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Bloqueo mi teléfono para ver hacia la playa donde Damon hace castillos de arena ante la mirada de Meidara

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Bloqueo mi teléfono para ver hacia la playa donde Damon hace castillos de arena ante la mirada de Meidara.

- Te dije que estaría bien - Señalo a Damon.

Meidara asiente con una pequeña sonrisa y se acomoda su sombrero.

- ¡Mami! - Damon viene corriendo y ella se acomoda en la silla para tomarlo y sentarlo en sus piernas.

- Dime amor.

- Yo quiero un hermano. - Dice decidido.

Me río por su cara y le señale a Damon con mi mano. - Ya lo dijo.

- Cállate. - Dice entre dientes y me llevo la copa a mi boca para ver a otro lado de inmediato.

- No dije nada.

- ¿No puedo tener un hermano? - Pregunta Damon.

- No es momento amor, un hermano no es cualquier cosa. - Explica.

Que le explique ella, yo estoy muy ofendido ahora mismo de que me mandara a callar.

- Entonces crecere con complejo de hijo único. - Dice decidido.

Meidara pone cara de horror y lo abraza negando repetidas veces.

- Todo menos eso. No puedes ser como Christopher e Ilenko.

- ¡Oye! - Me ofendo de inmediato.

¿Cómo se le ocurre comparar a esos dos con mi hijo? Esto es una tontería, una falsedad, un ultraje.

- Perdón Toño - Me mira con disculpa y pateo un poco la silla de Damon cuando lo veo reír por el apodo.

Aquí no principessa.

- Yo soy mucho más guapo que ellos.

Muy bien Damon, demuestra que llevas mis genes.

- Claro que eres guapo, la generación va mejorando y con mis genes entre los plebeyos van a ser una letalidad. - Presume Meidara.

Ruedo los ojos colocandome los lentes nuevamente. Todo lo que ella hace es perfecto.

- ¿Qué sucede? Estoy de vacaciones con mi dama como para que vengas a molestar

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- ¿Qué sucede? Estoy de vacaciones con mi dama como para que vengas a molestar. - Veo a uno de mis hombres.

- Tenemos problemas en la Bratva, el coronel y el Boss se comenzaron a bombardear entre sí.

- Que se maten me da lo mismo. - Gruño.

- Ese es el problema, los Halcones creen que es mejor que la Reina los detenga antes de que el problema crezca.

Niego y me volteo para ver donde se encuentra mi principessa, está dormida abrazando a Damon.

- Yo me encargaré. - Bufo tomando mi teléfono.

- ¡¿Qué diablos haces llamándome?!

Ruedo los ojos ante el grito del coronel y niego. - Termina con esto de una vez, Meidara ha estado muy tranquila como para que sigan con esto y se moleste.

- Él me quito parte de mi tiempo con ella. - Gruñe molesto.

- Entonces yo les quitaré sus tiempo si no se detienen. - Alzo la voz iracundo y escucho como Ilenko se une a la llamada.

- Qué. - Se molesta Ilenko.

- Los Halcones le quieren decir todo a Meidara y les aseguro que si le dan problemas es capaz de bombardear ambos lugares sin problemas y matarlos. - Guardan silencio - Aúnque si lo veo desde otra perspectiva eso me ayudaría mucho por lo tanto sigan y dejenme a Meidara todo el tiempo.

Ambos bufan y me quiero reír por la cara de idiotas que deben tener. - Sí. Es mejor que se manten entre ustedes ya que si uno muere por la mano del lastimosamente pierden a la linda Meidara...más ahora que seguro va a querer tener un hijo mio. - Miento con lo último.

- ¡Silenció! - Dicen ambos y escucho algo romperse del otro lado de la línea.

- ¡Antoni! - Se queja Mei desde la cama y volteo.

- Ahí voy principessa. - Cuelgo escuchando las quejas de los idiotas para meterme a la cama junto a Meidara.

¿Debería decirle sobre la pelea que tienen esos dos? Es beneficioso para mi pero por otro lado me podría tachar de sisañoso.

- ¿Qué sucede? ¿Con quién hablabas? - Se cambia de lugar para acostarse en mi pecho.

- Parece que Ali se preocupó más de la cuenta y no se fía dejarte aquí sola por mucho tiempo. - En parte no era mentira, había estado llamando y le dije que se sentiría cómodo mandando a varios Halcones en cuidado de ella.

Si fuera el también quisiera proteger a esta mujer inocente e infantil.

A quien intentas engañar, ella no tiene nada de inocente y mucho menos es un angelito.

Agite la cabeza en busca de borrar todos los pensamientos estúpidos de mi cabeza.

- Ali es como mi padre o hermano mayor, me protege mucho. Los Halcones son mi familia y gracias a ellos soy lo que soy ahora, si me dieran a escoger de ir con mis padres o volver a estar sola en la nieve... - Guarda silenció unos segundos - Definitivamente estaría en la nieve en espera de esas maravillosas personas que ahora son mi familia. Mi gente.

Acaricio su cabello con una pequeña sonrisa, el como habla de ellos me llena el corazón es como escuchado a Damon hablando de ella casi todo el día aveces no lo soportaba ya que me recordaba a ella día y noche.

- De verdad los quieres. - Susurro.

- Los adoro. - Susurra. - Son unas maravillosas y consentidoras personas.

Damon suelta un quejido y Meidara lo carga para ponerlo en medio de ambos, frunzo el ceño algo celoso al ver como mi hijo se aferra a ella para recostar su pequeña cabeza en sus tetas.

Es tu hijo.

No le tengas envidia.

No.

No le tengas envidia.

No lo quites.

- Quítate. - Intentó moverlo para tomar su lugar pero los quejidos de ambos me hacen detenerme, Meidara niega y acaricia mi cabello con una pequeña sonrisa.

Me derrito bajo su toque para suspirar y acomodarme del otro lado para poder abrazarla.

Cierro los ojos dispuesto a dormir con mi dama e hijo, siempre he deseado un sueño tranquilo para ambos después de mucho tiempo en vela.

Ahora puedo dormir sin tener una pesadilla de morir al vacío.

Meidara sin saberlo nos ha salvado la vida incontables veces al igual que Damon.

Ambos me han devuelto la inspiración para limpiar el mundo de las pestes, voy a hacer lo que sea necesario para que ellos estén bien.

Así tenga que aliarme con los enemigos para destruir al maldito que atormenta a mi dama. No importa si muero en el intento se que hay dos más para ir tras él.

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