Las promesas

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Con los días me entero más de que promete cosas simples, digo, cumplir en una cita es lo más básico que existe, es una verdad.

Aunque, cuando prometes cosas tan fáciles es poner la expectativa bajo la mira, las cumple sin importar que, al principio claro esta, pero al pasar del tiempo, nada te asegura que eso seguirá pasando, porque si, no todas las cosas prometidas llegan a cumplirse.

Es una realidad, como quien te promete el devolverte la plata en menos tiempo del previsto, como cuando dicen no olvidar tu nombre y solo te llaman por "Hey" o "Bro", incluso cuando es tarde y esperas ese mensaje diciendo "Te he pensado en todo el día, te extraño, iré a besarte ahora mismo", pero, ¿Son promesas, verdad?

Los días son así, no he celebrado festividades desde ciertos eventos atrás, lo que se le puede llamar como pasado, pero quiero algo diferente, algo que nazca del aprecio que el me tiene y deseo más que nada que todo eso se me cumpla.

Cómo niño incrédulo que reza, como padre de una iglesia, si, aunque soy un pecador he llegado a pedir a Dios alguna respuesta, alguna señal por más banal que sea, algo que me diga que debe ser él.
¿Es malo el querer que hagan algo por ti? Que se cumpla lo que dicen, que es más que una palabra y se llama ilusión.

Soy alguien que se ilusiona fácilmente con las palabras de la gente, porque simplemente he llegado a tener ese aprecio o quizás hay algo que en mi mente hace corto circuito y fácilmente pienso que pueden hacer todo lo que de sus bocas sale.

Mi diablo es un caso bastante especial, quiero decir que él no será quien más cumpla las cosas, si acaso hay un contrato de por medio podría ser, pero es el rey de las mentiras, el amo y señor del mismo infierno, como creerle a alguien tan despiadado... Solo un idiota, solo yo.
Curiosamente una de sus promesas fue cambiar, porque ha sufrido tanto, pensar que un ser tan malo como él ha sido torturado de formas despiadadas es algo que te deja con un vacío en el estómago cuando escuchas como han pasado en miles de años; su ser está tan roto nada más lo podrá arreglar y nadie podrá hacerlo jamás, menos yo, porque no soy nadie para el diablo, si él es una pieza rota, yo igual, pero una que no va a encajar con él jamás, por mucho que pueda romper mis bordes, lijarlos, pulir todo lo que raspe, corte y astille, no seré lo que el quiere, necesita y tendrá siempre.

Un hombre roto jamás querrá que alguien que se arregla asi mismo lo ayude, lo tengo en cuenta desde que empecé a tratar de ayudarlo con sus problemas de irá, si, cuando quería calmarlo con besos y caricias mientras le decía que estaría bien, que no hay nada malo con él y que será siempre el amor de mi vida, dónde nadie podría ocupar su lugar.

Pero he muerto tantas veces en vida que no sabía si podría seguir de pie como los árboles en cada momento de su día a día, sus palabras fuertes escalaron a gritos de desprecio más cuando me veía tan cerca suyo, se acostumbro tanto a que podía decirme de todo y yo, yo me quedaría tan callado como siempre lo he estado y como no, con brazos abiertos para él
- ¡Eres un idiota, nada puedes hacer bien, maldita perra! -.

Me encogía en mi lugar, porque para esos malos ratos yo tenía un suave decir - Todo estará bien, por favor, escúchame cariño -. Acaricié sus garras en el momento menos exacto y me rasguño en el rostro, lo hizo tan repentinamente que no pude cubrirme con las manos, no está vez y me dolió tanto que ahí fue cuando morí una vez más.

Dónde la sensación de estar en el lugar incorrecto, con la criatura incorrecta y con el corazón hecho trizas, aquella vez llore tanto, no por el dolor físico, si no, que me había prometido que no volvería a hacerlo, que no me dañaría de nuevo y que el arreglaría toda mi vida si estaba a su lado, si lo amaba, si yo le era fiel fanático a su existencia misma, donde camine yo besaría ese suelo y comería vidrio si hacia falta para crear la pintura más abstracta posible para él.

Mi ser, mi corazón y sangre eran suyos y yo, yo era un idiota, siempre lo he pensado, con el tiempo lo acepto más.

"Perra tonta... Ya verás que te vas a acostumbrar a mí".

Quiero creer que será un mal sueño en todo momento y que despertaré de la pesadilla, pero la estoy viviendo.

Me ha prometido tantas cosas, que sere feliz a su lado y que nada me faltará en la vida.

Me falta tanto amor, tanto aprecio y detalles; siento que soy como una flor, me marchito ya que la sequía acaba conmigo, sin brillo porque no hay agua, dónde el sol quema demasiado y no podré más hasta secarme.

Me ha prometido que dirás cosas lindas que yo sé las ruegue, sin que yo las pida y me arrodille por ellas.

Pero no sé ha cumplido nada de eso y creo que jamás lo hará, eso siento hasta el fondo del pecho.

Es que siento, siento que algo me está calando debajo de la piel, escondido entre mi columna y las costillas, eso que retumba, que zumba y palpita, el que más me duele, que me hace daño cuando en mi mar me he ahogado.

Y es que tengo tanto miedo en este momento, no es el mismo sentimiento de siempre, si no, ese tipo de miedo que te genera la inseguridad, creer que a quien amo tanto podría engañarme con alguien en algún lugar; lo sentí tantas veces que reconozco cuando comienza a invadir mi cuerpo y mente, cuando la ansiedad me empieza a matar con pensamientos de que podría revolcarse con cualquiera frente suyo, mientras yo estoy aquí en la cama, siempre esperando a su regreso cada noche que sale.

Antes de que saliera sabía que estaba cansado, se que quiere disfrutar de la vida, de las experiencias, de salir y tomar ese respiro de aire que siempre nos traerá a la vida como un cigarro en pleno invierno, pero temo por mis sentimientos porque el diablo es cabron y me lo han advertí tanto que me lo creó.

Soy idiota, lo soy porque mientras estoy llorando entre las sábanas, imaginando mil escenarios en dónde el está besando a alguien más, tocando a otra persona y diciendole cosas al oido como lo hace conmigo me está matando tanto. ¡Mierda me estoy muriendo!

¡¿Por qué, por qué yo?!

Me duele, mis piernas tiemblan, mi cara está roja de tantas lágrimas que han sido tan saladas que queman la piel blanca de mi rostro, con un carajo puedo sentir esa maraña de arañas en mi estómago caminando y logrando que quiera vomitar; pensar en que estoy pasando esto porque yo mismo lo he provocado, porque soy el culpable de que piense eso de él, si soy yo, puta madre es mi culpa, es mi culpa, es mi culpa. ¡Es mi culpa, carajo!

Me ahogo aquí mismo en este mar de lágrimas, penas como sus desgracias y muero porque prometió amarme por sobre todos los mortales existentes en la tierra, pero quiero creerle, quiero pensar que está vez, si la cumplira, quizás.

No lo sé, quiero que regreses, por favor, vuelve ya, llámame, aunque sea tan tarde en la madrugada, Dios por favor, por favor, por favor... Lo necesito, lo amo, llámame porque no creo poder con el miedo y estás lágrimas me están enterrando vivo, veo borroso por la falta de aire y puedo sentir que he rasguñado mucho mis hombros por la desesperación de creer, de pensar e imaginar que tú... Que mi querido amor, está engañandome y disfruta una noche con alguien que no soy yo.

Culpa mía amar demasiado, pensar tanto en ti, odio ese apego tan desquiciado, aborrezco sobre pensar tanto porque algún día te cansaras tanto de mi y lloró, seguiré llorando como cada noche sin tí a mi lado.

Espero con ansias la llamada, "Estoy bien mi amor, voy camino a casa... Oye, te amo".

Pero no es un cuento de hadas y esa jamás serán las palabras de mi diablo.

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⏰ Última actualización: Jun 09 ⏰

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