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Agarró una botella y camino hacia la puerta para abrirla.

Se acercó cautelosamente hacia la puerta, unas latas y un jarrón cayeron. Ballister atrapó el Jaron dejando que lo demás se cayera.

Miro la puerta, estirando su mano para agarrar el pomo de la puerta. Abrió la puerta de un jalón para apuntar con la botella de vidrio rota. Aunque no había nadie.

Observó los alrededores pero no había nada, levantó los hombros en forma de desinterés.

— Eso fue raro.

Dijo dándose la vuelta. Al hacer eso vio a una muchacha lo cual lo asusto mucho, apuntando le con la botella rota.

— Hola jefe!

Saludo bajando la botella con un dedo.

Ballister no sabía que decir hasta que la niña siguió hablando.

— Me encanta la guarida secreta.

Dijo paseándose por el lugar mientras respiraba. La pelirosa sintió un olor a omega.

— La basura y el olor a tristeza le da un toque especial, obvio sacando el olor a omega. Que por cierto en muy buen olor!

Hablo sacando una rata muerta de un cajón.

— E-Espera, quien eres?

Pregunto aún con la botella en mano.

— Soy nimona!

Dijo apareciendo por el otro lado del omega, estirando la mano para saludarlo, provocando otro susto.

— Cómo es que-

— Wow! Que loco brazo!  Sangraste mucho?

-Que?-

—  Conservate tu antiguo brazo?

Pregunto mirándolo con ojos raros. Valentoni se espanto por la cara de la niña.

— Que? No, que pasa contigo??

Hablo mirando como la pelirosa se movía por su escondite.

Nimona se acerco a una mesa la cual había un mechero. La niña prendió el coso .

—  Uhhhh, me lo puedes dar?

Pregunto contenta.

— Deja eso, no es para cachorros.

Respondió intentando sacar a la niña de hay.

— Dijiste, cachorros?  Okey, que edad crees que tengo?

— Ps, no sé diez?

Nimona miro con cara de es que me estas agarrando pal' webeo?

El omega levantó los brazos en forma de que no sabía la edad de la niña.

— Dame una pista... Eso por lo menos.

— No convives con con muchos niños, ja?

Dijo caminando.

— Sabes que no, y quiero seguir así. A si que vete.

Hablo observando que la niña iba asia una silla.

— Pero vengo por el trabajo.
Manifestó agarrando un cuchillo.

¿Los días cuentan?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora