Capítulo 12

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Hoy he estado muy inquieta. ¿Por qué? No lo sé. Mi loba ha estado preocupada e inquieta desde que me levanté.

Y, por supuesto, solo está así cuando se trata de su omega.

El día en el instituto pasa lento, increíblemente lento. No veo a Jennie por ningún lado, lo cual hace que se me pegue la preocupación de mi loba. La última vez que la vi se encontraba mal mayormente por mi culpa. Pero necesito verla y saber que ya está bien.

He tratado de calmarme todo el día, pero mi loba no ha dejado de estar con las orejas bien puestas y alerta. ¿Algo le pasará a Jennie?

Juego con mis dedos con nerviosismo, sin saber qué hacer, ¿Le pregunto a Nayeon como está? ¿Voy directamente a su casa?

Mi loba solo quiere correr tras ella ya mismo, pero debo sentar un poco de cabeza ya.

A la hora de la salida, solo puedo buscar entre la multitud a una omega con característicos dientes de conejo. No tardo mucho en ubicarla, está hablando con las dos chicas que también fueron a casa de Jennie en su cumpleaños.

ㅡEh... ¿Nayeon? ¿Puedo hablar contigo un momento? ㅡcuestiono y eso llama su atención.

Me da una sonrisa. ㅡOh, Lisa, ¿Que pasó?

Siento algo de calor en mis mejillas, me siento algo avergonzada, pero realmente quiero saber sobre Jennie.

ㅡ¿Sabes por qué Jennie no vino hoy?

Ella abre los ojos, parece que no se esperaba esa pregunta.

ㅡ¿No lo sabes? ㅡme cuestiona desconcertada y frunzo el ceño.

¿Debería saberlo?

ㅡOh ㅡella mira a los lados, parece pensar algoㅡ. Nosotras tampoco sabemos ㅡdice, pero algo en su tono no me convenceㅡ. ¿Por qué no le haces una visita rápida? A la señora Eunji le caiste bien.

ㅡY-Yo... No creo que haga eso. Es de mala educación solo ir sin siquiera avisar.

ㅡ¡Es por una buena causa! Puedes solo decir que estabas preocupada por ella, creeme que a la señora Eunji eso jamás le va a molestar. ㅡella insiste.

ㅡNo creo que lo haga, pero igual gracias, Nayeon. ㅡme despido. Ella pucherea pero parece aceptar mi decisión.

Sin embargo, caminando hacia la práctica, me detengo abruptamente. Las llaves está vez las tiene la entrenadora, así que no tengo por qué llegar temprano.

Solo me tomará unos quince minutos extra pasar y preguntar por Jen…

Sin darme cuenta, mis pies ya me mantienen encaminada hacia la casa de Jennie. Mi loba sintiéndose cada vez más inquieta con cada paso que doy. Mi alfa está casi rogándome que vaya corriendo, casi como si hubiese algo llamándola. Llamándome...
                  
Cuando estoy frente a la casa, un escalofrío me recorre y eriza cada vello de mi cuerpo. Trago grueso cuando puedo sentir hasta aquí, en la puerta, el aroma a caramelo de Jennie.

Dudo por unos segundos. ¿De verdad debería? Es de mala educación aparecerse de la nada en casa ajena.

Sin embargo, toco la puerta suavemente.

Oh, Dios, ¿Qué estoy haciendo? ¡Debería ir al entrenamiento! ¡Esto es muy vergonzoso!

Cuando estoy a punto de salir corriendo, la puerta de la casa se abre y siento el corazón en los oídos de nervios y vergüenza.

La señora Kim me mira y abre los ojos.

ㅡOh, Dios. ¿Tú eres esa chica? La destinada de mi niña, ¿Verdad?

Coffe & Chocolate | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora