Prólogo

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¿Hay alguna actitud que odies en general?

Algunos odian las personas egoístas, otros a las persona extremadamente amables, otros a los hombres, otros a las mujeres.

Siempre es así.

El mundo se divide en categorías, todos odiamos alguna.

Jennie detesta una amplia categoría.

Los alfas puros.

Si, Jennie detesta estar cerca de aquellos pertenecientes a la punta de la pirámide de jerarquías.

¿Por qué? Era bastante simple. Los alfas puros vienen de la unión de dos alfas, esto hace que sus instintos sean mucho más fuertes, sus sentidos más agudos y sus aromas mucho más fuertes.

Jennie ha tenido terribles experiencias con este tipo de alfas. Sus aromas la marean al punto de que una vez casi se desmaya al sentir las feromonas del celo de un alfa puro cautivado por ella.

Porque era así, Jennie es una omega común, pero bastante unida con sus instintos y su parte animal. Su aroma tan dulce siempre atraía a muchos alfas, era considerada la omega más deseada de la preparatoria.

Alfas adolescentes revoloteando encima de ella era lo peor.

Su loba y ella son muy apegadas. Si madre siempre le ha dicho que es muy raro ver qué alguien conecte tanto con su parte animal, pues es algo que se ha ido perdiendo con el tiempo.

Si retenía de algún modo sus instintos, la tristeza de su loba la contagiaba, y entraba en un estado de desánimo y depresión hasta que su loba se recuperara de ello.

Jennie amaba a su parte animal, mucho, así que hacía lo posible por protegerla. Hacia lo posible para no acceder a la sumisión que exigían muchos alfas. Aprendió a las malas a poder negarse a su natural sumisión, pero se ha mantenido fuerte y firme a pesar de ello.

Jennie y su loba eran como una sola, así que Jennie notó inmediatamente la inquietud en las orejas alzadas de su parte animal con la cual amaneció un día común.

Intentó ignorarlo, pero no podía. El día pasaba y el sudor de inquietud y ansiedad adornaba su cuello y frente.

Era raro.

Sentía la necesidad de levantarse y caminar hacia un lugar específico. Pero no sabía que lugar era ese.

Cuando la clase terminó, se levantó bruscamente del escritorio, guiada por su loba. Olfateó alrededor y sintió llegar a su nariz un olor peculiar. Algo le decía que siguiera ese olor.

Café, olía igual a ese café con leche y chocolate que su madre le daba para convencerla de tomar un poco de cafeína.

Inmediatamente, ese sentimiento de calidez en su pecho, la hizo correr, corrió entre los pasillos, en busca de la dueña de ese aroma.

De repente ese olor se volvió tan intenso que sintió sus ojos ponerse en blanco, su mundo volverse borroso y cayó contra la pared en busca de un apoyo.

Era fuerte, muy fuerte. Jamás había sentido un olor tan presente como ese.

Su cabeza empezó a doler, su vista estaba borrosa, lo único que logró ver fue una silueta alta y de cabello oscuro.

Sus ojos enfocaron lo suficiente para notar que era una chica.

Una alfa.

La dueña del olor. De aquel olor tan fuerte que ahora mismo hacia que su cabeza doliera como un infierno.

ㅡHey, ¿Estás bien? ¿Necesitas ir a la enfermería?

Sus feromonas de preocupación hacían todo mucho peor. No ayudaba en nada esa voz grave y atractiva.

Su loba estaba embriagada, pero muy emocionada. Mucho. Estaba feliz, entusiasmada y pidiendo cercanía de esa alfa y ese aroma que la tenía al borde del desmayo.

No tenía que estar en sus cinco sentidos, no tenía que consultarlo completamente con su loba.

Escuchar a su parte animal chillar un «¡Mi alfa!» lo supo.

Había conseguido a su alma predestinada.

por ese aroma intenso a café con chocolate, también supo otra cosa.

Es una alfa pura.

Adaptación autorizada

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Adaptación autorizada. Todos los créditos a @2Yeonista

Una se va y otra llega Kskskek

Coffe & Chocolate | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora