Alas de oro (Él)

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Nos quedamos hablando un rato de diferentes temas intentando olvidar lo que ha pasado antes aunque no me lo puedo quitar de la cabeza, es demasiado fuerte para ser verdad porque ella sigue siendo la protegida de mi mano, no puede ser verdad que tiene a otro chico que la quiere como yo la he querido, la quiero y la querré jamás en esta vida y en las siguientes.

Han pasado tres horas y media y me veo obligado a recordarle que se tiene que ir, que sino sus padres la regañarán y no le permitirán volver a verme; pero antes le pido un favor:

-Una cosa, ¿Puedes hacer algo por mí?

-Cualquier cosa por los buenos amigos.

-Necesito que no se lo digas a nadie, ¿entendiste? Y menos a tus padres que en ese terrible caso sería que no podría volver a verte y una amistad que se ha vuelto a forjar en una estupidez que he cometido pues a tus padres como que no les haría ni pizca de gracia y es mejor que se queden las cosas mejor de lo que parece ante sus ojos.

-Estoy de acuerdo, no es bueno que les digamos esas cosas, aunque no ha cambiado el ambiente en mi casa ehh, que siguen sin escucharme en casa cuando hablo; puedo decir que voy a empezar la sexta guerra mundial y ni se enteran de que solo ha habido dos...-Unos momentos de risas hacen que me enseñe todos sus dientes... es tan perfecta que nadie puede hacer que no la quiera como lo hago.

Veo como se aleja por el pasillo corriendo, dejando su melena de oro volar y me pongo a pensar en todo lo que ha pasado... Me entra el vómito pero no lo puedo echar porque tengo el estómago vacío, que asco de verdad... pero al final me estoy dando cuenta de que la estupidez ha hecho que me vuelva a juntar con una amiga a la que echaba de menos; al fin y al cabo todo mal algo bueno puede llevar a la espalda...

Me pongo la música del móvil para relajarme un rato, desbloqueo la pantalla y me pongo Magic Magno, mi inspiración... La música está muy baja y le pongo el volumen a todo trapo; la primera canción que suena es la voz de los sin voz, precisamente esa me la enseñó ella, la persona más dulce del mundo pero que la dejé escapar una vez y ahora lo vuelvo a pagar...

Enfermedad y muerte, niños pasando hambre,
quien recibe a suerte de crecer de forma estable,
bien impone tu destino y te hace empuñar un sable
cuándo naces en un núcleo familiar poco aceptable,
señor perdón si dudo pero me duele callarme,
hay veces que no entiendo porqué aquí nadie es amable,
abro mis manos gritando un que se desangre,
entre pueblos, entre hombres hagamos un mundo grande.

Para que no haya miseria, ni guerra, ni odio, ni escoria,
quiero que cante mi gente que Dios los tenga en su gloria,
ahogar los llantos dementes de aquel que sufre paranoias
y darle oxígeno si la ansiedad le agobia.
Que nadie pase hambre más,
que todo el mundo sea igual,
tratarnos como hermanos,
juntar nuestras manos
y que aprendamos a vivir en paz...

En ese momento la música deja de sonar en mis oídos, abro los ojos y es mi hermana que me ha quitado el auricular, voy a gritarle que deje de molestarme pero entonces me percato de que están mis padres a los pies de la cama. No se ignoran, y me miran con ojos de ira, empieza hablando mi padre:

-Hemos hablado con la directora del colegio, y no nos ha dado buenas noticias. ¿Desde cuándo te llevas con esos chicos que no son de tu edad? ¿Esos mayores que están en tu curso? Bueno mejor dicho los que están en el que debería ser tu curso... El Francisco, Kiker, Pilón etcétera- Me dice muy enfadado. Yo no soy capaz de responder, solamente me dedico a bajar la cabeza y aceptar lo que me dicen, pero creo que esperan una respuesta, asique creo que es el momento de decir las cosas sinceramente...

-¿Quieres saber desde cuándo me llevo con ellos? Pues desde hace ya bastante, ya que nadie en el colegio aparte de ellos me hacía caso, pero eso no lo sabes tú porque nunca te has interesado por mi vida, por mis sentimientos, problemas, intereses... con un poco de suerte sabes que la única persona en la que pude confiar no estaba conmigo cuando más la necesité. Porque te dedicas a ver cómo de bien va tu niñita de narices, dejaste de escucharme en el momento en el que te llevé un suspenso a casa, que de eso hacen unos cuantos años ¿no? Desde que repetí todo ha estado en torno a vuestra hija y vosotros mismos, pero ¿alguien me ha preguntado a mí que tal estoy desde que Bea se fue del colegio? O ¿Por qué me he resguardado en la bebida y el mal camino? Al parecer no lo sabíais hasta hace poquísimo ¿verdad? Hasta el primer problema de hospital yo era todo un incógnito pero en ese momento tampoco os interesó demasiado. La única que dijo algo fue mi hermana pero ya ves, ella no cuenta como solíais decir cuando me defendía...

Un inicio sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora