Sabía que Beomgyu no era el más fanático de lo cliché, y sabía que probablemente estaría un poco abrumado al entrar en la habitación y descubrir cuan cursi podía ser Yeonjun, pero después de todo, Yeonjun sabía también que Beomgyu apreciaría cada detalle porque había puesto toda su cabeza en ello esa mañana.
Con la luz tenue del atardecer, la oscuridad casi se apoderó de los pasillos de esa casa, tan sólo con la excepción de esos rayos rojizos y amarillos que cubrían algunos rincones de la planta alta.
Beomgyu olisqueó alrededor mientras subían las escaleras, y Yeonjun supo exactamente cual era el sentimiento que se expandía en su pecho mientras se acercaban.
-¡Huele increíble!
Le gritó.
Yeonjun rió.
A pesar del silencio, Beomgyu no paraba de hacer ruido, matando un poco la serenidad del lugar.
Beomgyu todavía tenía el cabello ligeramente húmedo de la ducha, atado con dos pequeñas colitas adorables a los costados, por encima de su cabeza. Yeonjun, por otro lado, había hecho un mejor trabajo secándose.
-Compré flores.
-¿Huh? ¿Lo hiciste?
Yeonjun detuvo a Beomgyu justo antes de abrir la puerta. Tomó las flores que su madre había comprado con el engaño de que sólo serían para felicitar a Beomgyu por el concierto, y cuando volvió, las puso en sus manos.
Beomgyu sonrió, mirándolas con curiosidad.
-Sé que no lo he preguntado correctamente antes, a pesar de que lo asumimos de esa manera. Y hoy, cuando te ví sonbre ese escenario y te sentí tan personal cada vez que nos miramos, quise que fueras mío y poder amarrarme a tí cada segundo a sabiendas de que no voy a avergonzarte incluso si todos lo descifran, y me preguntaba... ¿quieres ser mi novio, lindo Beomie?
Aunque fue claro que lo había tomado un poco por sorpresa, debido a la mirada en sus ojos, Yeonjun rodeó la cintura de Beomgyu en un abrazo ligero e inclinó la cabeza para besarle los labios tiernamente.
-Podría incluso ponerme de rodillas si todavía lo dudas, amor.
Beomgyu cerró los ojos, como si tratara de entender que estaba viviendo aquello realmente.
Aún sin mirarlo, el hoyuelo en su mejilla se asomó con curiosidad, y su voz expresó:
-¿Alguna vez fuiste el novio de alguien, mientras estuvimos alejados?
-Siempre esperé por tí.
-Entonces tendremos que aprender juntos como funcionamos en una relación comprometida.
-¿Eso significa que sí?
Beomgyu finalmente abrió los ojos, asintiendo.
-Sí. Ya basta de juegos esta vez. Te amo.
Ambos se deslizaron dentro de la habitación tan sólo un momento más tarde, y el aroma de las velas lo golpeó.
Beomgyu no pareció entender de donde provenía el olor debido a los rayos dorados del sol, hasta que Yeonjun se acercó a encender cada vela y acompañaron a los últimos minutos del día con la iluminación.
Beomgyu dejó salir un suspiro y sus hombros parecieron relajarse un poco al mirar alrededor.
En realidad, no era tan abrumador como lo había imaginado. Se movió por la habitación, descubriendo pequeños detalles que decoraban el lugar, algunos bocadillos y más flores con pequeñas notas en las hojas verdes.
No había un altar en su nombre ni recortes de su cara rodeados de corazones, y fue lo suficientemente dulce pero no para avergonzarse, así que pudo mirar a Yeonjun con una sonrisa coqueta y la mirada curiosa al levantar una de las rosas y leer la nota.

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Youngblood.
FanfictionYeonjun creía que tenía seguro a Beomgyu cada vez que le escuchaba decírle te amo. Él estaba olvidando tanto mirar a Beomgyu mientras se divertía, que cuando se decidió a dedicar una mirada y una sonrisa al lugar donde Beomgyu lo esperaba, algo habí...