III

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Aquella noche el joven príncipe recapacitó sobre lo que había sucedido y entre sueños recordó pesares del pasado y entendió; él no le debía nada a nadie, ni al reino, ni a la ciencia, y mucho menos a Marshall lee, él era dueño de su vida y podía hacer con ella lo que quisiera

Un nuevo gobernante había aparecido, uno que no le temía a nada

La noche llegó y Gumball se vistió de manera casual, pero desordenada, y se dirigió a lo profundo del bosque, en un cementerio en el que se hacían grandes fiestas entre vivos y muertos

Al llegar llamo mucho la atención, no era común ver a alguien tan delicado como él en un lugar como ese. Al poco tiempo se familiarizó en el lugar y comenzó a charlar con muchas personas hasta que un chico de tez morena y cabellera ceniza se le acercó

Desde el primer momento ambos tuvieron una extraña conexión y desde lejos hicieron contacto visual de una manera seductora

El príncipe se acercó a un pequeño puesto que preparaba bebidas alcohólicas y pidió un trago fuerte

Inesperadamente, aquel seductor chico subió al escenario y de una gran cartuchera saco una guitarra eléctrica de color rosa fosforescente. Aquel instrumento llamó rápidamente la atención del príncipe debido a su belleza, las personas se acercaban por montones a escuchar a tan reconocido músico

Aquel extraño comenzó a cantar de una canción que trataba de un romance eufórico de una noche, su voz era un poco áspera y hacía sorprender a cualquiera que lo escuchará

En toda la canción sus ojos nunca se desviaron del príncipe y desierta manera era una invitación directa

Mientras que la emoción se vivía en ese lugar remoto, horas antes, en casa de Marshall Lee había un infierno

Varios muebles y artículos del hogar se encontraban destrozados, desde la noche anterior no había dejado de entrar en una crisis temperamental

Sus ojos iluminados de rojo con sus largas uñas negras afiladas se encontraban exhaustos

Respirando de manera lenta logro calmar su actitud al menos lo suficiente como para viajar a dónde estaban sus pesadillas más grandes

Cómo el príncipe de los demonios no necesitaba de un ritual para ir a La Nocheosfera, no piensen que iría a visitar a su madre, en su lugar iba al único lugar en el que podía hacer todo el daño que quisiera sin dañar nada ni nadie

Al estar en el lugar, sus ojos se iluminaban de rojo sin ningún impulso emocional, como su lugar de origen mostraba su verdadera forma

Al llegar fue recibido por un demonio pequeño quien feliz recibió a Marshall, aunque este no opinaba igual

—escucha, no le digas a mi madre que estoy aquí, vale? Si ella se entera me matará

El pequeño demonio asintió a la orden y salió corriendo feliz del lugar, Marshall se adentró dentro del lugar y noto lo cambiado que estaba desde la última vez que estuvo ahí

—Hijo, cuánto tiempo! —grito emocionada, una mujer a traje que esbozaba una gran sonrisa

—ahg, mierda —dijo Marshall mientras veía enojado al pequeño demonio junto a su madre

— me hubieras avisado antes, hubiéramos preparado una gran fiesta de bienvenida para ti, después de todo has venido a reclamar tu trono —dijo su madre mientras lo abrazaba con fuerza

—espera, que... ¡Yo no vine aquí para eso!

— no es por eso?, Bueno, después de todo no tienes opción

—de qué hablas?! —marshall alejo a su madre y está solo le dio la espalda y sin detenerse continuo

—escucha marshall... La verdad es que hace mucho tiempo tú debiste haber obtenido la corona, pero por si no lo recuerdas, esa vez tú escapaste. ¿Dime, qué tal está ese lindo novio tuyo? ¿Después de todo, renunciaste a todo por él o me equivoco? De hecho me contaron que en este momento él está en el bosque con otro chico

La madre de Marshall reía a carcajadas de la situación y Marshall enfureció por el comentario, por lo que a punto de su límite dio la vuelta para irse del lugar

—es tarde para irte Marshall. Renunció a mi reinado. —al terminar aquella frase, la corona de fuego rojizo que flotaba sobre la cabeza de Hinson Abadeer desapareció de su cabeza para posarse sobre la de Marshall, al mismo tiempo que se formaban unos grandes grilletes sobre sus manos, los cuales se desvanecieron en segundos

Marshall al ver esto miro a su madre, pero está ya no estaba

Sin perder más tiempo, salió en segundos de la Nocheosfera y como un rato se dirigió al bosque, al llegar comprobó lo que su madre había dicho; Gumball charlaba con un chico que le coqueteaba muy notoriamente

Grandes lágrimas de enojo y frustración brotaron de los ojos de Marshall mientras sostenía con fuerza su cabello, pero como un rayo de luz, su mente se aclaró, sin más, camino hacia al escenario y sosteniendo su característico bajo comenzó un ritmo simple mientras entonaba;

No sé qué hacer sin ti

No sé donde poner mis manos

He estado tratando de bajar la cabeza

Pero estoy escribiendo esto a las 3 AM

No necesito que el mundo vea

Que he sido lo mejor que puedo ser

Pero no creo que pueda soportar estar

Donde tú no me ves

Gumball desde el primer sonido emitido por el bajo supo que se trataba de Marshall, pero nunca hubiera imaginado lo que cantaría en esa ocasión, Gumball vio en sus ojos miseria y eso le hizo un poco de gracia

Marshall no quitó la mirada triste de Gumball, mientras continuaba con la canción;

En los días soleados salgo a caminar

Termino en una calle arbolada

Miro entre los huecos los rayos de luz

Te extraño más que nada

No necesito que el mundo vea

Que he sido lo mejor que puedo ser

Pero no creo que pueda soportar estar

Donde tú no me ves

Y el otoño llega cuando aún no has terminado

Con el paso del verano, pero

No creo que pueda soportar estar

Donde tú no me ves

La canción terminó y Marshall no podía acercarse rápido a dónde estaba Gumball por la gran cantidad de personas amontonadas esperando un autógrafo de él, pero cuando llegó se encontró con Gumball quien estaba solo

—ya nos vamos? —pregunto gumball mientras sonreía de una manera linda que solo podía hacer él


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[Audiovisual agregado]

LABIOS COLOR SANGRE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora