T H R E E

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La luz le atacó de inmediato en el rostro cuando los primeros destellos de sol se escabullían por la ventana. Miró a su lado descubriendo a Chanyeol, realmente las cosas no terminaron tan mal, a pesar de no haber pensado antes de hablar todo lo que dijo el día anterior. No se arrepentía, pero eso no quería decir que la vergüenza le abandonaría, había tenido una maravillosa noche con su mejor amigo, quien no tuvo piedad de él.

—Me duele imbecil...

Se levantó de la cama un tanto incómodo y se metió a la ducha. Intentaba averiguar cómo limpiaría el desastre que dejó en el, pero el agua se escabullía y más vergüenza sentía, no sabía cómo lavarse. O tal vez solo seguía en shock por la noche anterior, nunca pensó que las cosas terminarían así, y ahí estaba esperándolo en su cama luego de tan cansador deporte que practicaron el día anterior.

Salió vestido del baño, descubriendo que el otro ya estaba despierto mirando por la ventana. Entro en pánico, no sabía que decirle ni cómo actuar, después de TODO, así que prefirió ignorarlo como medida de protección.

—¿Cómo te sientes?

—Perfecto, tengo clases de canto hoy así que iré partiendo...

—Te llevo.

—No, no gracias puedo hacerlo solo.

Escapó del apartamento como si su vida dependiera de ello, solo actuó así porque sentía el rostro colorado, y no quería desmayarse por una fiebre altísima, producida por la vergüenza. No deseaba dejarlo de esa manera, pero quedarse unos minutos más significarían preguntas que ni el mismo era capaz de responderse, hace años juro no volver a sentir amor por Park, y ahora desvanecía por recordar el tacto de sus manos contra su piel.

Manejo hasta la empresa a un ritmo leve, mientras que en la radio programaban las canciones de grupos actuales de kpop como forma de arreglar las mañanas de los habitantes, si tan solo supieran que el estrés no se disipaba con "Queencard" más bien los distraía de lo realmente importante.

Tarareando la canción llego hasta la clase con su vocal coach, donde respiro con tranquilidad al saber que no se encontraría a Chanyeol en ninguna parte de la gran empresa que era sm. Tendrían que verse en algún minuto, pero ya dejaría atrás los flash back que se le venían a la mente cada vez que pensaba en este o lo miraba.

—¿Baekhyun? Si no prestas atención no se para que vienes.

Asustado miró al profesor quien le regañaba, se había perdido en sus pensamientos intentando disipar sus miedos. Todo fue culpa de la crisis de los 30.

"Me sentí perdido, como si cumplir los treinta fuera un portal hacia un universo donde realmente no me sentía importante, nadie me necesitaba en su vida, pero yo si, algo necesitaba, y quería averiguar que era.

Nunca fue justo el destino conmigo, siempre se empeñó en arruinarme como si no quisiera que ninguno de mis sueños fuera resuelto. La mala suerte me perseguía, y muchas veces llegué a pensar que era brujería, tantas cosas juntas no podían ser elemento natural de mi historia, pero luego de tanto me di cuenta que encontrarle respuesta solo haría que mi cabeza se dañara aún más, un peso más que me haría desistir de seguir intentando mis sueños.

Sin embargo tantos intentos por hacerme desistir no funcionaron, logré posicionarme de inmediato cuando me reclutaron para audicionar en una empresa reconocida nacionalmente. Ser ídolo de kpop nunca fue mi sueño, pero viendo la posibilidad no dude en convertirlo en uno, y acabe por lograrlo con mucho esfuerzo. Dude muchas veces de mis capacidades, escuchando a Jongdae mi vida se desplomaba, y es que no me creía suficiente para cantar junto a él en un escenario. Esforzándome pude mejorar bastante, más de lo que llegué a pensar algún día.

Crisis de los 30 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora