VI - Conocimos a la conserje más increíble.

1.6K 103 2
                                    


Dolor de cabeza y la boca más seca que un desierto son unos de los cuantos síntomas que deja la resaca.

-¡JAUREGUI! ¡DILE AL QUE ESTÉ QUEMANDO EL TIMBRE QUE ESPERO QUE COMPRE UNO! _gritó mi mejor amiga sabiendo que estaba a su lado.

Le di un buen golpe y me levanté como un zombie hasta la puerta donde un hombre de traje oscuro esperaba.

-Juro que no he vuelto a contar cartas en las vegas. _levanté mis manos en señal de inocencia con un ojo cerrado y un mechón de mi cabello quedándose en mi rostro.

-Señorita Jauregui, usted y su mejor amiga deben alistarse para su primer día en el instituto. _dijo el hombre con voz formal y esas palabras me cayeron como balde de agua fría.

-¿Era hoy? ¿Tan temprano? _pregunté algo perdida.

El hombre no contestó, me entregó una llave que venía acompañada de un pequeño llavero con la palabra Lamborghini escrita en el. La puerta se cerró y yo aún seguía mirando ese llavero, caminé con los pies descalzos hasta la habitación donde Lauren se encontraba y empecé a moverla con cuidado de no terminar con un zapato en el rostro.

Verónica era de muy mal humor en las mañanas.

-Vero... Tenemos que irnos... _susurré aún moviéndola con algo de miedo.

Ella empezó a moverse y finalmente se giró a mi matándome con esos ojos marrones.

-Necesito una buena razón para que me despertaras de mi lindo sueño donde Selena Gómez bajaba del escenario y me daba un beso. _masculló mirándome fijamente.

-Amm... ¿Es nuestro primer día de instituto? _fruncí el ceño y creo que ella también despertó después de eso.

-¿Era hoy?... ¡Joder! _exclamó levantándose pero al parecer tuvo un viaje intergaláctico porque casi se me cae la niña.

-Tenemos que irnos. _dije soltándola y corriendo hasta mi baño. Verónica hizo lo mismo y en pocos minutos ninguna parecía haber tenido una fiesta ayer.

Eso si, nos tuvimos que colocar lentes de sol, porque ni todo el maquillaje del mundo podía quitarnos las ojeras de mapache que teníamos. Fuimos al estacionamiento y oprimi el pequeño botón que había en el llavero escuchando a lo lejos como la alarma de seguridad se desactivaba. Verónica y yo caminamos hasta el lugar donde provenía el ruido y casi se nos cae la mandíbula.

Frente a nosotras había un Lamborghini azul metalizado esperando ser usado, Verónica y yo nos miramos antes de caminar hacia el auto y entrar a el. Tomé las llaves y encendí el lujoso auto admirando por un corto momento el rugido del motor.

Conduje por las calles de New York hasta el instituto de mi "novia" ganándonos muchas miradas de personas en las calles. Verónica estaba como yo, no se creía que estuviéramos en un auto tan lujoso como ese y no se lo creyó hasta que llegamos a ese instituto lleno de niños ricos.

Tuve que frenar algo brusco gracias a una paloma que se cruzó en mi camino y eso provocó que los neumáticos sonaran muy fuerte ganándose la atención de todos los que estaban en el aparcamiento. Estacioné al lado de una motocicleta que se llevó toda mi atención y al parecer Verónica y yo nos llevamos la atención de muchos al bajar del auto.

Habían chicos muy bien vestidos y chicas muy lindas vestidas con las mejores marcas del mundo sobre su cuerpo. Encendí la alarma de seguridad y al girar ví a Camila al lado de las chicas que la acompañaban en la pizzería el día que la conocí. La rubia alta con quien descubrí que la castañia era algo torpe se estaba burlando de ella y yo girando a ver a los espectadores descubrí que miraban mucho a Camila y a mi como si esperaran algo.

Pizza - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora