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Tsukasa llevaba días sin presentarse a clase, y cuando finalmente lo hizo, escuchó burlas, murmullos y finalmente akito se acercó a él. Tsukasa suspiró y lo miró.

Tsukasa, eres un entregado. ¿Cómo dejaste que te tomaran fotos? – La gente de su alrededor comenzó a reírse y el rubio siguió mirando a Akito. Tomó valor y respondió, no lo hizo con palabras, pero sí con un golpe en el estómago del contrario. Luego se abalanzó encima de este, tirando de su cabello, golpeando su rostro mientras que akito también se defendía. Los que estaban a su alrededor comenzaron a grabar y a apoyar a akito, diciendo que seguramente este ganaría la pelea.

¡¡Tsukasa, eres fuerte!! ¡Tú puedes hacerlo! – Gritó Nene. La única persona presente que lo apoyaba en ese momento, aunque ella sintiera mucho miedo por lo que akito pudiera hacer y por lo que había hecho, jamás quiso dejar a tsukasa de tal forma, pero fue amenazada y eso causó que se alejara, que "abandonara" a Tsukasa de esa forma. El rubio siguió golpeando a akito hasta que se cansó, dejándolo en el suelo sin poder levantarse. ¡Merecido lo tenía! Akito siempre había sido un asqueroso, un abusador, ¡estaba en su derecho defenderse!

Quiero decirte que no te podrás salvar de la denuncia, tengo pruebas más que suficientes y las fotos que TÚ mismo tomaste, son una prueba más – Finalizó Tsukasa pateando la entrepierna del más alto, tomando sus cosas y saliendo de la escuela
Nene fue detrás de él, pidiéndole perdón y dándole ánimos, dándole el apoyo que no pudo haberle dado hace tiempo. El contrario aceptó sus disculpas, aún estaba algo agitado por la pelea y sabía lo que pasaría después: llamarían a sus padres, lo castigarían y posiblemente lo iban a golpear a él. Pero había logrado lo que nunca pudo, logró defenderse de ese estúpido, en ese momento solo quería estar abrazando a Rui como el cobarde que era y llorar en sus brazos, ser consolado y amado nuevamente.
Nene después de un rato se fue y asistió a clase, Tsukasa en ese tiempo aprovechó para escaparse y buscar a su amado. Estuvo durante algunos minutos dando vueltas por la ciudad, compró algunas cosas para el dolor que sentía y fue al supermercado, se supone que iba a comprar algo para tomar desayuno, pero terminó encontrándose con una sorpresa, una muy agradable.

¡Rui! – El rubio se emocionó tanto hasta el punto de llorar, corrió hacía él y lo abrazó con todas sus fuerzas, el más alto correspondió de inmediato y le dio un beso en su frente, comenzando a acariciar su cabello.

Tsukasa-kun, te extrañé. – Se separó de él y limpió sus lágrimas, mirándolo con una sonrisa. – Estoy orgulloso de ti, me pone tan feliz que finalmente te hayas defendido y puesto a akito en su lugar. – Esto dejó a tsukasa pensativo, ¿cómo era que se enteró? claro.. lo habían grabado y posiblemente subido a internet, pero eso en un momento así no interesaba, tsukasa sintió su cuerpo tan cálido junto al de Rui que le hacía sonreír inconscientemente. Tal vez ese día no dijo nada en respuesta al "te amo" de rui, sin embargo, sus expresiones, movimientos y pensamientos decían absolutamente todo por él. Ambos terminaron sus compras y salieron, dieron un paseo, se compraron regalos mutuamente y cuando comenzó a obscurecer, Rui llevó a tsukasa debajo de un árbol.

Tsukasa-kun – Dijo mientras miraba al cielo lleno de estrellas, la luz de la luna se reflejaba en el agua que estaba frente a ellos y el brillo de los ojos del rubio resaltaba más.

¿Quieres ser.. mi novio? – Pronunció el más alto con algo de nervios, tenía algo de miedo de que este le rechazara, pero aún así, Tsukasa aceptó sin dudarlo.

¡Claro que sí, Rui! ¡Quiero ser tu novio, tu esposo, tu amante y el padre de tus hijos! ¡Acepto! – Rui se acercó a besarlo, tal vez no era el primer beso de ambos, pero era el que más tenía sentimiento, se habían enamorado perdidamente el uno del otro, luego se abrazaron y comenzaron a decirse cosas lindas, cosas que claramente nunca en sus vidas dirían a alguien, quizás eran vergonzosas, pero el amor que ellos sentían podía lograr que aquella pena se transformara en palabras dulces y llenas de amor.

Admirador. ; RuikasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora