Capítulo 8

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Bien, Lisa, relájate. Este es el momento en el que abres los ojos y despiertas en tu habitación, sola y a oscuras.

Intento abrir los ojos y...

¡Dios mío, Jennie me está besando!

Ay, ¿Qué debería hacer?

Mi vista está oscura, temo tener los ojos cerrados con mucha fuerza. Con millones de dudas muevo mis labios suavemente.

Cuando hallo su ritmo, el movimiento se me hace más natural, entrelazó mis dedos con los suyos y asimilo lo más que puedo.

¡Estoy besando a Jennie! Sus labios son tan suaves, ¡Parecen dos nubecitas! ¿Ese sabor dulcito a cerezas será por algún labial? Es tan... Suave, y húmedo, y delicioso. Wow... ¡Podría estar así toda mi vida!

Mi corazón late, mis manos sudan sobre las suyas, soy incapaz de moverme, temo hacer algún movimiento en falso, el momento se siente tan bien que estoy perfecta tal y como estoy. Aunque me empieza a doler un poco el cuello al estar algo inclinada.

¡Puedo vivir con tortícolis toda mi vida si es para seguir besándola!

Sin dudas jamás he sentido algo así. Jennie me está besando, la estoy besando, ¿Ya dije que nos estamos besando? ¿Que tengo los labios más deliciosos, suaves y esponjosos del mundo sobre los míos? Estoy segura que lo son.

El agarre de nuestras manos se aprieta, ella se acerca un poco más y siento su torso chocar con el mío. Se siente cómodo, tranquilo. Nuestros labios se mueven con extrema calma, en mi caso, buscando acoplarme a su ritmo.

No quiero hacer algo mal ahora.

Por más que me cuesta, intento no elevarme a las nubes. No muevo mis manos de las suyas, ella no parece querer hacerlo, y sinceramente yo tampoco, desde que tuve el valor de agarrar su mano durante el camino, desee estar así toda mi vida. Ella parece bien con el suave ritmo y yo no me adelanto, me gusta esa calma, esa calidez, esa sensación de tener algo que llevo toda mi vida anhelando aunque solo hayan sido unas tres semanas.

Mi loba si lo estuvo anhelando toda su vida. Y por ello, ella ahora mismo es la que está al mando.

Desde que jugué para intentar impresionarla hasta no decir una idiotez o hacer algo antes de irnos, estuve intentando que Jennie se ablande conmigo.

¿Esto significa que lo logré? ¿Pude ablandarla? ¿Ella quiere estar conmigo?

Soy incapaz de alejarme de ella, su cercanía, su olor, sus labios, su cuerpo y sus manos, todo me pide que simplemente le siga, que no haga nada, que me quede ahí y la deje guiarme.

Ella puede guiarme toda la vida si es lo que quiere.

Nunca había sentido a mi loba tan feliz, está eufórica y repite las únicas palabras que he escuchado de ella.

«Mi omega»

Pero yo no lo diré hasta que ella me lo permita.

Las cortas respiraciones en medio del largo beso empiezan a ser escasas para tener una buena cantidad de aire. Ruego, ruego internamente que eso no nos haga separarnos.

Pero lo hace.

Nuestros labios se separan, pero nuestros cuerpos y nuestras manos siguen juntas. Seguimos cerca, cosa que agradezco eternamente. Su cálido aliento se mezcla con el mío, y respirar su aire me resulta la cosa más íntima que he hecho alguna vez.

El almacén está oscuro, solo iluminado por la luz de la puerta semiabierta, luz que está a espaldas de Jennie, sin embargo, puedo ver el brillo en sus ojos. Me mira, me mira tan profundamente que me pone tan nerviosa como segundos antes del beso.

Coffe & Chocolate | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora