de hacer unas cosas, por lo que nos encontrábamos hablando. Me pregunto sobre mi familia y, aunque le dije que no quería hablar de eso, siguió insistiendo.

2085Donde viven las historias. Descúbrelo ahora