Capítulo 6.

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Beomgyu sonrió contra los labios de su novio, dejándose besar mientras daba pequeños pasos hacia atrás, guiado y sostenido por las manos fuertes de Jungkook.

—Este lugar debe estar absolutamente contaminado… —Expresó en voz baja, pero se dejó caer con una risita sentado sobre la cama. —¿No crees que, para "hacer el amor" este es el lugar más horrible del mundo?

—Creo que para hacer el amor es perfecto cualquier lugar, bebé, sólo cuando realmente estás con la persona que amas.

—Eres tan cursi… —Lo acusó.

Dejó a Jungkook recostarlo entre besos y caricias.

Olía a humedad y estaba todo oscuro dentro de la habitación de aquella casa donde se daba una fiesta por el fin de año.

Esta vez sería un nuevo fin para recordar, pero a diferencia del de dos años atrás, esto sería divertido y lo haría feliz.

Lo haría gritar, según palabras de Jungkook.

Escuchaba susurros cuando su novio le cubrió los ojos con una cinta. Algunos jadeos y pequeñas risas llegaban a sus oídos, pero Jungkook lo tranquilizó con su explicación.

—Está bien, bebé, son sólo los sonidos de afuera que se escuchan por las paredes delgadas.

Entonces se había dejado desnudar y había sonreído y mordido sus labios con cada palabra caliente, con cada beso y cada detalle sobre lo que se planeaba hacer con su cuerpo. Estaba tan duro y jadeante que no se dió cuenta que el sonido de la música se había detenido y en su lugar su propia voz y la de su novio hacían eco alrededor.

Sabía que Yeonjun estaba por ahí, así que le importaba una mierda si terminaba demasiado agotado, su amigo lo llevaría con él de vuelta a casa.

Se sentía tan estrecho e incómodo cuando el primer dedo lo atravesó, tan sólo con saliva.

—¿No usarás… algún lubricante? —Preguntó confundido y un poco angustiado. Era su jodida primera vez, no creía correcto hacerlo tan incómodo.

—Tranquilo, bebé, lo tengo resuelto. Relájate.

Pero tenerlo resuelto no hizo que Jungkook dejara te prepararlo con los dedos casi secos y lo empujara hasta un punto doloroso más que al placer, cuando ya lo estiraba a tres dedos.

—Kook, detente, esto duele…

—Pasará, tienes que acostumbrarte. —Fue la respuesta de su novio y nuevamente un recordatorio. —Relájate o va a dolerte más.

No podía ver nada y el suave pitido en sus oídos lo estresaba más de la cuenta, junto a todos los sonidos de afuera que se sentían tan cercanos.

Quizás se encontraba demasiado receptivo y sensible.

Los dedos de Jungkook lo abandonaron y su agujero se mantuvo tensándose y dilatando constantemente.

Aún estaba tan duro como era posible, su pene anticipado a la idea de tener el de alguien más en su culo, llenándolo, tomando de él como lo quisiera, dentro y fuera. Y entonces una cantidad abundante de presemen estaba saliendo de su punta y él estaba gimiendo.

—Mhm… sólo eres una puta. —Jungkook tiró de su cabello y le habló al oído, con la polla jodiendo entre sus nalgas lenta pero firmemente con cada embestida, rozando y atorándose con los bordes ansiosos de su agujero, pero sin llenarlo aún. —Sigue gimiendo, bebé. Siempre vas a ser mi puta, siempre vas a recordar que tu culo fue mío antes que de cualquiera.

—Siempre va a ser tuyo… —Respondió en voz baja, con un jadeo.

Jungkook se rió, haciendo un sonido de aprobación a su afirmación.

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