Un día dejé mi pueblo, Con lágrimas en los ojos, Buscando ansiosamente, Triunfar en la capital.
Una Lima que al llegar la noche Agobiado por el trabajo. La soledad y el reproche, A veces quería volver.
Volver dónde fui feliz, A mí pueblito en el campo. Mi querido Cerro Blanco, El que me vio un día nacer.
Pero me fui acostumbrando, Por la necesidad y el hambre, Con una angustia en el pecho. Y un dolor inexplicable. Que surgía al acostarme. Pero me fui acostumbrando, A ser un extraño en la capital, Ese montubio de campo, ¡Que trabajaba como animal!
A veces lloraba solo, Añorando mi familia, Mis amigos mis amores. Que había dejado allá lejos Y luego, ya más tarde. Mi esfuerzo inquebrantable, Fue inspiración viviente. Y entonces ya de repente. Vi, en Lima paisanos. Que al venirme yo, eran niños. Buscando hoy lo mismo Triunfar en la capital.
Y con una cerveza en mano, Y una música norteña, Festejamos muy alegres, Una navidad lejana. Esas luces en el cielo. De los cohetes de año nuevo, Una tristeza en el alma, Por mi gente que tanto anhelo. Y mientras por una llamada, Mi familia y amigos, Me extrañaban allá en mi pueblo. Yo, los lloraba lejos.
¡Pero no!, no estaba solo. A mí costado un hermano, ¡Tal vez, un mismo paisano! O un amigo limeño. Y hoy no lloraba solo. Ya había forjado amistades. Aquellos que al retornar un día, Tal vez lloraría mi partida, Cuando yo vuelva a mi pueblo. Pero esta vez realizado.
(Inspirada en aquellos provincianos Peruanos que viajan a la capital Lima, en busca de estudios o nuevas oportunidades)
06 de febrero de 2021.
Libro: Poesías y Poemas. Autor: Anthony Josué Flores Reyes.
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