Mentiras y cambios(Ella)

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Salí corriendo del hospital, ya iba muy tarde y mis padres no es que se fuesen a preocupar pero me iba a caer una muy grande si no volvía a casa lo suficientemente temprano como para poner la mesa; sí, así es, solo me quieren para hacer las cosas que a ellos les da pereza hacer. También me suele tocar poner y quitar el friegaplatos o tareas tan simples que para ellos son agotadoras para mi son cosas que no necesito hacer de momento pero me toca...

Recorro las calles lo más rápido que puedo, aunque estoy muy lejos de casa, pero el servicio de autobuses ha cerrado ya el trayecto de vuelta a mi casa. Según avanzo más por las calles me doy cuenta de lo bonita que es la ciudad a la luz de la luna, porque estrellas pocas se ven, y decido parar de correr y disfrutar un poco de todo esto que normalmente no puedo porque no salgo nunca a estas horas.

Como de costumbre, cuando paseo me pongo a pensar en mis cosas y en todo lo que ya he pasado, lo único que me viene a la cabeza son las cosas del pasado, los recuerdos de cuando era pequeña y mis padres me hacían todo el caso del mundo; me llevaban al parque donde me empujaban en los columpios y hacían todo tipo de cabriolas conmigo.

También recuerdo todo por lo que he pasado desde hace ya unos seis años o siete... la verdad he perdido la noción del tiempo. Me acuerdo muchísimo de cuando Jaime me salvó de las malvadísimas garras de esas niñas horripilantes... ¿Que otra persona en este mundo es tan buena como él? -Pocas hay.- Ya parezco la loca de los gatos...¡Hablo sola! Alucinante...

También me acuerdo mucho de cuando me cambiaron de colegio... Tengo que seguir mintiendo a todo el mundo porque ya no voy a un colegio concertado... Mis padres tuvieron una gran crisis económica y me obligaron a irme a uno público, pero tampoco querían perder el prestigio y la categoría que tienen en el antiguo colegio así que también me obligan a mentir a todo el mundo; yo simplemente guardo silencio y procuro que los demás no quieran hablar de ese tema para no tener más problemas de los que ya tengo.

Me paro en medio de la calle... Me acabo de dar cuenta de lo cansada que estoy de toda esta mierda, sé que muchas veces he pensado en lo que me agobia, no sé cuantas veces habré hablado con mis amigas pero nunca es suficiente porque no les puedo decir la verdad y tampoco quiero mentirles así que acabo diciendo siempre que no importa y que estoy bien, aunque sé que no es verdad, que yo sufro por todo lo que me han quitado durante tantos años. A veces deseo volver al pasado y espero que nada de esto haya ocurrido, pienso que estoy soñando con mucha intensidad... pero nunca despierto. Muchas cosas en mi vida han dejado de tener el sentido que tenían antes, cuando todo iba bien...

-¡Quita de ahí niña! ¡No ves que estás en medio!- Me he empanado y un señor con un aspecto poco agradable me esta agarrando del brazo y gritándome...

Parece que valla drogado o algo porque da mucho miedo, grito y pataleo  pero me doy cuenta de que estoy en plena calle desierta a unas horas que no son y decido poner en practica las lecciones de supervivencia que me enseño Jaime en su tiempo, ya hace mucho. Me doy la vuelta muy rápido dejando tras de mi al hombre con mala espina aunque me tiene todavía agarrada del brazo. Parece un poco desconcertado y aprovecho para soltarle un puñetazo en toda la casa y él me suelta para taparse la nariz que le ha empezado a sangrar como la fuente del parque de los delfines, me aseguro de que no me vulva a coger soltándole una patada lateral en el costado con la cual él acaba en el suelo... Parece alucinante que haya conseguido que caiga al suelo a retorcerse de dolor. Empiezo a correr otra vez pero esta vez noto como la adrenalina recorre mis venas y hacen que pueda respirar mejor y no ahogarme hasta llegar a casa. Cierro de un portazo y mis padres me miran mal y lo único que dicen es que me arregle porque vamos a salir a cenar de tapas...

Un inicio sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora