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El omega de Ballister ronroneaba, esto el alfa de Ambrosius lo sintió gracias a la marca temporal.

El rubio se acomodo, acarició el cabello de Ballister hasta quedar dormido.
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- Iré al mercado. No es necesario que me escolten, será rápido.

Hablo la alfa rubia saliendo de su oficina.

La directora tomo el metro. Supuso que de esa forma nadie podría ver hacia donde se dirigía. Ya en el mercado se fue con un herrero muy poco conocido.

- Quiero que haga está espada.

Dijo estirando un plano enfrente del herrero.

- No hay problema. Para cuándo le gustaría recibir la espada?

Respondió el beta, el tipo observaba el plano el cual se veía una espada con un sistema de rayo.

- Lo quiero antes de la ceremonia de caballeros. Es un regalo especial.

Argumentó con un tono acido y retorcido ante la última frase.

El herrero aceptó, dándole como fecha un día antes de lo que ella había dicho.

La alfa le dió una propina extra al herrero para que no hablara de que ella estubo ahí.
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Tres semanas quedaban. Ballistic estaba cada vez más ansioso de que el día llegará.

Pensó en ir a visitar a la reina la próxima semana, bueno el también estaba ocupado no tanto como los demás pero si mejorando cada vez más. Aunque las molestias siguieran presentes. Se propuso tener 100% dominada la espada, lo logro. Al ver que ya dominaba la mayoría de ejercicios de los entrenamientos quiso subir de nivel. La hora le impidió ya que está estaba a 20 minutos del toque de queda.

Decidió aprovechar ese tiempo para ducharse y acomodar sus cosas. Después de su baño fue a su habitación, preparo un té para mantener sus náuseas en control. Supuso que fue el almuerzo. Se vio forzado a comer una comida nutritiva de las señoras de la comida las cuales le habían preparado pescado con repollo, dos cosas que odiaba juntas.

Toc....toc

El omega dejo su taza en el mesón en el que estaba apoyado para ir a abrir la puerta.

- Ambrosius?

Dijo sorprendido al abrir la puerta.

- Hola!

Saludo mostrando dos bolsas.

- Hola, que es eso?

Pregunto curioso.

- Ah, bueno es algo para celebrar. Me costó bastante ocultarlo...

Dijo rascándose la mejilla.

- Por dios, si te pagarán por hacer estupideces, serías millonario...

Respondió haciéndole una seña para que pasara.

- Buen chiste, pero le comunico que.

Comentó dejando las cosas en la mesita de centro, mientras buscaba vasitos.

- Nop, ya me se está así que no me lo digas.

Dijo poniéndole una mano en la boca. El alfa servia el licor en los vasos.

¿Los días cuentan?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora