Capítulo 7.

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Yeonjun había escuchado de los labios de Beomgyu salir una queja sobre algo en lo que realmente él estaba de acuerdo con el nuevo mejor amigo de Beomgyu, mientras los escuchaba hablar por llamada telefónica una noche.

—Ya te dije que no voy a hacer algo así… —Fue la voz de Beomgyu, reacia a ceder. El suspiro exasperado del otro lado de la línea le hizo imaginarse una figura masculina cualquiera, apretando el puente de su nariz entre los dedos. —Yo le dije que lo haría. Lo acepté porque quería estar ahí. Fue un idiota, sí, pero él no me violó.

—¡Beomgyu! —Soobin, con su voz ronca había comenzado a cansarse de la conversación. —Le dijiste que sí al sexo, no a qué te grabara y transmitiera, ni mucho menos a que rompiera tu culo como un puto animal. Le pediste que se detuviera y no lo hizo, te expuso y te cubrió los ojos sin decírte que no usaría protección, quién sabe con cuantas otras personas ha estado. A mí me suena a un abuso. ¿No puedes entenderlo? No basta con el 'sí', hay muchas otras cosas por las que eso es un jodido delito. Él te lastimó físicamente, rompió tu integridad frente a demasiadas personas y te rompió el corazón, entonces, ¿por qué tú no puedes hacer algo tan pequeño contra él? Por dios, ¡tiene casi diecinueve años! Él sabía lo que estaba haciendo y por la diferencia de edad también está mal. Tu consentimiento no sirve cuando se trata de leyes, él es básicamente un adulto.

Pero Yeonjun encontró el rostro de Beomgyu pálido y sin expresión, con excepción de sus grandes ojos asustados.

Cierto. Beomgyu todavía creía que estaba enamorado de ese tipo con el que había estado cerca de dos años y del que había aprendido tantas fechorías. Beomgyu no estaría de acuerdo con acusar al tipo que "amaba" sobre algo que podría causarle problemas.

—¡¿Por qué lo dudas?! —Soobin le gritó después de un largo silencio en la línea. —Ví las putas marcas que te hizo con los cigarrillos y que por suerte tuya o suya se quitaron. Tengo las jodidas fotos. Todos en la banda vimos esa cortada que tenías en el labio cuando golpeó para callarte y llevaba el anillo gigante. Viniste a llorar con los miembros y viniste a llorar conmigo cada vez porque no te atrevías a decírle nada a nadie, y ahora vienes a dudar sobre algo que él haya hecho mal… ¿Estás pendejo, Beomgyu?

Y ahí estaba Beomgyu, frunciendo el entrecejo y enojándose con la verdad.

Entonces le gritó a su celular:

—¡Jódete mucho, Soobin! Si te hablé de todo eso no fue para que me lo echaras en cara.

—Yo no–…

La voz de Soobin fue interrumpida cuando Beomgyu continuó interpretando las cosas a su manera para trasgiversar todo dentro del tema y poder salirse con la suya.

—Ni siquiera entiendo por qué estás intentando esto. No te habría dicho nada si supiera que ibas a estar presionándome a algo que no puedo ni quiero. Mi padre me dijo que la venganza es mala. Deja de joder con esto y métete en tus asuntos, no estás mejor que yo.

—¡Por supuesto que lo estoy! —Soobin se defendió, sonando ofendido. —Si te duele tanto que intente aconsejarte y te quiera tanto que quiera que ese idiota tenga consecuencias por lo que te hizo, entonces no voy a tomar más de tus problemas. ¡Que te jodan otra vez y espero que esta vez te rompan la cara después de romperte el culo y el corazón, por idiota! ¡No me llames, esta semana no grabaré a solas contigo! Eres un idiota.

Entonces había colgado y Beomgyu lanzó con fuerza su celular contra la cama, y terminó saltando y cayendo en el piso, abriéndose todo.

Lo recogió él mismo cuando se dió cuenta que Beomgyu no tenía intenciones de hacerlo. Ordenó las piezas donde debían estar, limpió la pantalla y soltó un suspiro cuando oprimió durante varios segundos el botón de inicio y el celular encendió correctamente.

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