𝐌𝐢 𝐀𝐥𝐦𝐚 𝐆𝐞𝐦𝐞𝐥𝐚 || ¿Es nuestro destino?
Maddyson McMillian, hija de dos aurores, llegará a Hogwarts emocionada por aprender y ser una gran estudiante como lo fueron sus padre. En el transcurso conocerá a sus amigos, Harry, Ron y Hermione...
Días después el año había terminado, un día antes de vacaciones Maddyson llegó al Gran Comedor, encontrándose con todos reunidos alrededor de una escoba, la cual ya había sido abierta y era enviada para Harry.
Después escucho como Seamus y Neville iban corriendo a dirección de Harry.
—¡Harry! ¿Cuándo te la dieron? —preguntó Neville.
—¿Puedo subirme en ella Harry? Después de ti claro — dijo Seamus.
—¿De qué hablan? – cuestionó Harry confundido.
—Cállate — dijo Ron —. Déjalo pasar — Harry se acercó a todos —. Ah yo no quise abrirla, estaba mal envuelta y ellos me obligaron — dijo Ron señalando a los gemelos.
—Claro que no — respondieron al mismo tiempo, Harry abrió el empaque y se encontró con una escoba.
—Una Saeta de Fuego, es la más rápida del mundo — hablo un gemelo.
—¿Para mí? ¿Quién la envía? —preguntó emocionado.
—Nadie sabe — respondió Ron.
—Venía con esto — Hermione le mostró una pluma de Buckbeak. Harry no los hizo esperar y salieron del castillo para ver que tan rápida era la escoba.
Al estar afuera se subió en ella y salió volando a una gran velocidad en ella.
Harry voló alrededor del castillo y parte del bosque, mientras volaba Cedric se acercó a Maddyson mientras pasaba su brazo por los hombros de la pelinegra.
—Tendremos un gran partido contra Gryffindor — dijo Diggory.
—Si, tendrás que esforzarte, Cedric — agrego Maddy.
Harry bajo de su escoba y todos lo rodearon pero él solo se enfocó en Maddyson que estaba riendo con Diggory lo cual hizo que los celos aparecieran una vez más.
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Al día siguiente todos ya habían empacado sus cosas, subieron al tren y comenzó el camino hacia su hogar.
Maddyson se encontraba leyendo sin saber que el azabache la miraba, comenzaba a arrepentirse de lo que había hecho, el decirle a Maddy qué había sido un error, porque para él no lo había sido.
El camino fue silencioso hasta que llegaron a la estación de Kings Croos.
Todos bajaron y se encontraron con su familia, Maddyson vio primero a los Weasley por lo cual fue a saludarlos.
—Hola señor y señora Weasley — saludo la pelinegra.
—Hola querida — saludo Molly —. ¿Qué tal tu tercer año?
—Las palabras no me alcanzarían para explicarlo — dijo ella con una sonrisa.
A lo lejos vio que su mamá se acercaba por lo que corrió hacia ella.
—Hola mamá — saludo ella.
—Hola cariño, ¿lista para ir a casa? — cuestionó su madre.
—Claro, solo déjame despedirme — hablo Maddy para acercarse a sus amigos.
>Bueno chicos, nos vemos — dijo ella —. Les escribiré.
—Espera – hablo Ron —. Este año será la copa de quidditch, ¿Quieres venir?
—Me encantaría, solo si mi mamá me lo permite — dijo ella mirando a su madre.
—Veremos, pórtate bien y te daré permiso — sentenció su madre.
—Lo haré mamá, lo prometo.
—Nos vemos Maddy — se despidió Ginny con un abrazo —. Espero vengas no me gustaría estar yo sola con mis hermanos.
—Haré lo posible, lo prometo.
—Cuídate Maddyson — hablo Hermione —. Espero verte pronto.
—Claro que si.
Al final Harry con timidez se acercó a ella.
—Nos vemos Maddy, cuídate — dijo él queriendo abrazar a la castaña pero ella se alejo.
—Adiós Harry — dijo ella mientras estiraba su mano para despedirse siendo aceptada por el azabache.
Al final Maddy se fue con su madre, subió su maleta al auto de su madre y se fueron a su casa.
Al llegar desempaco y se quedo dormida, quería olvidar lo sucedido con Harry.
Al paso de las vacaciones Cedric le escribía cartas, en algunas le mandaba frases y en otras le decía que la extrañaba haciendo sentir especial a la pelinegra.
Después de unos días la castaña pudo recibir el permiso de su madre para ir con los Weasley a la copa lo cual la hizo sentir emocionada.
Maddyson recibía cartas de Ginny, Ron y Hermione pero ninguna de Harry, eso la hizo sentir triste pero no podía decir nada pues ellos solo eran amigos y siempre sería así.
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