La noche pasó de una manera casi eterna, una parte de mi decía: "Lucha, ella es tu felicidad", pero la otra simplemente decía "Ella ya es feliz, no te interpongas". Por lo consiguiente mi mente estaba en un laberinto, del cual no tenía ni idea de cómo salir.
El sueño me venció justo cuando el sol comenzaba a salir, pero no pude descansar. Desperté dos horas después empapada en sudor frío, con un dolor horrible de cabeza y un poco de sangre saliendo por mi nariz. ¿Qué me había pasado? Simplemente había tenido una pesadilla a tal grado de provocar que mi cerebro tuviera una elevada presión y sangrara un poco. ¿Normal? No creo, pero no pasaba continuamente.
De hecho, había dejado de pasar hasta que volví a ver a Rebecca con ese tipo. ¿Quién era él? Se me hacía conocido, pero no recordaba de dónde. Suspire pesadamente mientras me levantaba para limpiar la sangre que había salido de mi nariz.
Terminé decidiendo que sería mejor tomar una ducha y salir fresca. Despejar mi mente de alguna manera. Fue buena idea, el agua caliente hizo que mi mente no pensara al menos unos minutos. Salí, me coloqué una toalla alrededor del cuerpo y caminé por mi ropa.
El teléfono sonó, provocando que mis rodillas temblaran y mi corazón latiera rápido.
-¿Diga? –mi voz salió un poco gruesa. Era demasiado temprano aún.
-Buenos días, señorita Chankimha, disculpe que la moleste a estas horas –comento con intento de tailandés, pero con el acento inglés.
-No se preocupe, ¿qué ocurre? –pregunté curiosa y un tanto decepcionada al notar que era una llamada de recepción.
-Una señorita la está esperando en el restaurante del hotel–mi corazón se detuvo.
-¿Una señorita? –pregunté con la garganta seca.
-Sí, la misma que llegó ayer con usted –mi respiración falló.
-Vale, gracias –tragué saliva intentando recuperar la voz – Dígale que no tardo en bajar.
-Perfecto, que tenga buen día –sin más colgó.
Seguía en shock, ¿Rebecca estaba esperándome en el restaurante? ¿Mi Rebecca? ¡REBECCA ESTABA ESPERÁNDOME EN EL RESTAURANTE! Esperando... A mí... a nadie más. De un momento a otro la realidad me golpeó.
Rápidamente agarré mi ropa y comencé a ponérmela. Lo mismo de siempre, unos jeans ajustados, y una camisa lisa. "Creo que debería cambiar un poco mi manera de vestir" pensé al verme en el espejo rápidamente para después colocarme mis converse blancas.
Después de estar lo más presentable posible sin dejarme en evidencia, salí de la habitación corriendo. Literalmente corriendo. A duras penas, logré tomar mi teléfono y la llave de la habitación. Llegué hasta el ascensor. Pulse el botón y nada. Comenzaba a desesperarme hasta que las puertas del ascensor se abrieron.
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Fallen Angel [FREENBECKY]
Fanfiction¿Cómo comenzar a contar esta historia? No es un cuento de hadas, ni mucho menos un amor de ensueño. Una historia donde dos seres completamente diferentes se encontraron con una sola razón. Una chica, cual ángel caído había perdido sus alas volviéndo...