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   Chile miró otra vez por la ventana, no parecía ver ninguna amenaza, pero su temor seguía en su cuerpo.

   La calle seguía en silencio, miró la navaja que le habían pasado, tenía un mango de madera oscura, parecía tener mucho filo, en ese momento pensó 《¿Y si lo hubiera matado?》había actuado rápido, sin pensarlo bien, pero, eso ya había pasado, y entonces pensó: 《¿Y si me hubiera matado?》; si lo hubiera matado ¿Qué pasaría con... todo? Su población, su gobierno o, Gobierno, ese de cabello negro, ¿Él tambien muere? Sus ministerios, ¿Tambien?

   Pasado unos treinta minutos luego de eso, escuchó que alguien tocaba la puerta, pensó en ONU claro, si él dijo que iría aunque no, vio sólo a Alemania Oriental.

   —¿Tú no deberías estar en el colegio?— Preguntaba con confusión— Espera, ¿Y tu hermano?—

   —¡Eh! Vengo por eso ¿mi hermano no está?—Preguntó mostrándose nervioso— Ah y dejaron salir antes por un problema— agregó.

   —¿Por qué no estabas con tu hermano?— Preguntó enfadado.

   —Ah... no sé, dijo que ya volvía y no vino.— explicó haciendo gestos con las manos, simulando lo dicho. Chile por un momento miró los dientes del alemán, eran como los de una Piraña, dientes que parecían ser cuchillas "Dependiendo de: quien haya tenido territorio anteriormente, algunas características podrán traspasar a quien se ubique ahora" recordó una oración que había leído en "Leyes del País Humano"

   Escuchó pasar a un auto, miró que ONU bajó de este, no estaba solo, bajo Alemania occid. con él.

   —Buenos días, ONU— saludó cordialmente.

   —Oh, buenos días, verás me encontré con él— señalaba a Alemania Occidental— Me decía que tenía que venir rápido y lo traje.— explicaba con rapidez.

   —Vaya, justo lo buscaba.— Exclamó con gracia.

   —Ahora sí, necesito una explicación un poco más clara.— dijo con su mirada fija en el chileno.

   —Claro, claro—decía invitando a ONU a pasar.— ¿Quieres un vaso de agua?

   —No gracias. — Negó amablemente.

   —Sobre la llamada—Dijo tomando asiento—, yo... estaba aquí, tocan la puerta, voy, confundido, me parecía raro que alguien venga a esta hora; abro la puerta y ahí estaba, Italia Facista— La expresión del más joven cambió a una de confusión— me decía que yo sabía porque estaba allí, Alemania Oriental y Alemania Occidental. Cerré la puerta, salí por otra me intentó atacar... Me hizo elegir, o moría o se los llevaba... —quedó en silencio recordando la escena.

   —¿Y...? ¿Qué dijiste?— Preguntó con intriga el joven.

   —Me acercó una navaja al cuello; le dije que me maté: matame. Pero quedó perplejo, mirando un punto no definido, luego me entregó la navaja —Miró el objeto nombrado— Me ordenó que lo mate pero yo estaba muy confundido, entonces le dije que no lo mataría ¡Si quería morir que muera solo! Después se fue y escuché un disparo...— explicó.

   —Vaya, ¡Vaya historia! Buscaré a Italia Facista,  vivo o muerto, lo encontraré, no te quiero hacer sufrir más problemas.— Aseguró con confianza.

   —Oh, te agradezco, ese loco debe dejarme en paz....—dijo molesto.

   ONU se fue, ahora Chile sabía que hacer.

   —¿Dónde estabas?— preguntó con intriga.

   —Quería... eh, ver la ¿plaza?—Respondió ocupando la mejor excusa que se le ocurrió.

   —Muy creible, ¡demasiado! ¡Imposible de desmentir!— Exclamaba con sarcasmo, riendo de su hermano, aunque alejándose lentamente luego de ver la cara de los demás. 

𝙴𝚒𝚗 𝚅𝚎𝚛𝚜𝚙𝚛𝚎𝚌𝚑𝚎𝚗 - 𝙲𝚑𝚒𝚕𝚎 𝚌𝚘𝚞𝚗𝚝𝚛𝚢𝚑𝚞𝚖𝚊𝚗𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora