Pizza - Camren G!P

VII - Rayamos un auto muy caro

Verónica y yo descubrimos mientras el día avanzaba que todas las clases las compartíamos con las amigas de mi "novia" y ella. Victoria's Secret debería ser actriz, en la clase antes del almuerzo llegó al salón y después de dejar sus cosas se acercó a esta alma pura e inocente que jugaba con su cámara y me dejó un gran beso en la comisura del labio. Verónica no paró de molestarme.

A la hora del almuerzo seguía tan sorprendida que casi dejo caer la pizza que me dieron ese día. Eso me recordó que tengo que trabajar después de salir de la cárcel mejor conocida como instituto.

La rubia amiga de Camila que tanto me agradaba nos llamó a mi mejor amiga y a mi para que nos sentaramos junto a ellas, nosotras lo hicimos bajo la mirada de muchos.

-¿Qué tal su primer día? _preguntó una pequeña rubia apoyando su cabeza en su brazo con interés.

-Nunca me había sentido tan observada en toda mi vida. _respondió Verónica y yo asentí.

-Me observaron más que cuando Verónica gritó que quitaba muchas heterosexualidades. _comenté haciéndolas reír.

-Por cierto, chicas. ¿Ustedes quienes son? _preguntó Verónica ladeando la cabeza con curiosidad.

-Oh vaya lo sentimos. Soy Normani, pero diganme Mani. _dijo la chica morena. -Ella es Ally. señaló a la rubia pequeña. -Y ella es Dinah. _señaló a la rubia alta. -A Camila creo que ya la conocen.

Asentí mirando a mi "novia" que también me miró.

-¿Nos van a dar otro intercambio de saliva? _se burló Dinah mordiendo su lengua con picardía.

-Amm... No lo creo, eso lo hice sin pensar... Yo... Lo siento. _me disculpé algo nerviosa por recordar el momento alejándome un poco de Camila.

-¿Qué haces? saltó Ally alarmada.

-¿Comer pizza? _levanté una ceja mientras masticaba mi pizza.

-Se supone que son "novias" chicas, no dos personas que acaban de conocerse. _recordó la pequeña en un susurro.

-Técnicamente... Acaban de conocerse. _dijo mi mejor amiga chocando manos con Dinah.

-Acercate. _ordenó con voz tan dura, que de un salto estuve cerca de Camila nuevamente. -Abrazala. Camila recuestate en su hombro. No quiero que se suelten hasta llegar al salón de clases y quiero que sonrían como si fueran los seres más felices de la tierra.

Camila y yo hicimos todo eso con algo de miedo ya que Ally era muy ruda cuando se lo proponía. Las miradas de muchos aún estaban sobre nosotras y eso me hacía sentir muy incómoda, unos minutos después, una chica morena se acercó a nosotros y saludó a todas las chicas.

-¿Ella verdaderamente es tu novia, Camila? _preguntó posando su mirada en mi.

La chica era tan guapa que no podía dejar de mirarla, Verónica estaba en mi misma situación.

-Así es Keana. Lauren es mi novia desde el verano, ¿cierto, cariño? _preguntó Camila dirigiéndose a mi, pero estaba tan ocupada mirando a la otra chica que apenas y pude asentir.

Noté que Victoria's Secret rodó los ojos en cuanto Natasha empezó a reír y lo siguiente que sucedió me dejó fuera de órbita. Camila tomó mi rostro y volvió a juntar nuestros labios en el segundo beso que nos daríamos en nuestras vidas.

No fue un beso de cinco segundos como el que le di yo, no, fue un beso largo y muy duradero que lastimosamente el timbre para entrar a clases interrumpió. Nos separamos con la respiración agitada y cuando giré a ver, Keana ya se había ido.

-Nos vemos en clases "mi amor". _dijo Camila con las mejillas coloradas haciendo énfasis en las últimas dos palabras.

Las cuatro chicas se fueron dejándonos a mi mejor amiga y a mi sentadas.

-Joder, que beso. ¿Lolito no se levantó? _preguntó Verónica bajando la mirada a mi entrepierna.

-¡Verónica! _exclamé dándole una palmada en la nuca.

-No te enojes conmigo porque tienes que encargarte de eso tu sola. _me guinó un ojo y se levantó riéndose.

-Ni siquiera se nota tanto. _susurré levantándome también.

(...)

-¿Entendiste algo, Jauregui? _me susurró Verónica.

-No. Me gradué hace dos años y aún no he usado la regla de 2×2 en mi vida. _contesté intentando encontrarle sentido a lo que el maestro había colocado en el pizarrón.

-Cómo vas a entender si te la has pasado viendo a Camila, imbécil.

-Eso no es verdad, no estoy viendo a nadie.

-Ya sé que te dejó ganosa, Jauregui. Pero no es para que la acoses.

-¡Verónica! _dije bastante fuerte ganándome la mirada de todos.

-Señorita Iglesias y señorita Jauregui. ¿Podrían decirnos el motivo de tal escándalo? _preguntó el viejo calvo que creo que le caímos mal desde el primer momento.

Verónica y yo nos quedamos mirándolo y él hombre en verdad quería una respuesta.

-¿Y bien? Digan algo.

-Algo. _contesté haciendo reír a toda la clase.

El maestro, al que ahora le diré "Señor Pelón", tomó dos papeles y nos lo entregó a Verónica y a mi.

-A la dirección.

Que coincidencia, cuando estudiaba mantenía más en dirección que en clase, y ahora que debo volver al infierno también estaré allí. Verónica y yo fuimos a la oficina del director y solo nos puso como castigo ayudar a la conserje a limpiar los pasillos. Le lanzaría un globo de pintura a ese pelón por ser tan llorón, pero como Chel es increíble, pasaremos una increíble tarde.

Nos despedimos de las chicas y tuve que darle un pequeño abrazo a Camila como despedida porque el show aún continuaba y debo admitir que fue algo incómodo. Después de que Verónica me molestara un rato fuimos con Mer.

-Mis nuevas discípulas... Si antes me cayeron bien, ahora después de burlarse de ese calvo de mierda, las adoro. _dijo Chelsea pasándonos un par de alambres y unas esponjas.

-Gracias por tu confesión, Chel. ¿Que haremos con esto? _preguntó
Verónica mirando extrañada a la conserje.

-Si algo he aprendido en este instituto además de como tirarme a la secretaria, es a divertirme limpiando pisos. ¿Listas para la diversión?

Sonreí alegremente al igual que mi mejor amiga mientras que Chelsea nos explicaba a atar las esponjas a nuestros pies descalzos. La conserje lanzó una cubeta de jabón y agua por todo el piso y se lanzó patinando con las esponjas, después vino el turno de Vero y mío y fue lo mejor de mi vida.

Después de una hora limpiando pisos de la manera más divertida, llegó la hora de irnos a casa y nos dimos cuenta de que el Señor Pelón aún seguía allí gracias a su costoso auto estacionado.

-¿Por qué odias al señor Hurt, Chel? _Preguntó Verónica.

Me gustaba más Señor Pelón.

-Ese cabeza de huevo le dijo al director que me había tirado a su hermana, antes me lo agradeció, pero entonces ya sé que es un soplón. _Chelsea hizo un puño con su mano y sus ojos brillaron en cuanto vio el auto del Señor Pelón.

-¡Wou! Chel, ¿qué vas a hacer? pregunté algo sorprendida de ver como aquella loca mujer sacaba unas llaves e iba directo hasta el auto.

¡Chelsea rayó la jodida puerta! Ahora si estamos jodidas.

-¡Enciende el motor si no quieres ir a la cárcel! _gritó corriendo hasta nuestro auto.

Verónica y yo corrimos hasta el Lamborghini y arrancamos por la
carretera dejando atrás el crimen del que éramos cómplices.

-¡Así se siente estar viva! _gritó Chelsea levantando sus brazos eufóricamente. -Ya hice el trabajo pesado, llevenme por comida.

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