Extra

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Persefone 16 años

Amelie 14  años

Meidara 13 años

Owen 5 años

Meidara madre 39

Ilenko Romanov 44

Christopher Morgan 42

Antoni Mascherano 41

— ¿Qué sucedió? — Abro las puertas de la oficina del director con preocupación, Owen se encuentra sentado sin decir una sola palabra

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— ¿Qué sucedió? — Abro las puertas de la oficina del director con preocupación, Owen se encuentra sentado sin decir una sola palabra.

— Señora Morgan, por favor tome asiento. — Me habla el director.

Habíamos decidido meter a Owen en una escuela normal al igual que a sus hermanas para que conviviera con niños normales de su edad y pensar más infantil del que se veía en casa.

Está claro que asiste a la academia militar de la FEMF donde mi esposo es ministro para darle su sentido de responsabilidad a nuestra manera.

— Owen — Lo ignoro deliberadamente para tomar las manos de mi pequeño poniéndome a su altura. — Dime que sucedió amor.

— Ellos comenzaron. — Susurra mordiendo su pequeño y tembloroso labio inferior.

— Ellos ¿Quién? Dime que te hicieron y lo vamos a solucionar de inmediato. — Mi hijo guarda silencio lo que me frustra más pero solo le hago una seña para que me espere afuera lo cual capta de inmediato para levantarse e irse.

— Señora Morgan. Owen es sin duda un buen estudiante pero pelea demasiado, tiene constantes ataques ira y una fuerza que comúnmente no se ven en un niño de su edad.

— Eso es obvió. Mi hijo es cadete. — Me cruzo de brazos captando más su atención y sonrisa de burla.

— Señora Morgan. Si su plan es coquetearme para que su hijo no se lleve una expulsión o suspensión está muy equivocada.

Mi ofensa es clara. Me enderezo ante sus palabras que me ofenden tanto como para mantener mi cuerpo tenso y puños cerrados.

— Aquí nadie le está coqueteando.

— Pero claro — Ironiza — tiene a tres hombres pero que le hace pensar que no pueden conseguirse a una más joven. Su cuerpo no es como antes, su piel se ve un poco más gastada.

No me va a afectar ese tipo de palabras de un maldito dejado como él. — No permito que nadie me falte al respeto. Ni mis propios hijos pasan encima de mi como para que venga usted a intentar hacerlo. — Me pongo de pie — Más encima tratar a mi hijo como injusto y ser el único regañado cuando ahí afuera no vi a ningún estúpido padre de esos niños que provocaron a Owen.

— Señora no debe enojarse por un simple comentario inofensivo. Pero claro que espero de una mujer como usted.

— Una mujer como yo. — Mascullo contando hasta diez.

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