Capítulo 7

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Chan estaba cerrando su estudio de tatuajes, una semana después, cuando su teléfono sonó. Tratando de hacer malabares con su casco, chaqueta, consiguió sacar su teléfono del bolsillo de los pantalones vaqueros y responder. —hola mamá. Estoy saliendo del trabajo. ¿Puedo devolverte la llamada cuando llegue a casa?— Chan preguntó mientras se dirigía hacia su moto.

La voz de su madre le advirtió desde el otro extremo de la línea telefónica. —¿Cómo que saliendo del trabajo? Casi son las ocho, Chan. Deberías haber terminado hace unas horas.

Chan suspiró. —Lo sé, mamá, pero tuve un cambio de última hora y el cliente necesitó más de lo habitual. Estoy bien. Ha sido un infierno de un día, y todo lo que quiero hacer es ir a casa y besar a mi compañero.

—Hablando de compañeros, ¿cuándo vamos a conocerlo?—

—lo siento, mamá. Él sólo necesitaba un poco más de tiempo. Ha pasado por un infierno. Ni siquiera yo sé todo lo que él pasó. La única persona que lo sabe es Seungmin.— Chan odiaba el hecho de que Felix todavía no le había dicho lo que había pasado, pero sabía que él debía para dar tiempo a su pareja y demostrarle que podía confiar en él. —¿Qué te parece nos reunirnos mañana por la noche en tu casa? En cuanto llegue a casa lo hablo con mis hermanos, ¿te parece bien?—

—Está bien, cariño. Me llamas después. Ten cuidado y dile a tus hermanos que los amamos.

—Lo haré, mamá. Adiós.

Chan colgó el teléfono y lo guardó en el bolsillo. Se puso la chaqueta, el casco y salió en su motocicleta. El ruido sordo de sus ondas de choque enviados a sus bolas, le estaba provocando una erección, inclusive antes de entrar al tráfico.

Fue a casa tan rápido como pudo, sin violar la ley, se encontraba ansioso por ver a su compañero. Durante la última semana, Felix había comenzado a salir de su caparazón un poco más cada día. Ya no se estremecía cuando Chan o cualquiera de sus hermanos lo tocaban, y era cada vez más aventurero en la cama. Al detenerse en la luz roja, Chan dejó que su mente divagara de nuevo a la noche anterior, cuando él y Felix estaban en la cama.

Felix prometió lamer cada uno de los tatuajes de Chan y había cumplido. Fue una absoluta tortura permanecer inmóvil y dejar que lamiera lentamente su cuerpo. Las manos de Chan se habían apretado en puños incontables veces. Cuando por fin se apiadó de él y tomó su polla profundamente en su garganta, no le tomó ni media docena de empujes para acabar en la perfecta garganta de su compañero.

El ruido de coches detrás de él le trajo de pronto de vuelta al presente. Gimiendo y con su polla adolorida tratando de salir de sus pantalones de mezclilla, Chan tomo rumbo a casa de nuevo.

Llegando, estacionó su moto en el camino de entrada y se quitó la chaqueta y el casco rápidamente, entrando y buscando a su pareja. Podía oír el ruido de la televisión y varias voces procedentes de la sala de estar, pero Felix le estaba esperando fuera de la cocina, con una sonrisa malvada adornando los labios perfectos.

Felix podía sentir las emociones que atravesaban su cuerpo a través de la unión de acoplamiento que compartían. Chan fue hacía Felix, se inclinó y unió los suaves labios de su compañero a los suyos, envolviendo sus brazos alrededor de él y levantándolo a medida que se profundizaba el beso. El brazo de Felix rodeo su cuello y sus dedos se aferraron al pelo en la parte posterior de su cabeza. Mordía suavemente su lengua, y las manos de Chan se fueron al culo perfecto de Felix.

Lentamente se separó de su compañero —Dios, te he echado de menos hoy. Lo siento, es tarde.

—Te eché de menos también.— Felix se inclinó hacia delante y puso un suave beso en los labios. —Si me bajas cenaremos juntos.— El rubor cubrió las mejillas de su compañero, eso era sexy como el infierno. Felix acarició su cuello murmurando: —Yo no quería comer sin ti.— El Corazón de Chan saltó con la admisión.

Compañero Determinado - CHANLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora