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AQUINO.

Me levanté cansado de mi silla, había terminado de hacer el proyecto que tanto tiempo me tomó hacer, un bufido salió de mi boca, al fin estaba tranquilo.

Estire mi cuerpo y me sobe el ojo, estar sentado bastante tiempo era algo irritante.

Salí a la pequeña Sala de aquel departamento y visualice a mi gata, una pequeña gata naranja y de ojos verdes.

Acaricie al pequeño felino el cual era mi compañia todos los días en aquel lugar donde vivía, tome un vaso y lo llené de agua.

Solté un gruñido bastante bajo y tomé el líquido milagroso que portaba en manos.

Me eche en el sillón de la Sala, estando boca arriba mirando el techo me puse a pensar que haría a esas horas, era tarde, ya estaba oscureciendo.

──ahgg── me queje para seguido de eso soltar un bufido y seguir pensando en que hacer.

Me levanté del sillón y me dirigí a mi habitación, agarré mi zapatillas color naranja y me las puse, observe como mi gata se acercaba a mi y se acostaba al lado de mi pie.

──¿Quieres ir a dar un paseo?── Le pregunte a mi gata como si fuera a escucharme, ella me miro y supe que ella quería salir.

Levanté al felino naranja y la lleve de vuelta a la sala para ponerle su correa.

Agarre las llaves de mi departamento y salí del lugar portando conmigo al pequeño felino de bellos ojos verdes

Salí del lugar por completo y seguí mi rumbo hacia el pequeño parque cerca del edificio donde vivía.

No estaba lejos, seguí caminando con el felino aún en brazos como si fuera lo más preciado en mi vida.

Luego de un rato de seguir caminando llegue al parque, ese parque era conocido por ser el lugar más visitado por enamorados y donde más parejas terminan.

Era llamado "El parque del Amor y el Desamor", seguí caminando con mi gata en brazos hasta llegar a alguna banca donde sentarme junto a mi pequeño acompañante.

Visualice una banca y me senté, vi a mi alrededor y logre ver muchas parejas enamoradas, en ese momento era muy común ver bastante gente ya que en la noche el parque era iluminado dejando ver su belleza.

Había gente caminando con sus mascotas, declarándose y uno que otro enterándose de que su pareja le era infiel.

Me levante de mi lugar pues había logrado ver un puesto donde vendía cositas, me dirigí hacia el con mi gata en brazos, claramente no la dejaría sola.

Pedí una Inka kola y volvi a mi lugar, esta vez vi como un chico hablaba con otra chica.

No soy de esas personas chismosas pero me dio intriga y seguí viendo.

Al parecer la chica le era infiel al chico... Pobre de él.

Luego de que el chico se enterara uno un poco más alto salió, al parecer estaba escondido.

El chico de pelo color negro y bajo de altura se quedó paralizado, solo dio pasos hacia atrás hasta que el otro más alto lo agarro de la chaqueta que llevaba.

Ahí decidí intervenir, llegar a los golpes era demasiado, me acerque y hice que el otro lo bajara, el chico azabache se quedó atrás mio mientras yo arreglaba el pleito contra el otro imbécil.

La parejita esa se alejó mientras que yo me quedaba junto al chico de pelos negros, mi gata se acercó corriendo a mí.

──Gracias.. No tenías que hacer eso, podía yo solo. ──habló al fin el chico de pelo negro mostrando algo de vergüenza.

¡ Aquella Noche ! 🌃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora