CAPITULO 22

2.3K 141 43
                                    

POV LAUREN

2 semanas después...

Las cosas habían mejorado para bien, Camila y yo habíamos regresado a nuestra casa después de que conociera a la pequeña de mi hermana Taylor y un celoso Henry, había visto a mi esposa tan emocionada por al cargar a la pequeña Amaia que sentía nervios de solo pensar que nuestro pequeño estaría pronto con nosotras. El cuarto del bebe ya estaba listo y es que en el tiempo en el que Camila y yo estuvimos separadas había terminado de instalar todo los esencial para la llegada del pequeño Cameron, fue una sorpresa que tenía preparada para mi mujer que había apostado todo porque regresarían conmigo y es que no estaba en decisión rendirme y dejarlos.

Me había incorporado a trabajar de nuevo desde casa y visitando los negocios de mi familia al menos una vez por día, y es que aunque no lo admitiera necesitaba de Keana para la última parte, no era muy aficionada de hablar con los encargados de los negocios pero ahora que no estaba, esto también tenía que hacerlo. Quería tener contenta a mi esposa, así que no podía decir nada al respecto, pero la idea de contratar a alguien más estaba presente a partir del día uno sin Keana y es que la verdad no era fácil para mí lidiar con las personas, el trabajo de ella era sentarse con ellos y revisar la administración en el último mes de los negocios. Habíamos detectado al menos unas cuatro fugas de dinero injustificado con variantes de doscientos o quinientos mil dólares y por supuesto encontrado a los responsables con despido y demanda presentes.

Moví mi cuello de lado a lado, pues había tenido dolor desde que me levante de la cama y había dejado a mi esposa recién follada en ella, el dolor era porque Camila se había sujetado de ahí mientras yo la cargue con su vientre de 8 casi nueve meses de pie para penetrarla, fue un momento de excitación que no me di y creo que me he lastimado el cuello y la espalda, pero esto tengo prohibido decirlo enfrente de ella pues si aprecia mi vida y mi matrimonio era mejor no decir nada que fuera a ofenderla. Me deje caer en el sillón de mi escritorio aun sujetando mi cuello y cerrando los ojos cuando escuche que la puerta de mi despacho fue abierta de golpe.

-¿Amor? ¿Estás bien?- pregunto mi esposa acercándose hasta el sillón y sentándose en mis piernas, empuje un poco el sillón hacia atrás para que ella pudiera acomodarse bien.

-Si amor, es solo el estrés- dije mintiendo descaradamente pues era mejor eso a tener una pelea con ella.

-¿Estas segura amor?- Pregunto sujetando mi rostro y dando un ligero beso en mis labios –Si quieres puedo darte un masaje para que estés más tranquila- dijo coquetamente bajando sus besos por mi cuello, y es que estaba completamente a donde llevaría ese masaje, a mi esposa inclinada sujetándose del brazo del sillón y yo penetrándola desde atrás, pues aunque quisiera cumplirle ya no daba para una más.

-Mi amor ya se por donde quieres ir- dije sujetando su cara y besándola –Pero no creo poder aguantar uno más- volví a besar pero ahora sus mejillas –Te amo mi amor prometo recompensarte en la noche ¿De acuerdo?- prometí pues utilizaría todos mis fuerzas por complacerla haciéndole el amor.

-Está bien aguafiestas, solo vine a decirte que saldré con Normani al pueblo- dijo tranquilamente y fue algo que no me gusto.

-Mmmm ¿Al pueblo? ¿Por qué no me esperas a que termine para que yo te lleve y este más tranquila?- dije intentando negociar con ella, pues el que fuera y se expusiera con su embrazo ya avanzado no me gustaba para nada.

-Amor Normani ira conmigo no iré sola- dijo con cara de fastidio.

-Pero ¿ Que tienes que hacer allá? Amor él bebe ya está por nacer y el doctor dijo que necesitas reposo- dije intentando convencerla pero era muy terca que no creía posible convencerla.

LA FAMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora