capítulo -20-

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Contemplé mis manos temblorosas, mi respiración era agitada, por un segundo olvidé todo, dejé de pensar en mis aflicciones, mi mente se nubló con miles de pensamiento, cada uno más tortuoso que el anterior, era realmente frustrante no tener la opo...

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Contemplé mis manos temblorosas, mi respiración era agitada, por un segundo olvidé todo, dejé de pensar en mis aflicciones, mi mente se nubló con miles de pensamiento, cada uno más tortuoso que el anterior, era realmente frustrante no tener la oportunidad de hacer nada para cambiar mi destino

Pero... No, yo no sería una marioneta más en este mundo cruel, verdad?

Tal vez podría buscar mi propio camino, uno que me perteneciera completamente, uno en que pudiera ser plenamente feliz...

Aún recuerdo las palabras de Sigma, "puedes ser el dueño de tu destino", recuerdo perfectamente que era lo que él más deseaba, y lo logró, tal vez por eso sentía una gran admiración por él, jamás se rindió

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la reciente llegada de Zelda, quien no lucía muy feliz al verme, aunque era habitual aquel trato de su parte

-date prisa, todos están ansiosos por ver a la feliz pareja, no los hagas esperar- Zelda mantenía un tono poco amigable, y elegante, aunque no podía esperar menos de ella

-entiendo... No tardaré- murmuré, recibiendo un asentimiento de su parte

La puerta se cerró nuevamente, dejandome completamente solo, me paré frente a un espejo, controlando mi respiración, antes de practicar una linda sonrisa, como las que todos los invitados deseaban ver esta noche, por suerte no fue complicado, ahora solo quedaba difícil, fingir durante toda la noche

Sin duda estaría agotado al finalizar la noche, pero eso no podría importar menos ahora

Suspiré antes de bajar del lujoso vehículo, llegando a las iluminadas puertas del gran salón, lleno de invitados a los que jamás había visto en mi vida, les sonreí cortésmente, antes de acercarme a Francis

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Suspiré antes de bajar del lujoso vehículo, llegando a las iluminadas puertas del gran salón, lleno de invitados a los que jamás había visto en mi vida, les sonreí cortésmente, antes de acercarme a Francis

Supongo que logré mi objetivo, pues todos nos llenaban de elogios por ser la "pareja perfecta", pero para Francis no fue suficiente

-te ves patético, hazlo mejor... O no tendré más remedio que hacer algo que no te gustará...- murmuró Francis, con cautela, pues no deseaba que alguien lo oyera

𝑬𝒍 𝑽𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒎𝒂𝒍 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒅𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora