Por otro lado, Caelum entró empujando la puerta de la habitación de Horologium, el cual ni siquiera se molestó en mirarlo, solo cerró el libro en sus manos para dejarlo en la mesa a su costado. Suspiró, cerrando los ojos y cruzándose de brazos, ¿Ahora qué quería Caelum?
—Creí que no querías dirigirme la palabra. ¿Qué te hizo cambiar de parecer? — inquirió Horologium tomando una postura mucho más relajada.
—Tu gente se llevó a dos tipos bajo arresto, me hubiera gustado castigarlos por mi cuenta, pero la situación me lo impedía. Además, hay algo que te puede interesar — habló desinteresado, para luego observar de reojo al mayor.
El de cabellos plateados ahora observaba atentamente, probablemente indagando y tratando de sacar sus conclusiones. Aún no había sido informado de dicho arresto y le parecía curioso. En cuanto a Caelum, mantenía su semblante desinteresado.
—Ciertamente, me parece curioso que te estés tomando tantas molestias ¿Qué quieres hacer con ellos? Pero más importante ¿Por qué arrestarlos con la guardia y no por tu propia mano? Se nota a leguas que te interesan— Horologium destaco mientras continuaba contemplando la poca información que tenía, más el ya característico carácter de la cuarta deidad.
—Había demasiados ojos curiosos y probablemente alguien en espera de que cometa algún error, en fin, eso no importa— Explica a grandes rasgos, si Horologium quería detalles, entonces que haga un esfuerzo por conseguirlos.
Ahora Caelum mantenían los ojos cerrados y en un rostro se dibujaba una pequeña sonrisa, parecía orgulloso de algo, por lo cual el mayor se acercó aún más curioso por dicha actitud tan relajada de Caelum, en otro momento probablemente ya estuviera discutiendo y él esquivando cosas lanzadas por el castaño, mejor mantener la poca paz que hay.
—Entonces, ¿Quién y cuáles son los cargos?— Cuestiono el de cabellos plateados, regresando al tema principal, se acercó a una de las paredes a observar un reloj de péndulo que poseía.
—Daño a la reputación de Hydrus y los doce, alterar el orden público e incitar el odio, se exige ser forzados a trabajar en el astillero para luego ser expulsados y se les niegue la entrada nuevamente— Hablo Caelum intentando averiguar que hace su contrario mientras le escuchaba.
—Así que son extranjeros, ¿Tenían algún signo de seguir a alguien del continente? Lo haría más fácil, pero si estás tan pensativo, entonces ¿Cuál es el problema?
Para el mayor de los doce tratar con extranjeros era un dolor de cabeza, sobre todo si creían en alguna deidad, después de todo para ellos buscar cualquier excusa era bienvenida.
—Dijeron algo de un clan del nuevo milenio o una tontería así, es claro que no son creyentes si soltaban más veneno con sus palabras que Hydrus mordiendo al pescado, ese— murmuro con una expresión de repulsión.
—¿Hydrus qué? ¿No te cansas de molestarlo?— Cuestionó molesto el recién llegado, en realidad no tenía muchas ganas de estar ahí, pero no tenía muchas opciones, además no iba a permitir que siguiera fastidiando a la hidra de esa forma.
—¿Por qué te molesta que mencioné a Hydrus? ¿Te pone celoso? Si quieres mi atención, solo dímelo pequeño Volans.
El castaño sonreía bastante divertido mientras en el mencionado estaba asqueado y molesto, probablemente seguirán las provocaciones mientras Horologium se tomaba su tiempo meditando lo que acaba de escuchar.
—Basta... Caelum, no mencionaste quién exigió ese castigo, y me parece curioso el énfasis en Hydrus— Hablo seriamente, quizás así se detendría la discusión sin sentido.
—¿Oh? ¿Qué sucedió?
La expresión de Volans se había suavizado, ahora se podía ver la curiosidad en su rostro mientras observaba al par frente a él, Horologium dirigió su mirada a Caelum en espera de que siguiera hablando, después de todo él tenía los detalles.
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Lie Of The Gods
FantasyDurante milenios la región ha sido gobernada por doce deidades estelares, concediendo al pueblo mortal su favor y protección incondicional. De forma súbita, una terrible tragedia pone a prueba la estabilidad de su vínculo y confianza: su paz había s...