II

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—Marshall Lee, Quítate de la puerta! —grito Gumball enojado, ya que desde hacía diez minutos no había podido quitar al vampiro de la entrada del baño

—si quieres quitarme, vamos golpéame! —contesto entre risas Marshall Lee

Gumball, enrojeció de ira, Marshall siempre actuaba de esa manera tan absurda, cosa que la paciencia del príncipe no soportaba

Sin darle más importancia, empuño su mano con fuerza y golpeó la mejilla de su acosador

Marshall Lee se asombró del acto y su rostro se ruborizó, pero esto no fue visto por el príncipe, ya que este corrió hacia la sala con intención de irse

—¡espera príncipe!

Gumball tomo la perilla de la puerta, pero una mano lo detuvo, era Marshall

—lo siento, solo... No te vayas por favor —dijo con una mirada triste

El Dulce príncipe sintió la tristeza, por lo que decidió darle otra oportunidad

Los dos se acomodaron en el sofá, y comenzaron a hablar de todo tipo de cosas interesantes, recuerdos felices del pasado y aventuras de hacía Miles de años

—tengo una idea—dijo Marshall mientras volaba hasta su bajo, el cual tenía forma de hacha

Sobre la alfombra del sueño había muchas hojas tiradas, los cuales fueron recogidos por el vampiro a gran velocidad, para después dárselo al príncipe

—tú cantarás esta parte, empiezo yo—dijo Marshall mientras entonaba un ritmo agradable

El sonido era muy parecido a; turu...turu...la...la

—¿estás loco? Yo no podría cantar algo como esto —dijo el dulce príncipe mientras escuchaba la linda melodía

Y como un viento en primavera, Marshall empezó la entonación

— Que haces aquí, vas buscando

pelear conmigo

Y malo yo soy

Y conmigo tú siempre estás,

¡Que decías de mi mundo!

mi pequeño príncipe

Gumball noto que era momento de entonar, por lo que armándose de valor continúo

—Niño malvado

Dices ser malvado, pero yo no lo creo

Que tú seas así

Y sí, así es

Porque conmigo quieres estar.

Gumball enrojeció al recitar la última frase, a lo que Marshall emitió una pequeña risa, pero no sé manera burlona

Esto le hacía recordar el pasado en el cual, los dos componian canciones y se divertían

—vamos, otra vez príncipe;

Que haces aquí, vas buscando

pelear conmigo

Y malo yo soy

Y conmigo tú siempre estás

¡Que decías de mi mundo!, mi

pequeño príncipe 

—Niño malvado

Dices ser malvado, pero yo no lo creo

Que tú seas así

Y sí, así es

Porque conmigo quieres estar.

Marshall tomó de la mano al príncipe, quien dudo por un momento en aceptar, en un movimiento rápido, Marshall elevó por menos de un metro del suelo al príncipe y sin nada más que música de su corazón, comenzaron a bailar de manera lenta en las alturas

El príncipe tenía miedo, eso era indiscutible, pero Marshall siempre le había dado una sensación de seguridad

Gumball levanto la mirada para ver a aquel vampiro que le hacía sentir tan cómodo, pero se llevó una gran sorpresa al notar que este ya le miraba

Por unos momentos mantuvieron las miradas, pero sin previo aviso Marshall se acercó de manera peligrosa y beso al príncipe con tanto deseo

El príncipe cedió el beso, e intensificó el beso, sus salivas se combinaban, mientras la habitación se acaloraba

El príncipe mantenía sus manos en el cuello y mentón del vampiro, mientras que este sujetaban al gobernante de la cintura, aunque no duró mucho, ya que sus manos se deslizaron por dentro de la camiseta de dormir del dulce príncipe

El príncipe soltó un pequeño jadeo al sentir las manos heladas de su receptor, cosa que hizo excitar al vampiro, quien se recostó sobre el aire, dejando a Gumball sobre él

Gumball se frotaba contra la erección del vampiro sin dejar ni un momento sus labios

—Te amo, Gumball —dijo entre jadeos Marshall Lee

El príncipe tomo conciencia y se detuvo

—bájame Marshall —dijo el príncipe mientras hacía una expresión de tristeza

—que ocurre Gumy?! —pregunto Marshall mientras iba tras de Gumball 

—no es nada... Solo... Esto no está bien

—¿qué no está bien? Nosotros estamos bien! —grito Marshall mientras veía al príncipe alejarse

El príncipe no miró hacia atrás, había tomado una decisión y no se arrepentiría de eso

Gumball llamo a su vehículo y se alejó del lugar lo más rápido que pudo, al llagar al reino entro rápidamente a su habitación y después el baño, abrió la regresa con agua helada y se sumergió en la tina la cual que se llenaba de manera lenta, miro el caos entre sus piernas y un peso más se cargó en la cuenta de su corazón

Gumball cubrió su rostro con una mano, cerrando sus ojos, y con la otra comenzó a saciar su lujuria, deslizó su mano desocupada por sus labios, lugar que había sido besado por Marshall

Un destello apareció en su mente; la imagen de Marshall Lee entre jadeos y sin esperar un minuto más, entre sus piernas llegó el invierno

Gumball suspiraba de manera agotada y sin esperarlo, grandes lágrimas comenzaron a escurrir de sus ojos

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda mierda, mierda, mierda, mierda

Toda la noche su mente fue agobiada por esas terribles palabras, mientras que el vampiro se sentía más solo que nunca, preguntándose cosas como;

¿Por qué soy así?

¿Él me odia?

! ¿No soy suficiente para él?!

•••••••

Dulce Príncipe

Elemental de Dulce

Gumball Bubblegum

127,000 años 

color favorito: todos los variados del rosa

1.65 m

LABIOS COLOR SANGRE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora